Sangre, sotana y pintura del Papa
Una sotana, una gota de sangre, una imagen y una pintura del Papa Juan Pablo II fueron exhibidas este domingo en la Catedral de Managua durante una misa por la beatificación del pontífice, quien en dos ocasiones visitó Nicaragua, según informó la agencia Efe.
Durante la celebración de la eucaristía se bendijo una imagen, de más de un metro de altura, en honor a Karol Wojtyla.
El acto fue encabezado por el arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Leopoldo Brenes y el nuncio apostólico en el país centroamericano, el alemán Henryk Józef Nowacki.
Durante la celebración de la eucaristía Nowacki exaltó el pontificado de Wojtyla, con el que trabajó en el Vaticano por más de doce años.
«Todos estamos felices por este acontecimiento, porque muchos de nosotros hemos conocido bien al nuevo beato», señaló el nuncio, para quien su santidad «quería mucho a Nicaragua».
También recordó a los cientos de asistentes a la Catedral las palabras del Santo Padre las dos veces que visitó el país y abogó por la unidad de la familia, tras repetir su mensaje: «No tengan miedo, abran las puertas a Jesucristo».
«Hoy el beato Juan Pablo II viene a nuestro país por tercera vez. Sí, hoy está de nuevo con nosotros. Está presente en sus reliquias: en su sotana, en su gota de sangre puesta sobre un pedazo de tela que está encerrado en una especial cápsula», destacó.
El nuncio explicó que la gota de sangre de su santidad fue extraída de su cuerpo en un hospital en Roma después del atentado que sufrió en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981.
En tanto, la sotana fue un regalo que le hizo el propio Wojtyla «algunos meses antes de su muerte» y que él cedió al arzobispado de Managua para su culto y veneración.
«Estas preciosas reliquias son para nosotros, en Nicaragua, el más grande tesoro y recuerdo que podemos tener de nuestro querido beato Juan Pablo II», subrayó el nuncio.
Según Nowacki, Wojtyla «se sintió muy unido con este país y muchas veces recordaba sus visitas lleno de alegría por encontrar al pueblo nicaragüense».
«Desde hoy tenemos un gran protector delante de Dios», indicó el nuncio, quien dijo que su santidad veneró con «profunda oración» la antigua imagen de la Sangre de Cristo en la Catedral de Managua en su segunda visita a Nicaragua.
Los nicaragüenses acompañaron la beatificación de Juan Pablo II con una vigilia el sábado y una misa de acción de gracias hoy en la Plaza de la Independencia en el municipio de Granada, 45 kilómetros al sureste de Managua, y en otras parroquias del país.
Juan Pablo II (1920-2005) fue proclamado beato en una solemne ceremonia que su sucesor, Benedicto XVI, ofició hoy.
Karol Wojtyla estuvo en Nicaragua por primera vez en marzo de 1983, cuando en este país centroamericano gobernaba el régimen sandinista.
En esa ocasión Juan Pablo II amonestó públicamente al poeta y sacerdote trapense Ernesto Cardenal, por mezclar la religión con la revolución sandinista, y durante una misa ofrecida en una plaza de Managua tuvo que gritar «silencio» a las turbas que gritaban «queremos la paz» y «poder popular», en medio de la eucaristía.
Nicaragua en 1983 vivía una guerra civil entre la «Contra», financiada por Estados Unidos, que combatía desde las montañas a los sandinistas, aliados de la extinta Unión Soviética y Cuba.
El actual mandatario Daniel Ortega, también fue recibido en el Vaticano, en visita de Estado mientras los sandinistas gobernaban.
Juan Pablo II visitó Nicaragua por segunda vez en febrero de 1996, cuando gobernaba Violeta Chamorro (1990-1997).