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La unión, la fuerza del matrimonio…

Diana Benavides.

Los padres no solo deben preocuparse de lo que sus hijos escuchan sino también de lo que sus hijos ven. Después de todo somos grandemente influenciados por nuestra infancia, ¿no es así? Sin embargo, a menudo cometemos el error de usar esa infancia como excusa para no realizar los cambios necesarios para el desarrollo de nuestra madurez y conciencia como adultos. Pero este escrito no se trata de la infancia, si no de lo que usualmente sucede en las mayorías de las sociedades del mundo antes de que nazcamos… el matrimonio.

¿Qué es el matrimonio? A mi entender, el matrimonio está basado en dos pilares: la palabra sabia del Altísimo y lo que vi en mi niñez. De mi madre aprendí lo que es el amor incondicional, lealtad y sacrificio; y de mi padre aprendí lo que es soñar y vivir con valentía para defender y preservar la libertad y el sentido de justicia. Pero este escrito no es acerca de mi… se trata del matrimonio.

Por consiguiente, cuando un niño es instruido, un hombre es educado; y cuando una niña es instruida, una nación es educada, por lo que es la mujer la fuente de entendimiento más poderosa para construir el matrimonio. Ella es el pilar que representa fortaleza y amor incondicional; de esta forma convirtiéndose en la más valiosa riqueza en la vida del hombre. Proverbios 18:22: El hombre que encuentra una buena esposa, encuentra lo que es bueno. Por ende, la mujer debe de ser instruida y formada para ser la gerente de la organización más importante de la sociedad… el matrimonio.

Dependiendo de lo que observamos en nuestra infancia, el matrimonio puede ser un contrato, una cadena, una alianza o el primer eslabón de la sociedad, como lo expresó Cicerón. La mayoría de las personas estamos de acuerdo que para que una relación funcione se necesita un poco de atracción, comunicación, compromiso, respeto, confianza y propósito en un matrimonio, ¿no es así? Entonces, ¿por qué los matrimonios fracasan? Los matrimonios fracasan porque las parejas se unen por las razones incorrectas, tales como el miedo a estar solos, costumbre, necesidad económica, sexo, embarazo, o simplemente atracción física.

El éxito en el matrimonio se trata de no solo encontrar a la persona correcta, sino en transformarnos en la pareja idónea. No podemos exigir lo que no somos capaces de dar, ¿no es así? De seguro sabemos que una relación requiere esfuerzo. Ser humilde, compasivo, perdonar, olvidar, especialmente en los momentos de dificultad. Por lo que si independientemente de nuestros origines o el Dios en el que creemos, le pedimos al Altísimo que nos envíe a nuestro compañero o compañera de vida, ningún matrimonio fracasaría, ¿no es así? ¿Pero cómo podemos estar seguros de que estamos realmente obedeciendo la voluntad del Creador y no la nuestra? La mejor forma de saber que estamos tomando la decisión correcta es estando conscientes de si compartimos la misma visión como pareja.

Sin importar cuánta afinidad existe en una pareja aparentemente; si los mismos no están viendo en la misma dirección, de seguro sus vidas se apartarán a lo largo del camino. Así mismo, si la pareja tiene gustos y preferencias diferentes, pero están enfocados hacia la misma visión, sabrán solucionar sus diferencias para convertirse en una sola persona. Por ende, la base de un matrimonio exitoso no está en verse el uno al otro a los ojos ciegamente enamorados; pero sí en compartir la misma visión. Por lo tanto, cuando compartimos los mismos valores, principios y normas de vida es que logramos el éxito en la unión del santo matrimonio.

Es preciso no confundir propósito con visión, un propósito es temporario, mas visión es cómo, dónde y con quién nos vemos en una larga vida al final del camino; después de haber conquistado todos los obstáculos que nos conllevan a nuestra deseada visión. ¡Después de todo, la unión es la fuerza del matrimonio!

Este escrito es propiedad y derechos reservados de su autora, Diana Benavides.

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