Rss Feed Tweeter button Facebook button Youtube button
|

Las peligrosas infantiladas de Colombia

El 19 de septiembre pasado el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, amenazó a Nicaragua desde un barco de guerra.

* Llama “mal vecino” a Nicaragua por denunciar sus amenazas, algo así como que alguien sea tachado de “mal ciudadano” debido a que lleva ante la justicia al delincuente que le roba

Tres meses después que de manera peligrosamente infantil el presidente de Colombia Juan Manuel Santos se hizo llevar en helicóptero a una fragata de guerra anclada en el mar Caribe, desde donde envió un mensaje amenazador a Nicaragua, el gobierno de Bogotá hace tremendo alboroto porque nuestro país lo demandó nuevamente ante La Haya.

Santos ha venido de bravuconada en bravuconada pretendiendo burlar el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), de La Haya, con el pretendido argumento de que aunque no lo desconoce, es inaplicable, es decir, que no tiene ningún valor.

Por lo anterior es que resulta nuevamente infantil la desproporcionada reacción de Colombia ante la demanda que hizo Nicaragua debido a las amenazas de la nación sudamericana en contra de pescadores que faenan en aguas que nos devolvió la CIJ.

Santos y sus funcionarios han pregonado a los cuatro vientos que el meridiano 82 sigue siendo la frontera con nuestro país, por lo que no deberían ahora montar una escenita queriendo hacer creer que es Colombia la víctima de un “mal vecino” y de un “gobierno hostil”.

Además, el ministro de defensa, Juan Carlos Pinzón, recién calificó como “preadolescentes” las acciones del Gobierno nicaragüense que “hostigando y molestando a los demás países es que piensan alcanzar sus objetivos”.

¿Fue acaso el fallo de La Haya una acción de “preadolescentes”? ¿Está acaso “pintada” la Corte Internacional de Justicia? ¿No es de naciones civilizadas dirimir sus diferencias a través de las leyes? ¿No es infantil y troglodita ir a un barco de guerra a proclamar que se es el matón del barrio y por lo tanto deben temerle?

Nicaragua no ha realizado ningún acto de agresión contra Colombia y aceptó la decisión de que el archipiélago de San Andrés y Providencia le quedara al país sudamericano que por el contrario, reaccionó mostrando los dientes ante la parte del fallo que devolvía a nuestro país más de 90 mil kilómetros cuadrados.

Ante la falta de argumentos para defenderse, el gobierno de Santos se ha volcado en ofensas contra Nicaragua a través de su canciller y su ministro de Defensa, como parte del plan para remontar su alicaída popularidad a pocos meses de las elecciones en Colombia en las que el actual mandatario intentará reelegirse.

Resulta ahora que somos “malos vecinos” porque acudimos ante las cortes internacionales para denunciar al patán que cree que las leyes no se hicieron para él. Algo así como que alguien sea tachado de “mal ciudadano” debido a que lleva ante la justicia al delincuente que le roba.

Para demostrar su “enojo” por la denuncia que busca evitar confrontaciones que lleven al derramamiento de sangre, Colombia llamó a su embajadora en Managua para dejar claro que se sentía cómoda con su “inaplicabilidad” del fallo y que es “hostilidad” hacer saber al mundo lo que está ocurriendo.

Nicaragua denuncia a un país que no aceptó su propuesta de buscar mecanismos para hacer cumplir el fallo de La Haya luego de que este fue emitido. Colombia pagó costosos abogados extranjeros para buscar la forma de eludir el cumplimiento al mandato de la CIJ y al no encontrar ningún asidero, inventó lo de “inaplicable” a fin de acallar las protestas a lo interno del país.

Lo sensato habría sido explicar a la población los “por qué” del fallo y no lanzarse en contra de los jueces y la Corte misma pregonando que había fallado contra derecho. Pudo más la ambición política que la decencia. Por eso la reacción actual de Colombia no tiene justificación y la única manera de eludir a la CIJ, que parece causarle tanto temor, es cumpliendo cabalmente el fallo del 19 de noviembre de 2012. Así de sencillo.

Archives

Recently Commented