Espiritualidad, no religión…
Diana Benavides
¡Oh Señor!, prevenme de ser religiosa, porque ese día perderé mi fe. Es espiritualidad, no religión, la que me conecta al Altísimo. Si la religión reduce mi visión y endurece mi corazón, no merezco compasión.
Deseo reconocer la belleza de mi prójimo en cada corazón sin importar raza, cultura, forma de vida o religión, promoviendo así la tolerancia por aquello que no entiendo, pero que no es necesariamente erróneo. Y construir puentes con nuestras diferencias para juntos poder ser parte de un mundo mejor.
¡Oh Señor!, mis hermanos judíos entonan: “En lo que compartimos permítenos ver una oración en común para la humanidad y en lo que diferimos permítenos ver lo maravilloso de la libertad.”; mis hermanos musulmanes proclaman: “permite que la buena voluntad exista entre nosotros, une nuestros corazones y guíanos hacia el camino de la paz.”; mis hermanos hindúes exhortan: “que haya paz en los cielos y en la tierra para todo ser viviente.”; y mis hermanos Cristianos predican: “bendecidos sean todos los hacedores de la paz, porque serán conocidos como los hijos de Dios”.
¡Oh Señor!, ¿por qué es un niño víctima de la religión y los religiosos, hasta el punto de quedar marcado para siempre por el daño causado por extremistas, radicales o regímenes terroristas revestidos de ideologías que habitan y carcomen la mente y el corazón de los hombres? Hombres capaces de diseñar las escenas más aberrantes en contra de toda vida y la vida misma, no tienen rostro ni fronteras, simplemente existen y se reproducen donde quiera que respiren.
¡Oh Señor”, ¿por qué tanta maldad?, ¿cómo pueden los hombres causar tanto dolor en tu nombre? Causa en contra de la libertad y la felicidad… sostenida por el odio y el amor a la muerte, mas te digo hermano, que es más fácil morir en nombre de Dios, que vivir en su palabra y con sus mandamientos.
La oscuridad que la maldad y el terrorismo generan no me impresionan, ya que se requiere más coraje y grandeza para ser y hacer el bien que caminar en las tinieblas. El terrorismo y sus diferentes manifestaciones momifican el espíritu, convierten en cenizas la voluntad y quebrantan en pedazos la dignidad del hombre. Alan Keyes: Todo líder, régimen, movimiento y organización que cruza la línea hacia el terrorismo, debe de ser disipado de la civilización y la vida humana.
Por seguro la maldad y el terrorismo no pueden combatir los mismos, pero encuentran cabida y semillero en naciones y sociedades si se les ignora. No es suficiente con resistirlos, se necesita erradicar las creencias que motivan a los hombres a generar tales crímenes. No tengo la respuesta para todo, pero si se, mis amados hermanos, que el Creador es un dios de amor, misericordia, compasión, perdón, justicia y valentía… y es en los atributos y características del Altísimo que las respuestas aguardan y se encuentran.
Este escrito es propiedad y derechos reservados de su autora, Diana Benavides.