Culpa a Pastrana por derrota en La Haya
* Colombia continúa llorando sobre la leche derramada…
Orlando Arenas Alarcón
Un día ocho de agosto, un presentador de televisión que desgraciadamente llegó a la Presidencia de la República, tuvo que enterarse del concepto de Prosper Well referente al Caso Colombia Vs. Nicaragua, quien planteó desde un principio que ese diferendo no debía llegar a la Corte Internacional de Justicia.
Los aspectos que comprendía la petición de Nicaragua lo eran de carácter territorial y de carácter marítimo, consignándose el riesgo de establecer una frontera marítima menos favorable que el Meridiano 82, razón por la cual, ello constituía el que Colombia no debía aceptar el litigio.
No existía en el tratado de 1928 los derechos marítimos que hubiera podido delimitar el meridiano 82, en 1928. Ese meridiano está situado cerca de 90 millas marinas de la Costa de Nicaragua, es decir, a una distancia a la cual los Estados costeros no tenían ningún derecho marítimo en esa época; además era imposible interpretar la declaración de 1930 como habiendo determinado el límite de los derechos marítimos de Nicaragua frente aquellos de Colombia.
En conclusión en virtud del derecho del mar de hoy en día que la delimitación debe hacerse sobre los conceptos modernos de plataforma continental y de zona económica exclusiva, el riesgo de aceptar y hacerse parte en ese litigio, era demasiado grande.
Andrés Pastrana Arango, no tuvo la capacidad de comprender esa situación y se arriesgó sin preveer que la Corte podría hacer jugar contra Colombia consideraciones de proporcionalidad entre las fachadas marítimas, además de que le planteaba que ese factor no ha desaparecido y que Nicaragua podía encontrar un nuevo impulso con una Corte cuya composición había cambiado y que era posible que la teoría del meridiano 82 constituía el talón de Aquiles de la posición Colombiana, temiendo que la instancia Judicial terminaría privando a Colombia de una parte de los espacios marítimos a los cuales se consideraba que tenía derecho.
Analizando entonces el concepto del experto Prosper Well, se concluye que Pastrana es el campeón mundial del cinismo.
Por lo menos, su abuelo Carlos Arango Vélez, pidió perdón antes de morir por haber colaborado en la entrega de los Islotes de los Monjes a Venezuela.
Fuente: La Opinión.