Cafeína y glucosa mejoran eficiencia cerebral
Un nuevo ensayo, realizado por investigadores de la Universidad de Barcelona, y recientemente publicado en la revista Human Psychopharmacology: Clinical and Experimental, sugiere que la ingesta combinada de cafeína y glucosa puede mejorar la atención sostenida y la memoria de trabajo, al aumentar la eficiencia de las áreas cerebrales que sustentan estas dos funciones.
La investigación, “Glucose and caffeine effects on sustained attention: an exploratory fMRI study”, encontró que los sujetos que tomaron la combinación de cafeína y glucosa, necesitaron una menor activación cerebral de las áreas responsables de la atención y de la memoria de trabajo para obtener el mismo rendimiento que los otros participantes.
El estudio afirma que el cerebro puede ser más eficiente bajo los efectos de la cafeína y la glucosa tomadas simultáneamente, necesitando menos recursos para obtener el mismo rendimiento que los sujetos que tomaron placebo o cafeína y glucosa por separado.
El azúcar y la glucosa
• La glucosa se obtiene a través de la alimentación.
• El azúcar o sacarosa pertenece al grupo de los carbohidratos simples.
• Cuando consumimos azúcar el cuerpo la convierte en glucosa, que es la fuente primaria de energía, llámese la «gasolina» de nuestro organismo, para todas las funciones vitales y para los quehaceres y actividades diarias.
Aunque todavía no hay un acuerdo a nivel mundial sobre el consumo de azúcar, la Autoridad Europea de Inocuidad Alimentaria EFSA (por sus siglas en inglés) establece la ingesta máxima de 90 gramos diarios de este ingrediente (que corresponden a 18 cucharitas).
Para el análisis de la activación cerebral se utilizó la imagen por resonancia magnética cerebral funcional (IRMf), una técnica que permite la visualización del funcionamiento cerebral de forma no invasiva.
Se destaca que para comprender a mayor profundidad los efectos combinados de ambas sustancias, son necesarios más estudios en los que se utilicen muestras más grandes y diferentes niveles de cafeína y glucosa.
Efecto estimulante de la cafeína
Tal como lo señalan los investigadores T. Roehrs y T. Roth en su estudio “Caffeine: sleep and daytime sleepiness” (Cafeína: sueño y sueño diurno), la cafeína es un estimulante de uso común que tarda aproximadamente 30 minutos en alcanzar unos niveles plasmáticos máximos.
Por su parte, expertos de la National Sleep Foundation de EE.UU. indican que una cantidad de cafeína equivalente a dos tazas de café, restaura el rendimiento cognitivo y rebaja la somnolencia. Caso contrario, un consumo diario elevado de esta sustancia puede reducir su eficacia.
Otras investigaciones publicadas en la revista científica Sleep, afirman que la combinación de una siesta de 2,5 horas antes de un turno de noche, junto al consumo de cafeína al inicio de dicho turno, tiene efectos positivos en el estado de alerta.
Acerca de la cafeína
La cafeína es consumida desde hace siglos por muchas culturas y actualmente es posible encontrarla en las semillas o en las frutas de más de 60 plantas.
Según la nutricionista costarricense Larisa Páez, la cafeína es segura y su consumo moderado en personas sanas no está asociado a efectos adversos para la salud. Además, recomienda la ingesta diaria de 200mg a 300mg para un adulto, o su cantidad contenida en unas 3 tazas de café, o en cinco bebidas gaseosas de cola.
La investigación de la Universidad de Barcelona demostró, una vez más, que la ingesta moderada de cafeína tiene efectos benéficos para el estado de ánimo y el rendimiento mental de algunas personas. “En el caso de las mujeres embarazadas o en período de lactancia, deberán consultar a su médico en lo referente al consumo de cafeína”, sostiene la especialista.
Además, agrega que la cafeína es un estimulante suave no adictivo, cuya vida dentro del organismo es de tan sólo 5 horas.
La Asociación Médica Americana concluye que todas las bebidas hidratan y contribuyen a la ingesta total de líquidos, incluidas aquellas que contienen cafeína, tales como el café, el té, el chocolate y las bebidas gaseosas.
Su consumo deberá formar parte de un estilo de vida activo y saludable que equilibre la ingesta de alimentos y bebidas con la práctica de actividad física.