José Saramago y su legado literario
Silanny Pulgarlaverdad.com
Su inicio en la literatura no fue un muy buen augurio. El resultado de las ventas de su primer libro, Tierra de pecado, y la no publicación de su segunda propuesta, Claraboya, parecían anunciar el fracaso de su carrera como escritor. Para lograr éxito y respeto fue largo el camino que José Saramago tuvo que recorrer, pero una vez que lo logró, lo mantuvo hasta sus últimos días. Hoy se cumple un año de su partida.
Pasaron casi 30 años desde su última publicación para que su pluma apareciera con el Manual de pintura y caligrafía. Después de escribir Claraboya, Saramago no se había dedicado más a la literatura porque, según él mismo, dijo: «Sencillamente no tenía algo que decir y cuando es así lo mejor es callar».
Hijo de una pareja de campesinos de escasos recursos económicos, José de Sousa Saramago creció en Lisboa, capital de Portugal, aunque nació en Santarém. Su apellido fue producto de un error del funcionario del registro civil, que en vez de inscribirlo como José Sousa lo registró con el apodo de su familia paterna, Saramago. Con ese nombre fue conocido desde pequeño y siguió siendo así más tarde, cuando probaba suerte en su vida como periodista, escritor, dramaturgo, novelista y poeta.
La gloria de Saramago
Llegó nuevamente a los estantes con su novela Levantando del suelo, publicada en 1980. En la obra el escritor contó la historia de varias generaciones de campesinos de su país que vivieron las penurias de los tiempos de dictadura y con la misma encontró su propio estilo literario.
Desde entonces el éxito comenzó a pararse al lado del escritor que dos años después lanzó Memorial del convento y El Evangelio según Jesucristo, que publicó en 1991. Con la obra se catapultó a la fama gracias a al veto del Gobierno portugues que consideró que el trabajo «ofende a los católicos». Como acto de protesta, el hombre declarado ateo dejó su tierra y se fue a vivir a España.
En su última novela, Caín (2009), el dramaturgo habló sobre la vida del personaje bíblico y desató una vez más la crítica de la Iglesia al decir que esta figura es parte de la invención y de la imaginación del ser humano. Esta fue la última vez que la opinión pública lo nombró para desacreditar o apoyar su tesis de ateo.
Al año siguiente, en 2010, la leucemia crónica que padecía le quitó la vida a los 87 años, cuando estaba en su residencia en Canarias. La partida fue sorpresiva para su familia y para sus seguidores en el mundo. Dejó un gran legado y al menos 30 páginas de un libro que recién comenzaba a escribir y que sería su próxima publicación. Pero la muerte no le dio tiempo y, como él mismo dijo en Caín: «La historia ha acabado, no habrá más que contar».
Premio Nobel de Literatura
En 1995 José Saramago publicó Ensayo sobre la ceguera, una de sus novelas más conocidas. Tres años más tarde ganó el premio Nobel de Literatura y se convirtió en el primer escritor portugués en obtener el importante reconocimiento. Su trabajo fue destacado con otros premios como el Cidade de Lisboa en 1980, el Premio Literario Internacional Mondello de Italia en 1992 y The Independent Foreign Fiction Award de Inglaterra en 1993.
Recordado
A un año de su muerte diferentes instituciones del mundo recordarán la vida y la trayectoria de José Saramago. La exposición José Saramago, la Consistencia de los Sueños se presentará a mediados de julio en México. En Portugal se publicaron ayer tres nuevos libros en homenaje al autor.