Un bebé habla, una virgen sudó y un pueblo alucina
En los años 80 fue una “virgen que suda” y ahora un niño de dos meses que “habla”. Siempre que hay crisis política, económica y moral en Nicaragua, surgen manifestaciones fantásticas que parecen sacadas de una enferma imaginación.Aunque los jóvenes padres de la criatura se empecinen en hacer creer que el infante balbucea algunas palabras, la verdad es que en el vídeo que aparece en Youtube no se aprecia nada de eso, pese al exigente interrogatorio a que lo somete el papá hasta el punto de hacerlo vomitar la leche que acababa de ingerir.
No quedan dudas de que somos un pueblo imaginativo que sabe aprovechar el folklorismo innato que tenemos todos. En algunas radioemisoras hubo quienes lo compararon con Rubén Darío y otros con un pequeño engendro al que había que temer.
Nos gustan este tipo de historias, hacemos culto a las exageraciones y nos encanta creer que somos un pueblo con algo “especial”, sobre todo en lo relacionado a apariciones de santos y a milagros que compiten con los mejores del mundo.
Pobre criatura “parlante” y pobre pueblo de Nicaragua. El atraso, la incultura, la pobreza y la desesperación por las brutales carencias que tenemos, nos convierten en pequeños y alienados quijotes de estómago vacío -igual que el hidalgo-, y de extraviada mente a como también corresponde.