Dos muertos en enfrentamientos políticos en Venezuela
* Un activista del gobierno y un estudiante cayeron por balas disparadas durante marcha de la oposición enfrentada por grupos afines al Ejecutivo que se desplazaban en motocicletas
Caracas.- La violencia se impuso una vez más a la política en Venezuela el miércoles dejando a ese país dominado por la tensión y la incertidumbre.
A las dos de la tarde, los estudiantes le habían ganado la calle al gobierno, con marchas en las que demostraron fuerza a lo largo y ancho del país, según los medios de comunicación críticos al régimen. Dos horas después, en Caracas, un conocido militante del chavismo y un estudiante de marketing habían muerto por disparos de bala en medio de un aquelarre violento igual de sorprendente.
El gobierno acusó de inmediato a los «fascistas y asesinos» y, por la noche, el presidente Nicolás Maduro anunció que restringía el derecho a manifestarse luego de bloquear, además, la transmisión del único canal que transmitía las imágenes de la violencia, NTN24.
Así, la Venezuela del surrealismo mágico estalló de nuevo en el corazón de Caracas. Fueron hechos con muchas sombras y mucha sangre. Tras cuatro horas de marcha pacífica, coreando consignas contra Maduro, los estudiantes y varios líderes opositores llegaron hasta la Fiscalía General. Querían exigir de nuevo la libertad de 14 estudiantes detenidos en las protestas de los últimos días.
Allí, nadie los recibió, por lo que se dio la concentración por terminada y los dirigentes llamaron a abandonar el lugar.
«La marcha culminó. Ratificamos que nuestra agenda es la paz. La violencia es del gobierno represor», destacó en ese momento Juan Requesens, presidente de la Federación de Centros de Estudiantes.
Pero una parte del grupo decidió seguir protestando, incluidos una treintena de radicales, quienes se enfrentaron a la policía presente pese a los intentos de pacificación de la mayoría. Llovieron las piedras y cuatro vehículos fueron incendiados en las cercanías.
En paralelo, un nutrido grupo de progobiernistas motorizados, que merodeaban vigilantes en las cercanías desde hacía horas, atacó a los estudiantes. «Al comenzar la retirada, entraron la fuerza pública y los colectivos [chavistas] actuando de manera conjunta y en contra de los manifestantes», explicó Leopoldo López, dirigente opositor de Voluntad Popular.
Llovieron los disparos, las carreras y los gritos; fueron imágenes que hicieron recordar lo sucedido hace 12 años, antes del golpe de Estado de abril de 2002. Y muy cerca del Palacio de Miraflores, según medios de prensa.
¿Y el país? A oscuras. Un inmenso blackout informativo se apoderó el miércoles de los canales. Las emisoras privadas emitieron telenovelas, asustadas por Conatel, el ente que regula las telecomunicaciones. Globovisión, otrora único canal crítico comprado ahora por empresarios del chavismo, miraba para otro lado apostando por el deporte. Y las estaciones públicas se dedicaron a repetir una y otra vez las arengas oficialistas.
El único canal de noticias extranjero, NTN24, que informaba a través de su señal en una red de cable, fue sacado del aire a mitad de la tarde. Las redes sociales se convirtieron en la única ventana para un país que volvía a sentirse al borde del precipicio.
Tras las balas, llegó el recuento. El primer caído identificado es Juan Montoya, alias Juanchito, dirigente de uno de los grupos revolucionarios del barrio 23 de Enero, bastión bolivariano en Caracas. Montoya, que fue acusado de participar en el ataque contra la sede de Fedecámaras en 2008, integraba el secretariado revolucionario de Venezuela.
El otro muerto es el estudiante de marketing Bassil Dacosta, asesinado de un disparo en la cabeza. Distintas fuentes calcularon más de 20 heridos, varios de ellos de bala.
Las versiones en el lugar de los hechos difieren, pero la principal apunta a que Montoya murió de dos balazos, en la cabeza y el pecho, que habría recibido al enfrentarse a policías. El líder radical, agente de PoliCaracas durante años, estaba procesado por su presunta participación en un atentado con bomba contra la sede de los empresarios. «Era un camarada íntegro y luchador. Fue asesinado vilmente por el fascismo, es doloroso», enfatizó Diosdado Cabello, presidente del Parlamento, tras conocer la noticia.
«Nadie debe agredir a los grupos fascistas, llamo a la paz», clamó horas después Maduro. «Son grupos armados bajo la complicidad del Estado», acusó Henrique Capriles.
Previamente, la organización de derechos humanos Provea hizo público que la policía «reprimió a presuntos grupos pro gobierno» cerca del lugar de los hechos.
Los hechos violentos de Caracas, protagonizados por las brigadas de choque del gobierno, suceden 24 horas después de que un grupo de 100 tupamaros tomara la ciudad de Mérida. Cuatro jóvenes resultaron heridos de bala; uno de ellos se encuentra en coma. Incluso un complejo residencial fue atacado por estos radicales.