Sergio Ramírez preguntaría a Darío por su timidez
* Una de las firmas fundamentales en la literatura hispanoamericana, junto a Mario Vargas Llosa o Gabriel García Márquez, imparte este lunes dos conferencias en Alicante
Juanjo Payá
informacion.es
– La literatura hispanoamericana ha contado a Europa su historia y raíces por medio de obras como El arpa y la sombra, de Alejo Carpentier; La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa, sobre la dictadura atroz de Trujillo en República Dominicana; o su obra, Sombras nada más, sobre el sátrapa de Somoza en Nicaragua. Dicho esto, ¿hacia dónde mira hoy la literatura hispanoamericana?
Pues el siglo XXI ha abierto diversos caminos, dejando atrás las viejas dictaduras militares o las intervenciones de los Estados Unidos, en temas que llegan hasta Cien años de soledad, de García Márquez. Hoy tenemos el tráfico de armas, la inmigración violenta a Estados Unidos, el desamparo, el narcotráfico o la violencia, por ejemplo, entre bandas de México.
– En España se ha producido un movimiento literario cuando, en los últimos años, bien avanzada la democracia, se ha llevado a cabo una intensa revisión de acontecimientos sangrantes e históricos como la Guerra Civil española o la dictadura franquista, a través de obras como El corazón helado de Almudena Grandes; o Soldados de Salamina, de Javier Cercas. Y le pregunto: ¿Puede que la literatura nos dé las claves para entender nuestra memoria reciente?
La literatura nos da un sentido más lúcido de la Historia. De hecho, los libros de Historia no son populares y quedan en las bibliotecas porque no han sido escritos con la garra de un novelista. Siempre ha existido una tradición en la lengua y literatura de reinterpretar los hechos históricos a través de la novela, y no siempre de fenómenos contemporáneos. En España tuvieron que pasar varias generaciones para que ocurriera, con nombres como los de Manuel Rivas, Almudena Grandes o Javier Cercas.
– Mario Vargas Llosa, en su biografía El pez en el agua, relata su hundimiento en la política, y en parte su arrepentimiento y sufrimiento. ¿Sintió usted, desde su experiencia política y posterior abandono, una decepción similar? (Sergio Ramírez fue vicepresidente de Nicaragua en el Gobierno de Daniel Ortega, en 1984).
Sí, porque la política no es el terreno propicio para un escritor y, cuando uno empieza a navegar con brazos ajenos, lo siente. Con todo, uno no puede dejar de lado su experiencia, lo vivido en política, con sus encantos y decepciones. Aunque sí, en mi caso fue una gran decepción.
– Actualmente España vive con preocupación el desinterés de los ciudadanos hacia la política, debido en buena medida a la corrupción, que se ha disparado en los últimos años en todos los partidos y en todas las ideologías. ¿Han fracasado pues los políticos?
Los sistemas políticos han envejecido y, por mi experiencia en América Latina, puedo decirle que se han derrumbado estas viejas posiciones corrompidas de tal manera que surgen otras. Ahora, hay un interesante fenómeno juvenil, muy importante, con fuerzas emergentes. En Costa Rica, un chavalo de 30 años ha conquistado al electorado con una frase: «Ya no más de lo mismo». Cuando los candidatos jóvenes tengan respuestas para los jóvenes tendremos una renovación política, porque sustitutos para la democracia no hay.
– Hoy estará en Alicante, invitado por el Centro de Estudios Mario Benedetti. El escritor uruguayo estaba muy unido a esta ciudad, incluso el legado de su biblioteca de Madrid está instalada en la Universidad de Alicante. ¿Conoció a Mario Benedetti, o tuvo contacto con él? ¿Hasta qué punto Mario Benedetti ha calado en la literatura hispanoamericana?
La poesía de Mario es una poesía que llega a los jóvenes. En una ocasión, escuché un recital de Mario y vi cómo los jóvenes coreaban sus poesías y le pedían los poemas como si fueran canciones de Serrat. Esa comunicación era muy propia de Mario, la sencillez de sentirse cerca del lector, del espectador, de su honestidad literaria, que le hacían una persona inolvidable. Le conocí hace muchos años, en Cuba, cuando él estuvo allí exiliado.
– Otro gran proyecto de la Universidad de Alicante es la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, que con sus miles y miles de libros escaneados y abiertos al público en Internet, nos enriquece y divulga la lengua.
He entrado muchas veces, y me parece una idea extraordinaria en un mundo donde algunas personas aún no aceptan que el mundo ha cambiado. La realidad será virtual, y los libros no se buscarán en la biblioteca infinita de Umberto Eco o Jorge Luis Borges. Yo leo libros electrónicos, fuentes electrónicas y la idea de esta gran red de literatura castellana es transcendental. La creación de la Virtual Cervantes la comparo con la imprenta de Gutenberg.
– En sus artículos cita en ocasiones al poeta oriolano Miguel Hernández.
La poesía de Miguel Hernández siempre ha sido desgarradora, y siempre me he identificado con ese sentimiento tan hondo que marca su poesía. Hoy diría que es una poesía desolada, como las Nanas de la cebolla, que siempre recuerdo, así cuando habla del dolor, del desamparo, de la soledad, del hijo, la familia, la miseria…
– Vargas Llosa señaló en una ocasión que escribir es como un estriptis, donde un escritor se va despojando poco a poco de la ropa hasta quedarse desnudo ante el lector. ¿Qué es para Sergio Ramírez la literatura?
La literatura es una puesta en escena todos los días, en la que, como dice Mario, sales al escenario. Me divierto escribiendo y siento, siento con alegría o tristeza cuando escribo, es un procedimiento, como un artesano que tiene que cuidar lo que está haciendo. La literatura es parte de mi vida.
– Si tuviera a su lado en un café a Rubén Darío, su paisano, el poeta nicaragüense que influyó al mundo con su modernismo. ¿Qué le diría?
(Risas). Pues tendría muchas cosas que preguntarle. Primero su vida, su soledad, timidez, su personalidad introvertida… de dónde venía esa curiosa y extraña personalidad.