Llamado urgente para detener canal de Nicaragua
* Científico local y un alemán advierten en revista Nature sobre desastre medioambiental en nuestro país y naciones vecinas
El presidente de la Academia Nacional de Ciencias de Nicaragua, Jorge Huete-Pérez, alertó este miércoles sobre el grave impacto medioambiental que tendrá el proyecto para construir en ese país un canal interoceánico similar al de Panamá y pide una «acción internacional rápida y decisiva» para impedirlo.
En un comentario publicado en la revista científica británica Nature, Huete-Pérez y el biólogo y profesor de la universidad alemana de Constanza, Axel Meyer, advierten que «este canal causará un desastre medioambiental en Nicaragua y más allá».
Ambos reclaman el apoyo de conservacionistas, científicos y sociólogos internacionales para exigir una «evaluación independiente sobre las repercusiones de este mega-proyecto», y piden que el Gobierno lo detenga «si se confirman los temores de que ocasionará más pérdidas que ganancias a los recursos naturales de la región, las comunidades indígenas y la biodiversidad».
«Es necesaria una acción internacional rápida y decisiva», advierten.
La excavación de cientos de kilómetros de terreno de costa a costa a través del lago Nicaragua, el mayor reservorio de agua dulce de la región, destruirá unas 400.000 hectáreas de bosques tropicales y de humedales y afectará a ecosistemas vulnerables cercanos que constituyen el último refugio para muchas especies en peligro de extinción, sea cual sea la ruta que finalmente sea elegida para el canal, señalan.
Las obras, adjudicadas a la empresa china HKND, que tendrá sobre la vía interoceánica una concesión de 50 años renovables por otros 50, deben comenzar en diciembre próximo, con un coste estimado de 40.000 millones de dólares.
Todavía se desconoce el trayecto del canal y una compañía británica ha sido contratada por HKND para realizar los estudios de impacto ambiental, sin que Nicaragua haya pedido su propia evaluación.
Para poder competir con el ampliado canal de Panamá y acoger a barcos de hasta 400.000 toneladas, el nicaragüense deberá tener una profundidad de 27,6 metros, mientras que el lago de Nicaragua sólo tiene 15 metros de profundidad, por lo que habría que dragar toneladas de lodo del fondo que se acumularán en otras zonas, señalan los científicos.
El lago de Nicaragua o Cocibolca también albergaría el sistema de compuertas, por lo que se construirán diques en una zona de intensa actividad sísmica y aumentaría el riesgo de inundaciones o de escasez de agua. Asimismo, el lago podría sufrir infiltraciones salinas en la zona de compuertas, lo que unido a la pérdida de oxígeno causada por la contaminación, dañará a especies de peces únicas en el mundo, agregan.
Por otra parte, la fauna terrestre se verá artificialmente confinada a territorios separados por el canal, lo que interferirá en sus rutas migratorias.
Meyer y Huete-Pérez, quien dirige también el Centro de Biología Molecular de la Universidad Centroamericana, recuerdan que ya están experimentando una rápida pérdida de hábitat las especies en el Corredor Biológico Mesoamericano, establecido en 1997 por México y los países centroamericanos para crear una ruta migratoria segura entre el norte y el sur de América.
Entre las especies más amenazadas están el tapir, el mono araña, el águila arpía y el jaguar.
Además, advierten que cientos de pueblos serán evacuados y sus moradores indígenas tendrán que abandonar sus tierras ancestrales.
El Gobierno nicaragüense espera que este proyecto millonario dispare el crecimiento económico del 4,5 % registrado en 2013 a un 14,6 %% en 2016.
El Gran Canal Interoceánico de Nicaragua incluiría una vía ferroviaria, oleoductos, dos puertos de aguas profundas, zonas francas y dos aeropuertos, tanto en el litoral del Caribe como en el Pacífico.
Para los científicos, hay maneras más sostenibles de aumentar los ingresos, como una mayor irrigación, el turismo y la acuicultura, y recuerdan que para el año 2050 la población de Nicaragua habrá crecido en un 37 %, con lo que habrá ya de por sí escasez de agua y de recursos naturales.
Los indígenas del Caribe de Nicaragua -miskitos y ulwas- recientemente denunciaron sin éxito que el proyecto del canal violaba sus derechos sobre la tierra.