Rss Feed Tweeter button Facebook button Youtube button
|

¡La mortal enfermedad del delivery!

Son casi las seis y media de la tarde, el padre acaba de llegar del trabajo, cansado, estresado, los niños juegan y alborotan con un ruido sistémico y molesto, la mujer mira la cocina pensando que hacer…

– Amor… ¿y si pedimos que nos traigan unas piezas de pollo?

Una mujer que no quiere cocinar, que no da más, todo el día limpiando, lavando, planchando, lampaceando, cuidando a unos niños terriblemente vitales. Un marido que no tiene ganas ni de discutir, dos niños vivaces que comienzan a tener hambre. No se diga más… una llamada a uno de los tantos deliverys de Managua, y un combo familiar de doce piezas de pollo más gaseosa, más pan, más ensaladas y unos brownies de regalo, van en fatal viaje hacia la casa.

La familia se reúne en la mesa, ponen algo divertido en la televisión, y se hartan. Al terminar, satisfechos, contentos, la mujer mira los restos y dice: ¿qué hacemos con este hueserío?

– Pues dáselos al “Canelo” – dice el marido, si el pobre perro no debe ni haber comido hoy.

El pobre can recibe feliz los huesos, los tritura, los traga, los devora, y mueve la cola y mira a los dueños esperando por más.

La familia duerme el sueño de los justos, reponiendo el cansancio diario, hasta que la mujer se despierta, acostumbrada a vela por los niños, yendo hasta el patio donde escucha los lastimeros ayes de dolor del “Canelo”. El perro está echado, visiblemente dolorido, con la barriga explayada sobre la baldosa fría.

Despierta al marido, y salen a todo mamón hacia una veterinaria, es difícil encontrar una abierta en la noche, pero la encuentran, se lo ingresa de urgencia, esperan en la sala, hasta que ven el cirujano que con cara de consternación les informa que el perro ha muerto.

Tenía más de siete perforaciones en el intestino por huesos de pollo. El “Canelo” se había ido, el perro fiel, el amigo de años, ya no estaría con nosotros, ¿Cómo decirle a los niños?

A veces, un momento de felicidad para unos es una tragedia para otros.

Los huesos de pollo cobran varias vidas de perro semanalmente. No le dé para comer huesos de pollo a su perro, cuando los trituran, son como agujas filosas que rompen estomago, intestinos, provocando peritonitis y muerte.

Archives

Recently Commented