La Malaria
Rubén Aguilar Valenzuela.
Cada año se infectan 200 millones de personas por el mosquito anofeles, que trasmite la malaria. Número alto para una enfermedad que se puede prevenir con la simple instalación de mosquiteros impregnados de insecticida, pero que si no se trata a tiempo resulta siempre mortal.
Rubén Aguilar Valenzuela
La mitad de los 7,000 millones de habitantes que tiene el mundo, unos 3,500 millones vive en zonas propicias para que se desarrolle la malaria. [1]
Los espacios donde existe y se reproduce ésta son las regiones tropicales y subtropicales, que en su gran mayoría se ubican en países pobres o en el mejor de los casos en vías de desarrollo.
Precisamente en esas zonas cada año se infectan 200 millones de personas por el mosquito anofeles, que trasmite la malaria, que si no se trata a tiempo resulta siempre mortal.
El número de los fallecimientos por malaria asciende a 627,000 al año y la cantidad ha ido disminuyendo, a pesar de que sigue siendo alto.
En los últimos 15 años, el 25% de la reducción de la malaria a nivel mundial se debe al uso de una tecnología simple y barata que es un mosquitero impregnado de insecticida, asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS)
A esta medida, exitosa y muy probada, hay que añadir también la acción de cientos de miles de voluntarios y personal sanitario que educan a la población y tratan de identificar a tiempo los casos lo antes posible.
El Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, que depende de la OMS, ha repartido en el mundo 360 millones de mosquiteros, que debe renovarse más o menos cada dos años.
La OMS recomienda que en cada mosquitero se cobijen más de dos personas, pero en muchos lugares, por la falta de recursos, por las noches se cubren con él toda la familia.
En las regiones propensas a la malaria el peligro se multiplica en época de lluvias cuando proliferan los mosquitos y se vuelve prioritario el diagnóstico temprano de la enfermedad.
Hoy día si esto sucede, dos días de medicamentos resuelven el problema. En el siglo XXI nadie debería morir a causa de la malaria, pero sigue siendo un problema grave en ciertas regiones del mundo.