Nica involucrado en espantosos asesinatos en Miami
Para Alejandro Gutiérrez García el “sueño americano” tenía que llegar a como fuera, por lo que tras una corta carrera delincuencial en Estados Unidos, aceptó el encargo de una millonaria mujer de origen latino que deseaba matar a su marido y a su suegra, dueños del emblemático Hotel Fontainebleau, en Miami Beach.
JULIE K. BROWN
El Nuevo Herald
Alejandro Gutiérrez García pasó su niñez recorriendo las calles en Nicaragua antes de llegar a Miami con una visa de trabajo en el 2005. Con un tatuaje de un dragón en un brazo y el párpado derecho medio caído, el rostro amenazador de García se mezcló con el bajo mundo del sur de la Florida. A los dos años ya tenía una larga lista de antecedentes penales, desde robo hasta delitos violentos.
Las autoridades dicen que en el 2009 García fue reclutado para matar a Ben Novack, un millonario de Fort Lauderdale cuyo padre, Ben Sr., construyó el Hotel Fontainebleau en Miami Beach. Documentos judiciales alegan que García también fue contratado para matar a la madre de Novack, Bernice Novack, de 87 años, asesinada a golpes con una llave inglesa.
La esposa de Ben Jr., Narcy Véliz Novack, de 54 años, temiendo que su esposo le pidiera el divorcio, supuestamente planeó los asesinatos para heredar la fortuna de la familia.
Las autoridades afirman que García era parte de The Veliz Enterprise, un sindicato criminal familiar formado por Narcy, ex bailarina desnudista; su hermano, Cristóbal Veliz, de 57, y otros personajes acusados de asesinato, robo, lavado de dinero y extorsión. Como la mafia, la crueldad era su marca, como sacarle los ojos as Ben Novack o planear la eliminación de uno de los suyos por delatarlos a la policía.
Con los documentos y transcripciones judiciales, así como informes policiales y entrevistas, The Miami Herald narra cómo se planearon y ejecutaron los asesinatos, y cómo todo finalmente se descubrió.
Howard Tanner, abogado de Narcy Novack, dijo que su cliente no tiene nada que ver con los asesinatos y que los fiscales no tienen ninguna evidencia de lo contrario.
Numerosas fuentes policiales dijeron que el plan comenzó en un lavadero de carros de Miami. Los participantes, además de Narcy y García, eran:
• Cristobal Véliz, quien emigró de Ecuador cuando era niño, supuestamente contrató a García y a Joel González en febrero del 2009. Véliz se naturalizó en el 2008.
• Joel González, de 26 años, nacido y criado en Miami, tenía un historial de delitos menores. En abril del 2010, ocho meses después del asesinato de Ben Novack, fue arrestado por vender ropas sin licencia en un esquina de Miami. Se entregó en julio del 2010 y confesó de inmediato.
• Denis Ramírez, de 37 años y padre de uno de los nietos de Véliz. Las autoridades dicen que Véliz lo reclutó como chofer. Nacido en Nicaragua, Ramírez vino a Estados Unidos en mayo de 1988 con una visa de estudiantes. Ramírez se declaró culpable en febrero y admitió que había conducido a García ya González al Hotel Hilton Rye Town, en el Condado Westchester, Nueva York donde Novack fue asesinado.
El motivo de los asesinatos fue el dinero. Durante dos décadas, la familia ganó millones con el hotel. Posteriormente, Ben Jr. se dedicó a las convenciones. Su empresa, Convención Concepts Unlimited, estaba ganando $50 millones al año al momento de su muerte.
Aunque en el papel la herencia es de entre $8 y $10 millones, las autoridades creen que hay mucho más en cuentas de ahorro en paraísos fiscales. Novack, que no tenía hijo, se lo dejó todo a su esposa.
Los asesinatos “fueron un plan diabólico de una mujer decidida a matar a su esposo para quedarse con la fortuna de la familia”, dijo Janet DiFiore, fiscal de distrito de Westchester, después del arresto de Narcy en julio del julio del 2010. Si la declaran culpable, sus nietos lo heredan todo.
El plan comenzó a forjarse a finales del 2008, después que Narcy se enteró de que su esposo, un conocido mujeriego, tenía una amante.
Narcy practicaba vudú, y algunas veces después de un discusión particularmente caldeada, uno de sus rituales era encender velas. Abad dijo que su madre también hacía muñecas de vudú.
En un enfrentamiento marital particularmente extraño en el 2002, Narcy Novack contrató a varios hombres para que amarraran a su esposo en la casa y amenazaran con matarlo. Vaciaron la caja de seguridad, se robaron documentos de negocios, efectivo y otras pertenencias. Narcy alegó después que todo fue parte de un juego sexual y mostró a la policía material pornográfico, que incluía fotos de mujeres sin miembros. Ben declinó acusarla y dijo que seguirían juntos.
Pero para el 2008 Ben estaba harto de Narcy. Se buscó una amante, le puso un apartamento y le compró muebles. La hija de Narcy, May Abad, quien como su madre trabajaba para la compañía, vio las facturas de la amante de Ben. Le preguntó y él le dijo que le iba a pedir el divorcio, pero le aseguró a Abad que ella, su madre y su hijo, no tendrían problemas financieros.
“El quería ocuparse de mi madre”, dijo Abad. “No quería que se quedara sin nada, pero a la misma vez estaba cansado de la vida que ella le exigía> No quería tener que vestirse para ir a restaurantes de lujo todo el tiempo. El quería una vida mucho más simple”.
Abad y su madre tuvieron una relación complicada, pero después que Abad tuvo a sus dos hijos, que ahora tienen 18 y 19 años, zanjaron sus diferencias. Ben Jr. y Narcy adoraban a sus nietos y Abad se mudó a una casa en la propiedad de Novack en Del Mar Place, Fort Lauderdale.
Los años pasaron. A pesar de los frecuentes problemas, la pareja logró mantenerse junta y disfrutar de una vida de lujo, que incluía viajes, embarcaciones, buena mesa, carros y uno de los gustos más raros de Ben: gastar cientos de miles de dólares en una colección masiva de artículos de Batman, la segunda mayor del mundo.
Sin embargo, los fiscales dicen que una vez que Narcy se enteró de los planes de Ben para dejarla, se dedicó a asegurar el control de la fortuna.
La primera en la lista fue Bernice Novack, la madre de Ben. Pelirroja y con una presencia de realeza, Bernice vivía sola en una casa en el Coral Ridge Country Club de Fort Lauderdale, rodeada de reliquias de su pasado como reina del Fontainebleau. A pesar de su edad, Bernice gozaba de buena salud, hacía ejercicios regularmente y socializaba con vecinos y amigos. No se llevaba bien con Narcy y quizás trató de obstaculizar cualquier intención de Narcy para quedarse con la herencia de Ben.
Los registros judiciales muestran que en febrero del 2009 Véliz contrató a García y a otro hombre para comenzaran a vigilar la casa de Bernice. Según en encausamiento, Narcy les dio detalles clave sobre la casa y los hábitos de Bernices. El cómplice de García, que se había quedado afuera para vigilar, no ha sido identificado y puede haber huido del país.
La noche del 4 abril del 2009, el cómplice dejó a García en el lugar y se quedó frene al garaje abierto. Como era su costumbre, Bernice había estacionado frente a la casa.
García declaró a los investigadores que emboscó a la matriarca de la familia y le pegó en la cabeza con una llave inglesa. Entonces, creyendo que estaba incapacitada o muerta, huyó.
Pero Bernice era dura. Logró regresar a la casa y limpiar la cocina, entró al baño y se desplomó bocabajo en el cuarto de la lavadora, dejando una gran mancha de sangre. Sus lesiones eran masivas: varios golpes contusos en la cabeza, así como la mandíbula y un dedo fracturados y dientes rotos.
Su cadáver fue descubierto la mañana siguiente por un vecino, quien llamó a Ben, que es reservista de la policía. Varios testigos le dijeron a The Miami Herald que se mostró muy emotivo y pensó que la muerte de su madre se debía a una caída una semana antes en un banco. La Policía de Fort Lauderdale y Medicina Legal de Broward concluyeron que la mujer había fallecido después de caerse varias veces en la casa.
Pero ahora los detectives reconocen que hubo fallas en la investigación.
Una carta anónima enviada a la policía poco después de la muerte de Ben pudo haber creado algunas dudas. Redactada en español, la carta alegaba que Bernice fue acosada y amenazada antes que la mataran, y que Narcy estaba detrás de ambos asesinatos. La Policía de Fort Lauderdale desestimó la información.
Si Ben Novack comenzó a tener dudas sobre cómo murió su madre —y su abogado, Robert Switches, dice que así fue— no tuvo tiempo de expresárselas a la policía. Ben estaba preparando dos grandes convenciones para su mayor cliente, Amway International. Una era en Rye Brook, Nueva York .La otra era en Bahamas. Planeador obsesivo, Ben era muy exigente con los gerentes de hotel y mantenía un control absoluto sobre cualquier que trabajara para él. Los errores, aunque fueran menores, se pagaban caro.
Según documentos del tribunal, los preparativos para el asesinato de Ben estaban avanzados semanas antes de llegar para la convención en New el 10 de julio. Ramírez dijo que llevó en carro a Véliz, González y García desde el sur de la Florida a Brooklyn anteriormente ese mes. Ramírez compró un teléfono móvil y le pidió prestado a un amigo un Lincoln Town Car. El 12 de julio a eso de las 3 a.m., Ramírez siguió a Véliz hasta un motel de Queens, donde recogieron a García y a González. Véliz les ordenó que fueran al hotel en el Condado Westchester, donde Ramírez dejó a los dos hombres del sur de la Florida. El fiscal federal adjunto Elliott Jacobson declaró en el tribunal que los registros del teléfono móvil muestran que Narcy llamó a Véliz desde el Hilton a las 6:39 a.m. y poco después dejó entrar a los asesinos en la suite del cuarto piso que compartía con Ben.
A Ben le ataron las manos a la espalda con cinta adhesiva, y también las piernas por debajo de las rodillas. Los hombres comenzaron a golpearlo con pesas, según el encausamiento. Narcy, que supuestamente estaba presente mientras mataban a su esposo, le pidió a uno de los hombres que le tapara la boca con una almohada para apagar los gritos y entonces, en español, le ordenó a García que le sacara los ojos.
Entonces le dio a uno de los hombres una manilla de diamantes de su esposo y sacó de la habitación $100,000 de la empresa, alegan las autoridades. Después de 10 o 15 minutos, los hombres salieron y Ramírez los llevaron a Brooklyn, donde, según Ramírez, Véliz estaba esperando.
Pero habían dejado atrás una prueba clave: durante el ataque los anteojos de García se rompieron y una pedazo quedó sobre la cama donde Ben había estado dormido. Narcy alegó que el vidrio era de un par de lentes de sol suyos, pero García dijo a los investigadores que eran de los suyos.
Tras los hechos, Narcy bajó a almorzar con los invitados, unos 1,800 empleados de Amway. Eso era algo que rara vez hacía, dijo Abad. Narcy se excusó unos 20 minutos después, diciendo que iba a regresar a su habitación para ir al baño.
Fue entonces, dijo Narcy, que encontró el cadáver su esposo, a eso de las 8 a.m.
“Era un baño de sangre”, recordó Abad.
Narcy fue interrogada por la policía sin la presencia de un abogado durante la mayor parte del día y posteriormente la sometieron a una prueba poligráfica. Abad estaba afuera de la sala cuando la sometieron a la prueba. Las autoridades dijeron que había mostrado “señales de engaño”.
Su hija fue más directa: “Falló cinco veces”.
Pero las pruebas poligráficas son poco fiables, dijo Tanner.
“Por alguna razón no las admiten en los tribunales como prueba. Hay que observar el ambiente, la forma en que se hace y el momento en que se administra, así como la intención de la prueba. Por algo le dicen vudú. No le doy ninguna importancia a lo que la policía alega fueron señales de engaño”.
En los días y semanas después del asesinato de Ben, las autoridades dicen que Narcy intentó vender la embarcación de su esposo, vació tres unidades de almacenamiento llenas de artículos de colección de Batman y consiguió acceso a las cajas de seguridad de su esposo y suegra, aunque no tenía autoridad para hacerlo. Un empleado de Bank of America en Fort Lauderdale declaró que Narcy engatusó al personal del banco alegan que su esposo regresaría al día siguiente para dar la autorización. Lo que ellos no sabían era que Ben estaba en la morgue del Condado Westchester y no fue enterrado en el mausoleo de la familia hasta 52 días después de su muerte, mientras la familia peleaba por el costo del la cripta. La demora fue una infracción de la fe judía de Ben.
A medida que los confabulados comenzaron a hablar y la trama a revelarse, salieron a relucir las maquinaciones tras bambalinas.
En el otoño del 2009, Véliz supuestamente contrató a un hombre para matar a García y evitar que declarara a favor de la fiscalía, muestran los encausamientos. El 16 de diciembre del 2010, con las autoridades federales acercándose, Narcy supuestamente trató de sobornar a González para que hiciera declaraciones falsas. Entonces, el 13 de enero del 2011, Véliz ofreció pagarle a González para que culpara a Abad de la muerte de Ben, según el encausamiento.
Para entonces, las autoridades temían por la seguridad de Abad y la mudaron dos veces para protegerla a ella y a sus hijos.
Jacobson dijo en febrero en el tribunal que Ramírez había admitido haber participado como chofer en “un robo fon fuerza”. Posteriormente se declaró culpable de cargos menores a cambio de su cooperación. El pago por su participación en el asesinato de Ben: $100.
“La realidad triste y horrible en los casos de homicidio”, dijo Brian Cavanaugh, fiscal de Broward “es lo poco que vale la vida para algunas personas”.