¿FSLN quiere “comprar” a Obispos?
Allegados al gobierno del presidente Daniel Ortega se han acercado a miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a hacerles ofrecimientos en forma de “regalías” a fin de callarlos o que apoyen al FSLN, denunció ayer monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la diócesis de Managua.El religioso considera que lo anterior es una «persecución sutil» por parte de allegados al Gobierno, que buscan comprar con regalos la conciencia de los sacerdotes.
«La compra de conciencia que se está intentando con muchos sacerdotes en el país, ofreciéndoles regalías para que puedan callarse o apoyar al (gobernante) Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), es un modo de persecución», señaló el religioso, en declaraciones difundidas por el canal 63 de la televisión local, y citadas por la agencia Efe.
El obispo, que calificó ese tipo de persecución como «mucho más sutil», sostuvo que «el uso del lenguaje, los símbolos, ritos y fiestas religiosas católicas en su propaganda política, en su promoción gubernamental» también es otro «modo de persecución».
En ese sentido, criticó al Gobierno de Ortega por autocalificarse como «cristiano», ya que el artículo 14 de la Constitución establece que el «Estado no tiene religión oficial».
Asimismo, Báez reafirmó sus críticas a la «manipulación abusiva de la fe» que hace el Gobierno.
Observó que durante la celebración del aniversario número 32 del derrocamiento de la dictadura de los Somoza por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que la primera dama del país, Rosario Murillo, calificó como una «gran misa revolucionaria», quedó «sólo en la cabeza» de la esposa de Ortega, porque no hubo misa «por ningún lado».
En la celebración sandinista participó el cardenal nicaragüense, Miguel Obando y Bravo, quien en la tarima principal destacó la labor social que ha realizado el Gobierno de Ortega, que busca reelegirse en los comicios de noviembre próximo.
Báez explicó que Obando, que es obispo emérito y no ejerce ninguna autoridad en el Episcopado, participó en el acto a «título personal y no a nombre de la Iglesia».
No obstante, sugirió que «no es conveniente que ni un obispo o un sacerdote aparezca al lado de un partido».
Por otro lado, Báez aclaró que a diferencia de los años 80 del siglo pasado, durante el primer régimen sandinista (1979-1990), el actual Gobierno no expulsa a los sacerdotes del país, tampoco ataca verbal o físicamente a líderes religiosos o a los templos.
Sin embargo, afirmó que el Gobierno sandinista «ignora» la palabra de los «obispos más beligerantes» y que no ha respondido a una solicitud de diálogo que hiciera el Episcopado nicaragüense al Ejecutivo.
En otro orden, Báez opinó que la revolución que derrocó con las fuerzas de las armas a la dictadura de los Somoza, el 19 de julio de 1979, «lamentablemente fue un fracaso histórico en todo el sentido».
También consideró como «un artificio político de la familia Ortega» promover al actual Gobierno como el «heredero» de esa gesta.