Colombia: el fin de la guerra
* En esta elección plebiscitaria se logró que en la segunda vuelta votaran más ciudadanos que la primera, lo que no es común.
El presidente Juan Manuel Santos (Unidad Nacional) logró plantear con claridad cuál era el sentido del voto en la segunda vuelta de la elección presidencial en Colombia. La disyuntiva era entre la paz o seguir la guerra. Con el compromiso de continuar las negociaciones con la guerrilla logró el apoyo de la izquierda.
Óscar Iván Zuluaga (Centro Democrático), el candidato opositor, centró la primera etapa de la campaña en descalificar la negociación del gobierno con la guerrilla, y en un segundo momento matizó su posición y ofreció que de ganar continuaría el proceso, pero los que estaban porque se terminara la guerra no le creyeron.
En esta elección plebiscitaria se logró que en la segunda vuelta votaran más ciudadanos que en la primera, lo que no es común. Santos sabe, así lo reconoció en el discurso para celebrar su triunfo el domingo pasado, que se hizo con la victoria por el voto de los que querían la paz, aunque son críticos de su gobierno.
Después de 54 años de guerra y 220,000 muertos (179,000 civiles y 41,000 soldados y policías), el presidente Santos, que ahora va a gobernar del 2014 al 2108, tiene la posibilidad de alcanzar la paz en la negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Zuluaga, quien recibió el apoyo del presidente Álvaro Uribe (2002-2010), reconoció de inmediato su derrota. Lo que queda por verse es cuál será el papel que desde la oposición él y Uribe, enemigo acérrimo de las FARC, van a seguir jugando frente a la negociación del gobierno con la guerrilla. En los meses pasados hicieron todo por sabotear el proceso.
La oposición no puede negar la realidad de que ahora hay un mandato mayoritario por continuar la negociación que lleve a la desmovilización de las FARC y el ELN. Santos tampoco puede ignorar que su victoria fue por cinco puntos y que existe un amplio sector de la sociedad colombiana que se niega a la negociación y prefiere, en los hechos, seguir con la guerra.
El presidente ve que ha llegado el momento de poner fin al conflicto armado, “pero la exigencia no es sólo para el gobierno, sino también para las FARC y el ELN. Éste es el fin y hay que llegar a él con seriedad y decisión. Éste es el fin de más de 50 años de violencia y nacimiento de una nueva Colombia en paz consigo misma”.
La fuerza de Santos, para imponerse en la segunda vuelta, viene de una alianza amplia con muchos sectores cuya causa común es la paz, en la que destaca de manera señalada las distintas fuerzas de izquierda. Si el presidente reelecto sabe articular esta fuerza se convierte en una oportunidad única, para acelerar el proceso de negociación y aprobar las leyes y reformas que exige el proceso. Vienen buenos tiempos para Colombia.