El “caníbal’ vuelve a morder
Hugo Alguacil Pérez
El Mundo | España
Si ya es inusual que a alguien le dé por morder a un rival dentro de un campo de fútbol, que exista un jugador con tres agresiones de este tipo en su carrera es para que el tipo se lo haga mirar. Delantero genial capaz de marcar goles de todas las formas posibles y de sostener él solito a su selección en este Mundial, pero también de convertirse en un ‘Caníbal’, Luis Suárez repitió ante Giorgio Chiellini el mismo ataque que sufrieron el futbolista del PSV Otman Bakkal en 2010 y Branislav Ivanovic el año pasado.
A Uruguay sólo le valía la victoria para acceder a octavos de final. A Italia le bastaba con el empate pero la expulsión de Marchisio en el minuto 58 le había quitado las pocas ganas de atacar con las que había saltado al césped del estadio Das Dunas de Natal.
Después de pasarse casi 80 minutos ‘pegándose’ con los delanteros uruguayos, especialmente con Edinson Cavani, Chiellini, que ha dado y recibido golpes de todos los colores, recibió un ataque ‘nuevo’. La pelota andaba cerca, peleada por otros en el flanco derecho de la defensa italiana. Suárez esperaba un centro, que no llegó, pero eso no hizo que Chiellini relajara la marca.
El punta no se tomó bien ese exceso de celo en la intimidación y decidió que lo mejor que podía hacer era clavar sus dientes en la parte posterior del hombro izquierdo de Chiellini. El central de la Juventus respondió con un codazo directo al ‘arma’ de la agresión o, lo que es lo mismo, a la boca. Al instante, ambos se retorcían de dolor sobre la hierba.
Nadie vio nada pero Chiellini tenía grabadas las pruebas en su piel, así que corrió a enseñárselas al árbitro. Para desgracia de Italia, éste siguió sin ver, o sin querer ver. Las imágenes, en cambio, permitían hasta contar los dientes de Luis Suárez.
La jugada se resolvió sin castigo, como siempre que al ‘Caníbal’ le entró hambre durante un partido. Los problemas vinieron después: Cuando en noviembre de 2010 mordió a Otman Bakkal la federacion holandesa le sancionó con siete partidos, que serían nueve tras ampliarle su propio club -el Ajax de Ámsterdam- el castigo.
En 2013 fueron 10 los encuentros que se perdió tras agredir del mismo modo al central del Chelsea Ivanovic. En su historial delictivo también destaca otra sanción de ocho partidos por insultos racistas a Patrice Evra.
En los tres casos fue condenado a posteriori, con las imágenes de televisión como pruebas. La FIFA acostumbra a dejar en el campo lo que el árbitro no ve pero, en este caso, la reincidencia de Suárez y la contundencia que emplearon las federaciones holandesa e inglesa dejan al organismo en una situación delicada. ¿Se atreverán a sancionar al delantero en medio de un Mundial? ¿Debería hacerlo?