“Si quiere pasar, déjenos a su mujer»
Miguel y su esposa, dos migrantes nicaragüenses, permanecen desde hace unos días en un albergue de inmigrantes en Oaxaca, como refugiados del acoso de policías municipales corruptos y de pandilleros.
“Los policías me robaron y los pandilleros me piden dos mil dólares por cada uno para dejarnos pasar, o quedarse con mi esposa y que yo siga”, relató desde Ixtepec este inmigrante, originario de Matagalpa, Nicaragua.
Viajaban de regreso a su país para obtener el acta de nacimiento, pasaporte y otros documentos de Miguel, un nombre ficticio por pedido de la fuente, cuando él y su pareja fueron despojados de sus pertenencias por agentes municipales en las localidades de Orizaba y Mendoza, Veracruz.
Después lograron llegar a Ixtepec, donde Miguel y su esposa, ambos inmigrantes en México, fueron amenazados por miembros de la transnacional Mara Salvatrucha, que opera en América Central, México y Estados Unidos. Esto les forzó a pedir refugio en el albergue “Hermanos en el Camino”, para evitar caer en sus manos.
Historias como las de estos dos inmigrantes centroamericanos componen el duro panorama que encontrará el chileno Felipe González, relator de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre los Trabajadores Migratorios y Miembros de sus Familias, cuando inicie su visita oficial a México.
Ruta minada
“Vamos a plantear una serie de temas que hemos identificado como centrales”, dijo Fabienne Venet, directora del Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración (Inedim).
Entre ellos destacó “la securitización (imposición de la seguridad nacional) de la agenda migratoria, la falta de coordinación entre las dependencias federales y locales de seguridad pública y violaciones a derechos humanos”.
González, quien permanecerá en México hasta el 2 de agosto, se entrevistará con autoridades mexicanas y representantes de organismos internacionales y de la sociedad civil. Además, visitará los estados de Tamaulipas, Chiapas, Oaxaca y Veracruz.
Unos 500 mil latinoamericanos cruzan México cada año en ruta hacia Estados Unidos, según organizaciones no gubernamentales y expertos, en un trayecto minado de abusos, robos y secuestros a manos de policías y organizaciones criminales.
Ese camino pasa especialmente por los estados de Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tamaulipas, en una franja que nombran “La Ruta del Migrante”. El gobierno mexicano ha identificado entre las fronteras con Guatemala, al sur, y EU, al norte, 25 municipios peligrosos para los indocumentados.
Un colectivo de organizaciones dedicadas a la migración entregarán un informe a González, en el cual denuncian el trato agresivo empleado por el gobierno hacia los inmigrantes irregulares, la vulnerabilidad de los defensores de los derechos de los sin papeles y la impunidad que rodea las agresiones a los viajeros indocumentados.
“Nos interesa denunciar el hostigamiento y el acoso, por nuestra labor pastoral en atención a los inmigrantes, la violencia que estamos asumiendo y de la cual somos víctimas, a la par de los mismos inmigrantes”, relató la religiosa Leticia Gutiérrez, directora ejecutiva de la Pastoral de la Movilidad Humana, adscrita a la Iglesia Católica.
Su personal y los propios centros han padecido amenazas de muerte del crimen organizado y autoridades, señalamientos de estas a los responsables de los establecimientos por la labor de solidaridad y denuncia que realizan, la quema de transformadores eléctricos, cortes de luz y rotura de ventanas.
Los refugios en mayor riesgo se localizan en Ixtepec, Oaxaca; en Tenosique, Tabasco, y en Saltillo y Piedras Negras, Coahuila.