Cuentos de amor, de locura y de muerte…

Dr. Enrique Rimbaud *

Cuentos de amor, de locura y de muerte… así era el texto título de una de las obras más famosas del cuentista naturista animalista Horacio Quiroga, que traemos a colación dado el momento de alienación y violencia que estamos viviendo…

Amor, porque somos cada vez más, aunque no haya estadísticas, los que amamos a los animales.

Locura, porque la violencia reiterada e iterada asola el país, provocando manes y desmanes por todas partes, desmanes de los que la policía y la justicia no hacen carne y aparentemente no les importa en esencia, irrespetando las instituciones a los seres vivos, pensantes y no pensantes de este país…

Muerte, es el triste resultado de esta locura colectiva…

Como decía el ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, traducido por la eximia pluma de Cervantes: “la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo…”, porque debemos quejarnos, debemos molestarnos, debemos enojarnos, debemos clamar exigiendo orden, justicia y remedo a esta situación en que vivimos…

A los perros triste y célebremente asesinados por flechas, a los perros asesinados en San Juan del Sur, Ciudad Sandino y Bluefields en diferentes condiciones y situaciones, se suman situaciones bizarras, heterodoxas y hasta heréticas, fruto obvio de la anarquía procesal y legal imperante.

Un policía, evidente admirador de épocas lejanas del “far west”, con alma de sicario pandillero, asesina un perro en una parada de buses porque le ladraba a los pacientes esperadores de vehículos de transporte, que con su tarjeta TUC en la mano “temblaban” por el terror que les inspiraba el pobre chapioyo.

Una familia en Cofradía, cuya niña fue mordida por un perro, toma justicia en mano propia y llegan a la casa del dueño del perro, decapitándolo de un solo machetazo.

¿Dónde estamos? ¿A dónde vamos a parar?

Los dimes y diretes de los habladores pasivos de las redes sociales planteaban que en el caso de los perros flechados, la influencia económica, política y social de los malhechores hacía que la policía no los detuviera ni procesara… como dicen los sajones “may be”, pero si vamos al caso de San Juan del Sur, donde se presentaron testigos, fotos, videos y peritajes, se determinó que los causantes eran pandilleros malvivientes, habitantes de un barrio tenebroso. Esto desmorona la primer hipótesis, y si sumamos dos más dos, solo vemos inoperancia, ineptitud, ignorancia e irresponsabilidad por parte de los guardadores del orden, como debieran ser en exegesis, la Policía Nacional.

Nadie entiende por qué, pero se aprueba una Ley contra la Violencia hacia la Mujer, la 779, y nunca se vieron tantos crímenes y femicidios como hasta ahora… se aprueba una Ley de Bienestar Animal y los crímenes contra animales van en aumento y diversidad.

¿Por qué? ¿Será como comentan, que es porque estos crímenes no reditúan ganancias hacia la institución?

Sea como sea, permitir el libre albedrío de violencia contra los animales genera esferas de violencia social en ascendencia, porque todos los criminales violentos antes fueron maltratadores de animales.

Exigimos responsabilidad de las autoridades nacionales, responsabilidad hacia la sociedad que reclama justicia, poner un freno a los crímenes contra animales, y se lo exigimos a la Policía Nacional, al Ministerio Público y al Poder Judicial.

¡No mas maltrato animal en Nicaragua!

¡Porque los animales nos importan!

* erimbaud@gmail.com
88521488