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NASA contempla habitar asteroides

Una imagen de "El Principito" en su asteroide B-162.

Una imagen de «El Principito» en su asteroide B-162.

La vida en la Luna ya no es la principal preocupación de las agencias espaciales internacionales. Su atención y estudios ahora se encuentran en otros cuerpos celestes, como cometas, asteroides y otros planetas.

El objetivo es saber si tienen mejores condiciones para que en el futuro puedan ser habitados por los humanos. Para James Arcilla, profesor en el departamento de Asuntos de Seguridad Nacional en la Escuela Naval de Posgrado Monterrey, en California, a la NASA le interesa ampliar las posibilidades frente a lo que considera inminente: la conquista del espacio.

Por eso también se ha mantenido una línea de investigación fuerte de exploración en Marte. La empresa privada también se ha sumado, a través del proyecto Mars-One, que ya está reclutando a personas de todo el mundo para enviarlos y forma una comunidad en el ‘Plantea Rojo’, en el 2023.

De forma paralela, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio anunció la primera fase del plan para capturar un asteroide y enviarlo a la órbita lunar con el objetivo de estudiarlo en el 2019.

Así se espera conocer el pasado del Universo y las condiciones para la vida. Además, se espera que una tripulación de astronautas colonice la roca espacial en el 2020. Los expertos de la Agencia Espacial ya tienen elegido el asteroide: se trata de uno que pasó a unos 12 230 kilómetros por encima de la Tierra, en el 2011.

Es decir, a 7 600 millas. El plan de la NASA es atrapar un asteroide con una garra gigante o capturarlo con una bolsa inflable enorme. Otro de las apuestas es convertir a un asteroide de 500 toneladas en una estación espacial para reabastecer de combustible durante futuros viajes al espacio.

El proyecto contempla el lanzamiento de una cápsula de captura en un cohete denominado Atlas V, dirigida al asteroide que se posicionará entre la Tierra y la Luna. Una vez que esta cápsula esté cerca de la roca, esta lanzará una bolsa con un diámetro de 15 metros para envolverla, detener su movimiento y, finalmente, arrastrarla a un espacio gravitacional neutral.

La operación permitirá también extraer los metales y minerales del asteroide así como agua, con el fin de separar el hidrógeno y el oxígeno para elaborar combustible. Según los expertos, el costo del proyecto es de USD 2 600 millones y de realizarse de acuerdo con estas especificaciones, sería la primera vez que el ser humano logre modificar el rumbo de un objeto celeste.

Otro de los cuerpos celestes que son estudiados por las agencias espaciales internacionales son los cometas.

Precisamente, en esta semana la sonda Rosetta, de la Agencia Espacial Europea (ESA), aterrizó sobre el cometa ‘67P/Churyumov-Gerasimenko’ para dar más detalles sobre los orígenes del Sistema Solar (ver infografía adjunta).

En noviembre se espera que el robot que llevó consigo pise el cometa y haga exploración. Hasta ahora, las misiones de exploración de los cometas han sido muy escasas y se han limitado a sobrevolarlos. Como la sonda estadounidense Stardust, que luego de su misión trajo polvo dejado por la traza de un cometa, mientras que la sonda europea Giotto se acercó a 200 kilómetros de la superficie de otro.

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