China hace llover con químicos y bombas
Aunque el gobierno de Nicaragua cree que el bombardear las nubes para que llueva es “misión imposible”, lo cierto es que esa acción ha aliviado la persistente sequía que afectaba la provincia nororiental de Liaoning, en China.
Los empleados meteorológicos chinos enviaron aviones y cohetes para crear nubes, en busca de provocar lluvias mediante la dispersión de sustancias químicas en el aire.
Este proceso, denominado “siembra’ de nubes” y que genera precipitaciones artificiales, ha ayudado a aliviar la sequía.
La mayor parte de Liaoning, que sufre la sequía más severa desde 1951, registró lluvias desde el sábado al lunes, según un comunicado publicado por la administración meteorológica de la provincia y que recoge la agencia oficial Xinhua.
Los esfuerzos generaron 360 millones de metros cúbicos de lluvias en total, de los que 100 millones de metros cúbicos cayeron en la ciudad de Chaoyang, la zona más afectada.
La sequía ha causado grandes daños en los cultivos y ha amenazado el sustento de la población local de la provincia, donde las lluvias registradas desde julio han sido un 60 por ciento más bajas de lo normal.
La provincia recibió apenas 102 milímetros de lluvia del 1 de julio al 17 de agosto, 60 por ciento menos que lo normal. Esta es la más pequeña cantidad de precipitación en la región en los últimos 63 años, lo que convierte a Liaoning en la provincia más afectada por la sequía este verano.
Las elevadas temperaturas afectaron a 29,28 millones de mu –medida de superficie china– de cultivos hasta domingo, lo que equivale a 1,95 millones de hectáreas. Un total de 7,07 millones de mu de cultivos (471.333 hectáreas) quedaron destruidos y se estima que la producción de cereales en la provincia se reducirá en 5.000 millones de kilogramos.
El gobierno provincial ha destinado 592 millones de yuanes (96,2 millones de dólares) a la lucha contra la sequía. Además, el gobierno local está construyendo proyectos relacionados con el agua de emergencia.
En el caso de Nicaragua, donde la sequía amenaza con provocar una hambruna si no se toman urgentemente medidas paliativas, el presidente Daniel Ortega dijo el pasado 13 de agosto que “no es cierto, la ciencia, la tecnología no ha llegado a desarrollarse tanto todavía como para poder encontrar la forma de hacer llover.
“Allí sigue dominando la naturaleza, y al final de cuentas no queda más que la voluntad de Dios y confiar en que vendrá un poco de agua, un poco de lluvia que nos permita asumir las próximas siembras y que tengamos entonces cosechas de postrera y luego de Apante”.
Cabe aclarar que el mandatario no desmentía a los chinos, sino que aludía al esfuerzo –al parecer vano-, efectuado por el Estado de California, en Estados Unidos, donde recurrieron al bombardeo de nubes a fin de atenuar los efectos de una sequía de magnitudes nunca antes vistas. Dijo que el gobierno de ese país ni con su potencial ni con la gran cantidad de aviones que posee, ha hecho algo para solucionarlo.