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Españoles en la Nicaragua de los 80

mural* “Conocimos de primera mano el sufrimiento ajeno, nos dejamos allí la piel, en algunos casos literalmente, sucumbimos ante tanta ternura entregándonos al mestizaje, cultural y, en muchos casos también personal y familiar, con un pueblo hospitalario hasta la fraternidad. Y, en definitiva, esa vivencia nos cambió e hizo mejores…”

Un encuentro o jornada “Ambrosio Mogorrón”, en honor al enfermero asesinado en Nicaragua en 1986, fue preparada y desarrollada simultáneamente en Madrid y Managua, entre personas que estuvieron en Nicaragua en los años 80… participando de una u otra manera en el proceso que entonces protagonizaba el país centroamericano, conocido y defendido como Revolución Popular Sandinista.

En Madrid el lugar escogido y anfitrión fue la última parroquia donde trabajó el cura asturiano, de familia minera, Gaspar García Laviana, antes de embarcarse para Nicaragua, la parroquia San Federico, cuyo actual párroco Andrés también es asturiano.

Entre los asistentes, variadas experiencias, como la del exembajador Yago Pico de Coaña, o el que fuera cónsul en Managua, el extremeño Javier Amor. El resto, mayoría de cooperantes, tanto de la cooperación oficial del gobierno español, del ministerio de trabajo, o de las ONGs, algunas de las cuales se crearon al calor de lo que estaba sucediendo en Nicaragua y Centroamérica en aquellos años.

Arquitectos, doctoras, catedráticas, funcionarios… y un par de obreros, de entre quienes decidieron apuntarse a tratar de aprender, curiosear, aportar, involucrarse, molestar… y formar parte de aquel momento histórico, irrepetible.

Unas 120 personas autoconvocados y reencontradas, y más de 20 semblanzas de otras que ya fallecieron, se consideran insuficientes, y por ello entre los compromisos está abundar en las investigaciones, en las convocatorias, territoriales, para aumentar la comunicación, rescatar testimonios, sistematizarlos, incluyendo o priorizando las “inteligencias emocionales” o vivencias que fueron fuertes y decisivas en muchas vidas, para colocar de alguna manera una experiencia colectiva llena de singularidades para servicio de nuevas generaciones que, aunque manejen otras claves, puedan llegar a compartir el internacionalismo diverso que fue espontáneamente convocado en la Nicaragua violentamente dulce, feroz y desmedidamente agredida por el imperio del Norte.

En el “pronunciamiento” de convocatoria, varias lecturas…

”Conocimos de primera mano el sufrimiento ajeno, nos dejamos allí la piel, en algunos casos literalmente, sucumbimos ante tanta ternura entregándonos al mestizaje, cultural y, en muchos casos también personal y familiar, con un pueblo hospitalario hasta la fraternidad. Y, en definitiva, esa vivencia nos cambió e hizo mejores…”

Se critica a fondo el que…

“Desde nuestro gobierno se recortan hasta la irrelevancia los fondos de cooperación, se cercena el acceso a la justicia universal, y a cambio se invierte en nuevas barreras frente a los que huyen de la pobreza, la violencia y/o de la persecución política…”

Y se compromete…

“30 años después… rememoramos a todas y todos los que desde cualquier rincón del planeta dejaron todo para acudir a la llamada de Nicaragua, reafirmamos, con Gioconda Belli, que la Solidaridad es la ternura de los pueblos y NOS COMPOMETEMOS a practicar y promover el internacionalismo activo, por encima y a pesar de los gobiernos y los intereses..”

Siguiendo la senda de Gaspar García Laviana..

En Asturias, sin ninguna duda fue el COSAL, el quede forma muy creativa, lideró toda la Solidaridad con Nicaragua.

El COSAL recientemente entregó su abundante archivo de materiales a la antigua cárcel de Oviedo, convertida ahora en archivo central. Por si alguien tuviera curiosidad investigativa, allí encontraría miles de carteles, periódicos, pegatinas, referencias de campañas, una historia fecunda, no sólo referida a Nicaragua, pero sí en su mayoría y en su primera época, incluido el importante Primer Encuentro, a los 10 años de Gaspar, en el Teatro Campoamor de Oviedo.

Después ha habido un segundo encuentro, a los 20 años de Gaspar, y un tercero a los 30 años, pero han sido muy distintos.

De todos ellos hay referencias documentadas, y en todo caso, más o menos con el COSAL se relacionan quienes fueron… a curiosear, a colaborar, a visitar, a incordiar, a componer brigadas.

Línea aparte es la de los religiosos. Parece que todos varones, en el caso asturiano.

A su regreso como jubilado, Chepe Álvarez Lobo le hemos encontrado, y le hemos utilizado muchas veces en las celebraciones sobre Gaspar. Pero su “archivo” mental está casi inexplorado, con el peligro de que en su mayoría no sepa nadie ponerlo en colectivo. Es decir que se nos pierda lo muchísimo que sabe, de Nicaragua y sus gentes y su Revolución..

Chepe Álvarez Lobo, “biógrafo” del obispo Valdivieso asesinado por los españoles en Nicaragua, actualmente se encuentra jubilado en Oviedo.

Muerte de Ambrosio Mogorrón Martínez

Era un 24 de mayo. Año 1986. En el Cuá y San José de Bocay, al norte de Jinotega – zonas de las más afectadas por la guerra contrarrevolucionaria – se estaban ultimando los preparativos para jornada de vacunación del día siguiente.

A eso de la tres y media de la tarde, camioneta civil, con 13 personas, se dirigía desde San José de Bocay a El Cuá a recoger las vacunas. En la localidad de Los Cedros, a unos 6 kms. de Bocay, se escuchó una tremenda explosión.

La rueda posterior del vehículo había hecho contacto con una poderosa mina anti-tanque, de fabricación norteamericana. De las 10 personas que iban en la parte trasera del vehículo, 9 murieron inmediatamente, despedazados por el impacto. El otro quedó herido de gravedad. Los tres que iban delante sufrieron heridas más leves.

Entre los muertos estaba el enfermero vasco español Ambrosio Mogorrón Martínez, de 33 años, que trabajaba desde 1980 en Nicaragua. Ambrosio se unió así la lista de voluntarios europeos víctimas directas de las acciones terroristas de los contrarrevolucionarios. En 1983 dos médicos cayeron a manos de las bandas de la FDN.

El francés Pierre Grosjean murió durante el ataque al caserío de Rancho Grande, Matagalpa. Y unos meses después, el alemán Albert “Toño” Pflaum, fue asesinado fríamente en una emboscada en la zona de Pantasma (Jinotega). En febrero de 1986 murió, en circunstancias parecidas a las de Ambrosio, el agrónomo suizo Maurice Demierre.

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