¿Qué hace el Colegio de Médicos Veterinarios en Nicaragua?
No por ser orgulloso médico veterinario, sino por tener más de treinta años de experiencia, es que puedo afirmar con vehemencia y con la certeza de tener la razón, de que la profesión Médica Veterinaria es una de las más importantes en el mundo moderno.
La producción de alimentos de calidad, su conservación, preservación y preparación, la prevención de la salud pública y la salud animal, el control de enfermedades de origen animal o alimentario que afectan al hombre, el control de residuos de pesticidas o medicamentos en los alimentos, el desarrollo de nuevos medicamentos para tratar enfermedades humanas, la reproducción y manejo de los animales de producción, y el bienestar animal en general, son tareas propias e inherentes de la profesión veterinaria.
A nivel mundial y también a nivel latinoamericano, quien rige la profesión veterinaria y la educación veterinaria son los Colegios Veterinarios de cada país, con mayor o menor desarrollo.
Cuando llegué a Nicaragua, hace casi quince años, quedé contento al principio al ver que había en el país un Colegio Veterinario, pero poco tiempo me llevó decepcionarme al ver que nada hacían, ni hicieron, ni hacen, por desarrollar o promover la profesión veterinaria en Nicaragua.
Una organización gremial, profesional, que cobra una cuota mensual a sus asociados, y lo único que hace con sus ingresos es mantener una oficina en Conapro, una secretaria mal paga, y organizar una o dos veces por año un almuerzo o cena para sus asociados. ¡Ah!, y por supuesto, molestar a todos los que hacen, innovan o desarrollan la profesión con multas, amonestaciones y/o expulsiones.
Existe una organización llamada Asociación Mundial de Medicina Veterinaria (WVA), que rige los destinos de la profesión desde hace más de cien años y el único país latinoamericano que no forma parte de la misma es Nicaragua.
La WVA se constituye por capítulos continentales, y el nuestro es la Federación Panamericana de Veterinaria (Panvet), con más de cincuenta años de existencia, y para variar, el único país latinoamericano que no forma parte de la misma es Nicaragua.
También está el Copevet, Confederación Panamericana de Facultades y Escuelas de Veterinaria, que se encarga de la acreditación profesional, de la acreditación de Facultades o Escuelas de Veterinaria, revisión de Planes de Estudio, y todo lo concerniente a la educación veterinaria de grado o posgrado, así como educación continua. El único país latinoamericano que no forma parte de la misma es Nicaragua.
Por supuesto que la Asociación Latinoamericana de Veterinaria, Asociación Latinoamericana de Buiatría y Asociación Latinoamericana de Parasitología, entre más de cien organizaciones que representan las más de 72 especialidades de la profesión, ninguna cuenta con Nicaragua como miembro.
Mientras que en el año 1986, en el Congreso Mundial de Medicina Veterinaria desarrollado en Perth, Australia, la profesión indicaba, señalaba y ordenaba que todos los médicos veterinarios estábamos obligados a trabajar en el Bienestar Animal, promoviéndolo y desarrollándolo, acá en Nicaragua, en los años 2007 a 2010 que se discutió la redacción y texto de la Ley de Protección y Bienestar Animal, el Colegio de Médicos Veterinarios no participó de la misma.
Su única actuación, y lamentable por cierto, fue convocarme a mí a una reunión donde pretendían prohibirme que trabajara sobre el tema.
Cuando en el año 2003 los países latinoamericanos, la FAO, y los países Europeos se ponen de acuerdo en un programa y plan de estudios mínimo, de aceptación en todos los continentes, para poder trabajar con un concepto moderno de la profesión y la capacidad de intercambiar estudiantes y títulos entre los países, el Colegio de Médicos Veterinarios de Nicaragua le presentaba al CNU un programa y plan de estudios obsoleto, basado en la educación veterinaria española previa a la Segunda Guerra Mundial, sin inclusión de especialidades modernas ni conceptos básicos de la profesión veterinaria del Siglo XXI.
Este año, la división del Magfor en un nuevo Magfor y un instituto, el IVSA, dejó como consecuencia que las pocas potestades que el Colegio de Médicos Veterinarios tenía, se las quitaron, sin tener una declaración, queja o asentimiento por parte del mismo.
Revisando el año, los asesinatos de perros por flechas, los diferentes disturbios por perros pittbull, la sequía que afectó a la costa Pacífica, las propuestas del gobierno sobre la cría de iguanas, las variaciones en el precio de la carne, queso y lácteos, la pesca con bombas, los casos de tráfico ilegal, los circos con animales, los accidentes con animales por circos, topes de toros y otros, contaron con el silencio y omisión permanente por parte del Colegio de Médicos Veterinarios, que evidentemente tienen temas más importantes para tratar que la salud o bienestar de los animales.
No existen aranceles mínimos de honorarios y servicios veterinarios ni departamentales ni nacionales, no hay una defensa de la profesión, no hay una lucha por conseguir espacios de trabajo para la profesión.
Mientras que en otros países muchas de las vacunas, y test de control de enfermedades están en manos exclusivas de la profesión, aquí cualquier compra lo que quiera en la farmacia veterinaria y lo aplica como quiere.
Si el Colegio de Médicos Veterinarios no se dedica a ordenar y promover a la profesión, lo que viene es la anarquía, el caos, el desorden.
Somos muchos colegas que el día que nos llamen para integrar comisiones de trabajo que lleven a ordenar y promover la profesión allí estaremos, en primera fila, sin precisar ser de la Comisión Directiva, solo que nos dejen trabajar y hacer, y que luego promuevan las ideas y las desarrollen.
Más allá de que por ejemplo, en Argentina, el Colegio logró que la Asamblea Nacional declarara a la profesión veterinaria como de interés nacional, les cuento que en otros países latinos nadie ordeña sin que el veterinario privado habilite su finca, que las campañas como brucelosis y tuberculosis están en manos de la profesión privada, que muchas vacunas solo las da el veterinario privado, como Cólera Porcino y Brucela, por contar algunas cosas que pueden hacerse.
Seamos serios, construyamos entre todos la profesión.
erimbaud@gmail.com
Cel.: 505 88521488 (Claro)