Nicaragua en la estructura de narco “Repollo”
Jorge Ulloa Sibrián, alias “Repollo”.
* El precio de transporte por kilo de la cocaína que cuesta cien dólares, se duplica o triplica en el trayecto que va desde Cárdenas, en Rivas, hasta Ocotal, en Nueva Segovia.
En Nicaragua operaba parte de la estructura del narcotráfico del salvadoreño Jorge Ulloa Sibrián, alias “Repollo”, según su lugarteniente Franklin Ernesto Moza Larín, quien actualmente presta declaración en su país.
Moza Larín aseguró el martes al Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador que entre 2006 y 2007 realizó veinte viajes para transportar dinero y droga, llegando a convertirse en “el segundo al mando” de la estructura de narcotráfico de “Repollo”.
El narco declaró sin biombo de protección y miró a los ojos de los fiscales para contestar, vio de reojo a Ulloa Sibrián, durante el día 19 del juicio contra “Repollo” y otras 15 personas. Moza Larín goza de beneficios penales en este proceso, gracias a su declaración.
El testigo clave de la Fiscalía General de la República (FGR) describió la manera en que 11 “subestructuras” movían cocaína desde Colombia hacia Guatemala y dinero para el pago de la droga en el sentido contrario, según publica La Prensa Gráfica.
Dos de estas células estaban en Panamá, incluida una integrada por colombianos, tres estructuras en Costa Rica, dos más en Nicaragua, tres más en Honduras, entre ellas la del cartel de los Valle; la estructura de “Repollo” en El Salvador y una más en Guatemala, según el testigo. El destino final de la droga era Estados Unidos, vía México.
La Fiscalía le preguntó a Moza Larín si sabía por qué tantas estructuras se involucraban en el movimiento de la droga. El testigo contestó que se debía a una “política” implementada por Ulloa Sibrián: “después de cierta cantidad de viajes, los manda a descansar unos días, según él para enfriarse, para que no fueran descubiertos, y ponían a trabajar a otra estructura”, explicó.
Moza Larín dijo que los conductores de las estructuras recibían US$100 por cada kilo de cocaína transportado. Esa cantidad subía a montos entre US$200 y US$300 por kilo en el trayecto entre Cárdenas y Ocotal (en Nicaragua), que permitía eludir el paso por la frontera de Peñas Blancas, entre Costa Rica y Nicaragua.
En el transcurso de la investigación e conoció que la droga pasaba Panamá, el encargado de trasladarla hacia una casa en Alajuela, en Costa Rica, era un sujeto apodado «El Flaco», quien supuestamente recibía el cargamento y lo movía hacia la residencia costarricense en donde se harían los preparativos para su traslado a la siguiente parada.
Aseguran los informes que «El Flaco» era apoyado por otro hombre identificado como Fausto. Cada uno tenía su equipo que custodiaba la droga, rondaba y se encargaba de marcar las rutas en las calles entre Costa Rica y Nicaragua, en donde la droga era movida de noche entre las vías y el lago Cocibolca.
De acuerdo a los informes de las autoridades salvadoreñas, cuando el cargamento estaba por llegar a Honduras, Alvarito, Tavo y Carter, padre e hijos de un clan de supuestos narcotraficantes nicaragüenses que estarían en dominio del territorio entre las fronteras de estos tres países, se encargaban de la logística.
Alvarito trabaja como taxista entre la frontera de Peñas Blancas, en Costa Rica. Todos los días este hombre se encarga de “peinar” el terreno y de conseguir la información sobre las horas en las que se instalan los retenes policiales en las calles.
La declaración de Moza Larín estaba programada para la semana pasada, pero el lugarteniente de “Repollo” no había sido ubicado. Su testimonio ya constaba en el expediente judicial, puesto que declaró de manera anticipada a la vista pública. Uno de los fiscales valoró las conexiones que establece Moza Larín entre la estructura de “Repollo” y “varios carteles”.
Luis Servellón, uno de los abogados de la defensa, restó importancia a esta declaración y consideró que “él tiene que proporcionar elementos de prueba periféricos que puedan corroborar la versión que está dando”.
Servellón también dijo que Moza Larín es un “co-imputado (sic) y obviamente va a decir lo que sea”. Se prevé que la declaración de Moza termine este miércoles.