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La pirotecnia, nosotros, nuestras mascotas y los miedos

perroDr. Enrique Rimbaud*

Muchas veces me llaman para consultarme alumnos de colegio o de secundaria que han decidido hacer un trabajo de monografía, tesina o de graduación sobre el “maltrato animal”, y me preguntan las cifras y momentos de mayor maltrato animal en el país… siempre les contesto sin dudar: “millones y en diciembre”… a lo que sorprendidos me preguntan: ¿por qué?

En diciembre tenemos dos fiestas religiosas y otra cronológica en las que se desata un infierno, que es la cohetería, una forma atávica, y nada cristiana por cierto, de festejar la “Purísima”, “Nochebuena” y “Fin de año”.

La cohetería tiene su origen en China (los inventores de la pólvora), y es llevada a Europa por los árabes en épocas de sus invasiones al viejo continente, estrenándose en España con la conquista de la misma por los árabes.

Quiere decir, que el 7, 24 y 31 de diciembre, maltratamos simultáneamente a más de 3 millones de perros y casi 1 millón de gatos, que se desesperan y llenan de miedo, terror, pánico al “oír” los resultados de nuestra manifestación de culto y alegría.

¿Por qué pasa esto?

Los perros tienen un oído sumamente sensible, con un alcance auditivo de 60,000 Hz contra los pobres 20,000 Hz del ser humano, por lo que son capaces de oír hasta los sonidos ultrasónicos emitidos por ratones, ratas, murciélagos y vampiros, sonidos que nosotros no hemos sido nunca capaces de oír. Oyen sonidos de alta frecuencia con total facilidad.

Los animales con el estruendo sufren de palpitaciones, taquicardia, hipertensión, adrenocorticalismo, estrés, pudiendo incluso llevar a la muerte tras el susto y pánico generado.

Muchos quedan con secuelas temporales, y hasta permanentes, con ticks nerviosos, ya sean tremorgénicos (temblor permanente), u otras manifestaciones como deambulación compulsiva, correr en círculos, morderse y hasta mutilarse.

No estamos en contra de las fiestas y su significado, solo estamos en contra del abuso, de la prepotencia, de los efectos nefastos de la cohetería que después de todo también se lleva en el saco a gran cantidad de niños y jóvenes quemados y heridos.

¿Cómo prevenirla?

Por suerte, tenemos horarios prefijados, son las 6 de la tarde y las 10 de la noche del 7 de diciembre, y la medianoche de 24 y 31 de diciembre. Media hora antes del estallido general de cohetes, podemos darles un sedante o tranquilizante conseguido en la farmacia veterinaria más cercana, con el objetivo de que el animal pase más tranquilo, y de ser posible guardarlo en un cuarto obscuro, cerrado y apartado.

Si el día después, 8, 25 o 1 aparece nervioso, ansioso, aullando o intranquilo, llévenlo enseguida a la veterinaria, que se le aplicará el tratamiento adecuado para calmarlo.

No estamos contra las festividades o cultos, solo estamos en contra de la pirotecnia.

¡Di no a la pirotecnia!

¡Porque los animales nos importan!

*erimbaud@gmail.com
Claro 88521488

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