A 110 años de los Cantos de Rubén Darío

* La obra creada por el poeta y periodista nicaragüense se publicó en enero de 1905; algunos de los poemas más trascendentales del castellano aparecen en este libro

Después de iniciar el Modernismo Hispanoamericano en 1888 con Azul…, y ratificar sus valores con Prosas profanas y otros poemas en 1896, el nicaragüense Rubén Darío (Metapa, 1867–León, 1916) da a conocer en 1905 —editado por el español Juan Ramón Jiménez (1881 – 1958)— el cuaderno culminante de este movimiento: Cantos de vida y esperanza.

“Cuando dije que mi poesía era ‘mía, en mí’ sostuve la primera condición de mi existir, sin pretensión ninguna de causar sectarismo en mente o voluntad ajena, y en un intenso amor a lo absoluto de la belleza”, escribió en el Prefacio de Cantos… el líder del “movimiento de libertad” poético más trascendental de la literatura hispana. Este poemario conformará un adagio imprescindible en el destino de la lírica castellana.

Propuesta de “una sed de ilusiones infinita” en estrofas de registros anímicos, concentrados y civiles en un viraje total en la acentuación habitual. La presencia francesa (parnasianismo/simbolismo) con “Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo” en inflexiones en que explota una gama de recursos formales sorprendentes (octosílabos, endecasílabos, dodecasílabos y alejandrinos): magistral confiscación de compases clásicos para ponerlos al servicio del habla poética castellana.

El periodista y diplomático logra efectos exóticos en el uso de figuras retoricas en que un colorido intenso se fusiona con asombrosas evocaciones sensoriales: “La dulzura del ángelus matinal y divino / que diluyen ingenuas campanas provinciales, / en una aire inocente a fuerza de rosales, / de plegaria, de ensueño de virgen y de trino”.

Cisnes, “abanicos de vuestra alas frescas” arropados en la brisa de un “Mar armonioso, / mar maravilloso, / tu salada fragancia, / tus colores y músicas sonoras / me dan la sensación divina de mi infancia, en que suaves las horas / venían en un paso de danza reposada / a dejarme un ensueño o regalo de hada”.

Algunos de los poemas más significativos del castellano, cardinales después en la prosodia de las vanguardias, aparecen en esta obra: “Lo fatal”, “Salutación del optimista”, “Allá lejos” (uno de los poemas preferidos de García Márquez), “A Phocás el campesino”, “Melancolía”, “Amo, amas”… Cantos de vida y esperanza: prodigioso y axiomático episodio poético del siglo XX.