Honduras con graves pérdidas forestales
* Nicaragua elaboró su mapa forestal en 2000. Al mismo tiempo, se ha ido creando la conciencia de que es importante tener información fiable y actualizada sobre la situación de los recursos forestales, porque es esencial para ejecutar políticas y programas forestales en todos los niveles del desarrollo sostenible.
Para evitar que los incendios y la tala indiscriminada terminen por provocar una hecatombe forestal antes de lo que se ha predicho, Honduras necesita acelerar la adopción de medidas en este rubro, según la web de HRN.
Los estudios modestos señalan que el país pierde cada año entre 60,000 y 80,000 hectáreas de bosque, aunque otros registros apuntan que la superficie dañada puede subir hasta las 100 mil hectáreas.
El sector oficial plantea la toma de decisiones en el marco de una política que tendría que ser formulada a partir de la información que se desprenda del “mapa forestal” que fue lanzado a finales de 2014.
El documento es definido como una herramienta para la planificación y el ordenamiento forestal y ambiental sostenible en el marco del desarrollo económico del país.
Al menos sobre el papel, se consideran como prioridades los siguientes esfuerzos: Fortalecer el sistema de áreas protegidas y proteger los recursos del suelo, agua y bosques.
Así debe ser, porque no sólo está de por medio la cobertura forestal y sus procesos de cambio, sino también una serie de variables como los productos forestales maderables, el carbono, las áreas protegidas, la diversidad biológica y la contribución del bosque a la economía nacional.
En el resto de países centroamericanos, ya se ha caminado un buen trecho en este campo. En Guatemala, para el caso, el Mapa de Cobertura Forestal, les ha permitido a las autoridades de aquel país orientar sus políticas con base en los datos que señalan que su territorio tiene una deforestación bruta de más de 130 mil hectáreas anuales.
Los guatemaltecos tienen claro que las causas de la pérdida de cobertura forestal siguen siendo las mismas: El avance de la frontera agrícola y ganadera, las urbanizaciones, los incendios forestales, las plagas y los desastres naturales.
El Salvador, de su parte, cuenta con un mapa forestal desde 2002. Gracias a los datos proporcionados por dicha herramienta, los funcionarios de la vecina nación centroamericana conocen que su territorio tiene más de 700 mil hectáreas deforestadas, así como los motivos que han impedido avanzar hacia un modelo de vocación forestal.
Nicaragua elaboró su mapa forestal en 2000. Al mismo tiempo, se ha ido creando conciencia que es importante tener información fiable y actualizada sobre la situación de los recursos forestales, porque es esencial para ejecutar políticas y programas forestales en todos los niveles del desarrollo sostenible.
En Costa Rica, el primer mapa cartográfico de bosques fue presentado justo en marzo del año pasado, pero ya se ha proyectado que en el corto tiempo se habrá procesado la información necesaria para determinar cuál es la estructura real, la composición y las especies de sus bosques.
Los costarricenses esperan contabilizar las cantidades de carbono que tienen en disponibilidad para cumplir con el compromiso de venta de dicho elemento químico hasta 2021.
El acelerado proceso de destrucción de los recursos del bosque, suelo y agua, obliga a los países del área, especialmente a Honduras, a No interrumpir las políticas ambientales.
Las diferentes instituciones oficiales necesitan, asimismo, reforzar su cooperación, potenciar la transparencia en las acciones tendientes a conservar el bosque y buscar un mayor involucramiento de las comunidades.