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Creen ver al “Chupacabras” otra vez en Malpaisillo

El orificio practicado a una oveja, por el que presuntamente le extrajeron la sangre.

El orificio practicado a una oveja, por el que presuntamente le extrajeron la sangre.

Pese a que en el año 2000 se demostró que el esqueleto del presunto “Chupacabras” muerto por un campesino en Malpaisillo correspondía a un perro callejero, en dicha ciudad este fin de semana se volvió a hablar del mítico animal debido al extraño ataque sufrido por cuatro ovejas pelibuey.

Vecinos del municipio de Malpaisillo, en León, atribuyeron el fin de semana la muerte de cuatro animales al «chupacabras», criatura del imaginario colectivo que llevaba 15 años «sin actuar» en esa región del país, según informa la agencia Xinhua.

Según el productor agropecuario Glenin Carrión, habitante del municipio de Malpaisillo, «el temido chupacabras» reapareció en los corrales de la finca El Genízaro, de la comunidad Santa Teresa-Che Guevara, en el kilómetro 134 de la carretera que conduce de Malpaisillo a la frontera norte.

De acuerdo con las declaraciones de Carrión a una televisora local, la madrugada de este sábado, los habitantes de la comunidad se llenaron de gran temor al encontrar a ocho ejemplares de pelibuey (oveja doméstica) muertos.

Destacaron que al revisar los animales se encontraron agujeros y rasguños en sus pescuezos.

Los lugareños aseguraron que las huellas en los animales muertos no son propias de delincuentes que roban ganado y lo trasiegan hacia Honduras.

«Las personas cercanas a la finca El Genízaro de este municipio manifiestan que este hecho tuvo que hacerlo el ‘chupacabras’ y que ningún animal, como perros o zorros podrían provocar los daños observados en los animales muertos», comentó Carrión.

Los lugareños afirman que los animales muertos no presentan huellas de sangre, ni rastros de daños propios de ataques de otros tipos de animales depredadores, tampoco se observan huellas de destace de los animales por armas blancas utilizadas por delincuentes quienes destazan los animales para vender su carne en el mercado clandestino.

El dueño de la finca El Genízaro, identificado como Francisco Aguirre Cajina, trasladó los cuerpos de los animales muertos a clínicas veterinarias para determinar qué pudo causar los daños observados en las víctimas de un depredador aún no identificado.

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