Sigue manipulación con caso de tico detenido
“Un mes después, tico preso en Managua recibe asistencia legal, comida y medicinas”, titula el diario tico La Nación, dando a entender que José Daniel Gil Trejos, detenido en Nicaragua por orden de la Interpol, ha sobrevivido gracias a un milagro divino tras el cautiverio sin alimentos.
La manipulación con el caso de este sujeto -cuya esposa es la influyente Marcela Chacón, ex viceministra de Seguridad y Gobernación de Costa Rica-, es tal, que el vicecónsul Álvaro Herrera, sin ser médico ni tener trato continuo con el reo, asegura que “tiene una notable pérdida de peso y signos de deshidratación”.
Tras el titular que pone a Nicaragua como un país de bárbaros, La Nación señala que los alimentos que recibió son “externos”, es decir, los que el reo desea comer y que le llevan desde la Embajada de Costa Rica, lo que confirma que Gil Trejos tiene privilegios que no tienen siquiera muchos presos nacionales.
El diario tico señala que además recibió medicinas y tuvo acceso a su propio representante legal. Costa Rica, señalada recientemente por sus amigos norteamericanos como un país que viola los derechos humanos con sus cárceles en estado lamentable, considera a su vez que la celda donde está Gil Trejos es “deplorable”.
El costarricense fue detenido el 26 de mayo en Nicaragua como sospechoso de fraude comercial en México.
Como es un presunto delincuente de “cuello blanco”, en los círculos de poder de Costa Rica también ha repercutido el hecho de que Gil “ha permanecido casi incomunicado, sin acceso a abogado propio ni asistencia consular, recluido en un calabozo oscuro de la cárcel El Chipote, con poca ventilación y vestido apenas con ropa interior”.
Las autoridades de Costa Rica saben perfectamente que el problema de las cárceles es común en América Latina y que las de su país no sobresalen en ningún caso por lo cómodas, debido a que están sobresaturadas, hay violaciones sexuales y abusos de todo tipo.
La periodista española Alejandra Andrade, reveló en 2013 tras realizar varios reportajes sobre los presos de su país en América Latina, que una de las cárceles que más le había impresionado era de Costa Rica, donde todas las mujeres se habían rajado los brazos.
El encarcelamiento de Gil se ha convertido en tema de un enérgico reclamo del canciller de Costa Rica, Manuel González, al embajador nicaragüense, Harold Rivas, por la falta de respuestas de las autoridades de ese país en el caso del tico, esposo de Marce Chacón, viceministra de Seguridad y de Gobernación.
La Cancillería también decidió apoyar una solicitud de medidas cautelares que Chacón planteó ante la CIDH con el apoyo de la Defensoría de los Habitantes y del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil).
«Nos mantenemos a la espera de que se le presente ante un juez, se le permita el contacto con sus familiares y sea examinado por un médico de confianza que certifique su estado de salud», dice un comunicado de la Cejil.
Bien por el celo de los derechos humanos de la ONG Cejil, pero… ¿por cuántos de los hacinados en las cárceles ticas habrá abogado con la premura que lo hizo en este caso?