Participación social garantiza éxito policial
Gustavo Alvarado
Diario UNO
En la región donde aterrorizan los maras y registra altos índices de criminalidad, Nicaragua ocupa el cuarto lugar en América Latina y el primero de Centroamérica con la menor tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes, según último el Informe Regional de Desarrollo Humano, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD.
Y quien está a cargo del asunto es una mujer, la comisionada general Vilma Auxiliadora Reyes Sandoval, jefe de Seguridad Pública de la Policía de Nicaragua. Ella participó en la V Reunión de Ministros de Seguridad Pública de las Américas que se desarrolló en Lima y en esta entrevista explica que la clave es el trabajo con la Familia y la comunidad, que ayudan a la prevención del delito.
— ¿Cómo es este modelo?
—Es un modelo que está basado en los enfoques sistémicos, en función de la prevención para garantizar la seguridad humana, no solo la seguridad ciudadana, que va más allá del trabajo policial. Trabajamos en base a tres estrategias: la estrategia del trabajo policial, la estrategia del trabajo estatal con todos los programas sociales para mitigar los sectores más vulnerables, y el trabajo de la comunidad, trabajando en función de la prevención y la seguridad.
— ¿Cómo ejecutaron los trabajos de prevención para evitar abusos y no sobrepasarse? porque la gente muchas veces asocia la seguridad con ser implacable.
—Nosotros como Policía Nacional estamos sometidos a la auditoría social. Son el pueblo y la familia nicaragüense los que hacen la auditoría de nuestra gestión, ven si estamos trabajando bien o mal.
— ¿En qué consiste el trabajo de la comunidad?
—La comunidad se organiza y hace un trabajo en sectores como los gabinetes de la familia, la juventud organizada, las mujeres organizadas, en función de la seguridad. No solo en seguridad en el ámbito policial, sino en seguridad humana. Sin este trabajo con la comunidad, el trabajo policial no tuviera el éxito que tiene, porque este trabajo con la comunidad fortalece nuestro trabajo.
—Hay un gran problema de inseguridad en este país y la población responsabiliza a la policía. ¿Cómo evitar este prejuicio?
—En Nicaragua la policía es joven y tiene 36 años de estar vinculada con la comunidad. Entonces no hemos tenido este tipo de situaciones. Tenemos organizados a los jóvenes y niños en este problema de la seguridad vial porque hay más muertos por accidentes de tránsito que por homicidios, por ejemplo. Tenemos las comisarías de la mujer porque se da el fenómeno en nuestros países de la violencia intrafamiliar. Somos conscientes que la prevención es más barata que la investigación y que la reacción.
—Centroamérica ha forjado la fama de ser una región muy violenta y Nicaragua ha sobresalido por todo lo contrario ¿Cómo se logró eso?
—Con el trabajo con la comunidad. Cuando yo te hablaba del enfoque sistémico: este es la policía, el Estado y la sociedad. Los programas sociales juegan un rol muy importante con programas como Usura Cero, Hambre Cero, Casas para el pueblo, carreteras. Ahora en Nicaragua más del 80% tiene energía eléctrica, los programas de salud, de educación va en el marco de este enfoque nuestro.
— ¿Los países con poca densidad poblacional pueden controlar mejor la seguridad que los países más populosos tipo México o Perú?
—Me parece que no, porque el fenómeno es mundial. Me parece que es una cuestión de política, de querer la paz. Desde el 2006 ha ido bajando la denuncia del delito en cinco años consecutivos. Por ejemplo en el 2006: hubo 120,472 denuncias de delitos y ahora en 2014 tenemos 111, 045. El modelo funciona.
—En el Perú se cree que si hay más denuncias del delito es porque la gente confía más en la policía…
—Que haya menos denuncias no significa que estás trabajando mejor ni que estás haciendo prevención. En el caso de Nicaragua, disminuye la denuncia por el trabajo de prevención. En Nicaragua la estadística delincuencial indica que el 78.4% son faltas y delitos menores, todo nuestro trabajo ha ido desmotivando la violencia. El 6.1% son delitos de alta peligrosidad, el mejor índice de Centroamérica. Nosotros tenemos 8 homicidios por cada cien mil habitantes, es de los más bajos de América Latina. Las causas de los homicidios obedecen a problemas de convivencia, rencillas personales, problemas de desentendimiento familiar, discusiones en estado de ebriedad, no hay grandes delitos.
Prevención desde la niñez
— ¿Cómo enfrentan el problema del narcotráfico?
—Nicaragua es un país de tránsito de la droga por eso somos el muro de contención. Y tenemos una política interna de desestimular el consumo. Al consumidor lo vemos como un problema de salud pública y al narcotráfico como un delito.
— ¿Y el pandillaje juvenil, las maras?
—Tenemos un Centro Juventud que nos ayuda a resolver problemas de jóvenes en alto riesgo social. Por eso nosotros no tenemos maras, porque atendemos el segmento juventud. Nicaragua es un país de gente joven. Hasta se ha creado un Ministerio de la Juventud, donde hemos trabajado con 15 mil jóvenes que han pasado por el Centro Juventud, se han rehabilitado y estudian carreras técnicas: salen de barberos, electricistas y con la ayuda de la empresa privada los reinsertas en el trabajo, es decir, ya recuperaste a ese joven. Con los problemas de la mujer, igual.
—La clave, entonces para la Seguridad, es el trabajo con la juventud y la familia.
—Tenemos 36 años revitalizando este modelo, el ministerio de la Familia tiene un programa: Amor a los más chiquitos, donde puedes detectar si son violentos o no son violentos y los vas trabajando desde la primera infancia, ya vas cambiando la cultura, la cultura machista que después te afecta en la violencia intrafamiliar. Tenemos al ministerio de la Familia, el ministerio de la Mujer y el ministerio de la Juventud. La familia es la célula fundamental de la sociedad. Es importante la familia, la persona y la comunidad.