¿Versión tica de “la reina del sur”?
Kathia Adriana Corella Rojas, de 25 años, podría ser la versión costarricense de la “Reina del Sur”, una novela del español Arturo Pérez-Reverte en la que una belleza mexicana se traslada a España, donde forma un emporio de las drogas.
La historia de Corella Rojas, una modelo costarricense cuyo guión empezó a escribirse en Nicaragua hace algunos días, tiene todos los ingredientes de la vida de los narcos. Una hermosa mujer enamorada del dinero fácil, un novio jefe del cartelito local, quien para colmo se suicida ante la atribulada dama que ha sido capturada junto a él.
Un guión muy común también en Colombia y México, donde las mujeres más bellas son atraídas fatalmente por el embrujo de los millones de dólares manejados por los narcos y sicarios del crimen organizado.
Cuerpos moldeados por silicona, rostros conservados tersos por el botox y la cirugía, y un nivel escandaloso de vida. Nicaragua fue el escenario esta vez del drama de una “narcomodelo” originaria de Costa Rica, a quien el marido había encargado la custodia de 871,140 dólares y que llevaban consigo al momento de la captura.
La hermosa dice ahora que no tiene nada que ver con el asunto y que estaba aquí de vacaciones, antes de verse envuelta en el “infierno” en que ahora se ha convertido su vida.
Un rostro demacrado y sin maquillaje es el que presentan las fotos de los diarios nicaragüenses. La ropa holgada que lleva logra disimular apenas las bien trazadas curvas de su esbelto cuerpo.
Kathia Adriana Corella Rojas a sus cortos 25 años atraviesa en realidad un muy mal momento. Aparte del dinero, al grupo narco al que pertenece le fueron decomisados 285.6 kilos de cocaína.
Si es cierto a como dice que estudiaba tercer año de Medicina en Costa Rica, es obvio que hasta ahí llegaron sus aspiraciones profesionales.
El narcotráfico no ha logrado echar raíces en Nicaragua a como sí lo ha hecho en otros países del Istmo, incluyendo a Costa Rica, la otrora “Suiza centroamericana”. El peligro es que la historia de esta modelo que hoy nos alarma por novedosa en estos lares, se vuelva cotidiana y empiecen a proliferar las “reinas narcos”.
Ojalá que la aplicación correcta de la justicia en este caso, sirva de advertencia para aquellas que estén pensando en utilizar sus cuerpos como trampolín hacia fabulosas riquezas a como ocurre en otros países, con trágicos resultados para la sociedad.