Mitos, leyendas urbanas y realidades sobre la temida Ehrlichiosis canina
La Ehrlichiosis canina es parte del complejo de enfermedades del perro y de los animales en general, conocido como enfermedades a hematozoarios. Estas enfermedades son mortales. Todos los animales, de todas las especies, se ven afectados por hematozoarios de distintos tipos.
¿Qué es un hematozoario?
Es un organismo microscópico que afecta los glóbulos rojos, destruyéndolos, transmitido por vectores, en la mayoría de los casos, por garrapatas.
¿Cuáles son los hematozoarios?
Los hematozoarios más conocidos, por su carácter agresivo y mortal, son los que afectan a los perros, y estos son varios: Ehrlichia canis, Haemobartonella canis, Anaplasma canis, Anaplasma marginale, Babesia canis, Hepatozoon canis, etc., pero también los ganaderos sufren de la famosa tristeza bovina o piroplasmosis bovina, provocadas por Anaplasma marginal, Anaplasma bovis, Anaplasma centrale, Babesia bovis, Babesia argentina, Babesia bigémina, etc., así como los dueños de caballos, burros y mulas, con la mortal Babesia equi….
¿Cómo se transmiten? ¿Cómo se afectan nuestros animales?
Los hematozoarios se transmiten mediante vectores, es decir, elementos físicos, mecánicos o biológicos que agreden e infectan a los animales, en su mayoría son causados por garrapatas; la garrapata introduce su trompa en la piel de su víctima y en su cuerpo porta hematozoarios, los que ingresan por la misma trompa de la garrapata al cuerpo del huésped, enfermándolo gravemente.
¿Qué es lo que producen o provocan en nuestros animales?
Para hacerlo sencillo, el daño principal es la destrucción masiva de los glóbulos rojos, provocando anemia grave y la consecuente muerte del animal afectado.
Pero también, debemos considerar que el hematozoario se aloja la mas de las veces en el cerebro y sus meninges, provocando convulsiones, incoordinación, pérdida del equilibrio, pérdida del apetito, sincopes y desmayos, y a nivel de las fosas nasales, un dramático sangrado nasal.
Hay quienes dicen que el animal no se cura y queda como portador siempre, ¿es eso cierto?
Esto es mentira, porque si quedara portando al hematozoario, moriría, porque la anemia que provocan es muy intensa, rápida y eficaz. El tratamiento, cuando es bien aplicado, cura totalmente al paciente, dejándolo totalmente sin hematozoarios.
Mi perro tuvo la enfermedad, pero volvió a recaer, ¿por qué?
Muy probablemente, porque volvió a ser parasitado por garrapatas, y basta una garrapata infectada para que provoque una nueva infestación de hematozoarios.
Ahora bien, es importante prevenir, que las garrapatas no afecten a mi perro, porque cada reinfestación es peor que la anterior, y el animal se va debilitando mucho hasta que no soporta más reinfestaciones y muere.
¿Puedo usar el mismo tratamiento de mi animal enfermo en los otros perros que tengo para prevenir que no se infecten?
No, los tratamientos son curativos, no preventivos, hacer eso, equivale a decir que si me tomo dos semanas de antibióticos una vez, ya nunca más voy a tener infecciones en mi cuerpo, ni me va a dar gripe, ni angina, ni bronquitis, y eso es médica y biológicamente imposible.
¿Cómo se previene la enfermedad?
La única forma de prevenir la enfermedad es combatir las garrapatas en el animal y en el ambiente, si no hay garrapatas, no hay infección.
¿Cuál es el tratamiento indicado, entonces?
Los tratamientos pueden ser varios o variados, depende de la condición del paciente y los grados de afectación, aunque la base está en la administración de piroplasmicidas subcutáneos cada quince días y tetraciclinas de cuarta generación oral por más de treinta días. El tratamiento oral debe ser por más de 30 días, porque la sangre recambia cada 28 o 30 días.
La administración de fluidoterapia, transfusiones sanguíneas, hierro, B12 y energizantes, siempre es adecuada y necesaria.
¿Cómo se diagnostica?
Es importante hacer análisis de sangre, por un lado, puede ser un frotis de sangre periférica (oreja, almohadilla plantar o punta de la cola), para ver el hematozoario en los corpúsculos sanguíneos, o prueba serológica de sangre central (radial, safena o yugular)
Siempre es bueno realizar también un hematocrito para decidir si se hará transfusión de sangre o no.
¡Esta enfermedad es mortal, así que, ante la mínima sospecha, vaya al veterinario!
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