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Poyais, gran estafa con país ficticio dentro de Nicaragua

Gregor MacGregor creó hasta una moneda para su quimérico país de Poyais.

Gregor MacGregor, a la izquierda, creó hasta una moneda para su quimérico país de Poyais. (Fotos: Wikipedia).

Una de las mayores estafas del mundo fue cometida en nombre de las tierras misquitas de Nicaragua allá por 1820, cuando el general escocés Gregor MacGregor, comandante distinguido en la Guerra de Independencia de Venezuela, se hizo pasar por “príncipe de Poyais”, un supuesto país centroamericano producto de su imaginación, que usó para realizar negocios fraudulentos, entre ellos, ventas de tierras a otros escoceses.

MacGregor fue un militar condecorado en los ejércitos ingleses, portugués y venezolano. El infundio empieza tras varias acciones militares que lo llevaron a una zona de las costa nicaragüense del actual Caribe, que el escocés inventó estaba dominada por los imaginarios indios Poyais, con los que según él firmó un acuerdo de “colonización”.

Y sobre la] base a los supuestos recursos naturales del Poyais, comenzó a emitir bonos que daban intereses del 6%, garantizados por el Reino de Poyais.

¿Por qué cayeron tantas personas en el engaño? El autor del blog “El hombre lobo” explica el contexto de la época y las razones:

Hay que situarse en el momento histórico en el que estamos. Hablamos de 1822, donde las ex-colonias Españolas estaban apareciendo en el panorama mundial como nuevos países con enorme potencial, donde muchos países con increíbles recursos necesitaban dinero para financiar sus infraestructuras y donde los rendimientos que ofrecían eran mucho mayores que los brindados en Europa.

Wikipedia señala que en 1820 MacGregor regresó a Londres y se declaró príncipe de Poyais. La alta sociedad londinense apreciaba la colorida figura de MacGregor como parte del clan MacGregor, descendiente Robert Roy MacGregor, como luchador por la independencia de Venezuela y en particular por su exótica consorte suramericana Josefa Aristeguieta y Lovera.

Decía que el país de Poyais, en la costa de Mosquitos, se hallaba bajo su comando como Gregor I, Príncipe Soberano de Poyais y cacique del pueblo de Poyais, y que este país se había transformado en un estado próspero. Decía que Poyais tenía una gran capital con castillo, edificio de parlamento, ópera, catedral y puerto moderno. En el país habría grandes cantidades de oro y tierra muy fértil para nuevos colonos.

Nadie dudó de sus aseveraciones. Por una parte en el Reino Unido se sabía muy poco sobre las antiguas colonias ibéricas y por otra, el país buscaba nuevos mercados y terrenos para colonizar. Los historiadores creen, sin embargo, que MacGregor pagó a algunas personas influyentes para conseguir el apoyo político necesario. El encargado de asuntos del negocio de MacGregor, John Richardson, un viejo amigo de los tiempos de la guerra de independencia, fue recibido por el rey Jorge IV y MacGregor fue nombrado como Sir Gregor para promover las relaciones entre ambos países.

Ya entonces MacGregor había comenzado a transformar el país de Poyais en dinero: realizó un cuadro de la capital de Poyais y publicó un manual amplio, así como numerosos folletos publicitarios. Se organizaron numerosas presentaciones en todo el Reino Unido.

Se crearon oficinas de inmigración que vendían a inmigrantes potenciales terrenos en Poyais por cuatro chelines el morgen (unidad de área de ese tiempo)y Gregor I nombró a británicos que tenían mucho dinero como empleados de su país. Previamente cambiaba libras esterlinas en supuesto dinero de Poyais.

A partir de septiembre de 1822, salieron los primeros barcos con emigrantes a Centroamérica. En octubre de 1822 MacGregor finalmente obtuvo un préstamo por 200 mil libras esterlinas de un conocido banco londinense para consolidar el estado de Poyais, cuyas acciones fueron ofrecidas en la bolsa unas semanas después.

Un boceto elaborado por el estafador escocés sobre el falso reino. Esto le sirvió para hacer caer a los voraces incautos.

Un boceto elaborado por el estafador escocés sobre el falso reino. Esto le sirvió para hacer caer a los voraces incautos.

A finales de 1822 se produjo una catástrofe en la costa de Mosquitos. Los primeros barcos con inmigrantes llegaron al río Negro o Tinto, en Honduras, donde debería haber estado la capital del país. No hallaron ni puerto ni capital de Poyais y los empobrecidos indígenas no podían darles suficiente comida a los recién llegados.

Muchos de los nuevos colonos murieron y los sobrevivientes fueron evacuados por una expedición en abril de 1823 que había oído rumores en la colonia de Honduras Británica. La marina inglesa detuvo otros barcos de emigrantes. Los primeros colonos decepcionados regresaron en otoño de 1823 al Reino Unido. El 8 de julio de 1824 la nueva República de Colombia declaró por decreto que no existía tal estado. Pero la influencia de MacGregor aún era suficientemente grande para evitar un escándalo público. Al contrario, logró vender más acciones en 1825 y 1826.

Sin embargo, por prudencia, Gregor I abandonó el Reino Unido y se fue a París, donde fundó más asociaciones para la promoción del desarrollo de Poyais. En otoño de 1825 salió el primer grupo de emigrantes franceses hacia Poyais. Como MacGregor se creía muy seguro de todo, regresó a Londres en 1827 y fue apresado de inmediato. Sin embargo, gracias a sus contactos pudo evitar un proceso tanto en el Reino Unido como en Francia, donde previamente también había sido detenido y se había comenzado un proceso.

MacGregor se retiró a la provincia francesa y vivió algunos años de su riqueza. Él y sus amigos siguieron ofreciendo acciones de Poyais. En 1834 apareció en Escocia, donde trató de nuevo de venderles certificados de tierra a sus compatriotas. En 1836 publicó una Constitución para los Habitantes de la Costa India en América Central, usualmente llamada Costa de Mosquitos, que se orientaba mucho a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, pero que no obtuvo eco.

En 4 de mayo de 1838 fallece su esposa en la ciudad de Burghmuirhead, cerca de Edimburgo. En agosto zarpa de nuevo a Venezuela una vez agotada su riqueza, para pedir la nacionalidad venezolana, la recuperación de su rango de general y la pensión inmediata, lo que logró al igual que la impunidad por sus delitos.

El país inventado por MacGregor tenía hasta su propia moneda. Con estas notas sin valor se cerraban acuerdos, y quienes buscaban hacer fortuna al otro lado del océano, pagaban por ella con dinero británico de la época.

Casi dos siglos después de los hechos, los usuarios de Twitter de varios lugares del mundo siguen hablando al respecto. Hay incluso quienes lo relacionan con personajes de la actualidad, como un tuit que hace referencia a “JOH”, Juan Orlando Hernández, actual presidente de Honduras.

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