Frutas afectadas por cambio climático
Cada mango de este tamaño alcanza un precio de hasta 10 córdobas en los mercados. En «oferta», a tres por veinte córdobas.
Que te pidan 15 córdobas por un mango celeque en los mercados de Managua, es señal de que algo anda mal con esa fruta tan popular en nuestra tierra. Pero no es lo único. Cada jocote lo cobran a más de un córdoba, lo que hace que la mayoría de fanáticos de este ahora escaso producto prescindan de él.
La respuesta a este aparentemente errático comportamiento de los precios está ligada a un informe presentado por el gobierno de Nicaragua, que señala que el cambio climático está afectando la producción de algunas frutas, hortalizas y granos.
Estas afectaciones consisten, en algunos casos, en el retraso del período de floración producto de la humedad del suelo y las altas temperaturas, o bien al revés: la floración anticipada de las plantas.
Los autores del estudio señalan que este fenómeno se explica con que los árboles retrasan o adelantan su reproducción para asegurar su sobrevivencia en mejores condiciones de clima.
De acuerdo al informe, algunas frutas que han sido afectadas son: Mango: Se ha atrasado hasta 25 días. Aguacate: Se ha atrasado entre 1 mes y 1 mes y medio. Naranja y Mandarina: se ha retrasado hasta 1 mes.
Además del retraso en la aparición de las flores, se presenta una duración más larga del período de floración que hace coincidir el crecimiento de los frutos con los fuertes vientos de la época, provocando su caída y generando pocos frutos en las cosechas.
Así mismo, en el cultivo de los mangos se identificó que algunas variedades tuvieron floración anticipada en agosto y septiembre, provocando que cuando están en su época normal (enero) disminuyen su producción hasta en 60%.
Por otra parte, los vientos también están afectando los cultivos de níspero y zapote, provocando la caída de frutos en desarrollo.
En el cultivo de la piña, se están cosechando en un tamaño más pequeño de lo normal debido a la falta de humedad, mientras que los extensos períodos de sequía han provocado mayor presencia y aparición de nuevas plagas y enfermedades en hortalizas, maíz, frijol y maní.