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Ticos en Nicaragua se la pasan “pura vida”

teleticos* Cuatro costarricense desmintieron ante Teletica lo que dicen los políticos de su país sobre el nuestro, lo que es repetido por algunas personas que nunca han puesto un pie en la tierra pinolera.

Cindy Regidor | Teletica

¿Qué hacen y cómo viven los costarricenses que deciden mudarse a Nicaragua? Fabio Ramírez, William García, Enrique Saborío y Alonso Villalobos nos cuentan sobre su vida en el vecino país.

Unos 250.000 costarricenses viven en el exterior. Constituyen el 5% de la población nacional. En Nicaragua viven unos 40.000 migrantes. De ellos, 10,272 son costarricenses.

“Vine a Nicaragua con la intención de abrir una empresa para recolectar materiales que se pudieran reciclar”, dice Fabio. “Trabajaba para una agencia internacional de publicidad. Cuando tenía cuatro años de estar acá fue que me decidí quedar”, cuenta William. “Me vine a trabajar. A poner un negocio de discotecas”, explica Alonso. Mientras Enrique, se mudó cuando una agencia de publicidad le ofreció un puesto en Managua, pero justo ahora se ha decidido a poner un negocio, un bar café.

“Todo el mundo me decía que si estaba loco porque me venía a Nicaragua”, comparte Alonso. William rememora cuando, al mudarse, en 1996, sus familiares le preguntaban si tendría que llevar pasta de dientes o jabón. Esto debido a que, en la década anterior, Nicaragua había sufrido escasez producto de la guerra, aunque ya para la década de 1990, el país empezaba a resurgir económicamente. “Lo que si recuerdo que me dijo un amigo cuando recién llegué, es que no se me ocurriera decir Pura Vida”, recuerda Fabio, mientras ríe. Aunque los países están muy cerca, “de las dos vías tenemos muchísima ignorancia de lo que pasa en el otro país”, añade William.

¿Qué encontraron en Nicaragua? Son varias las razones enumeradas por estos costarricenses que se trasladaron al país del norte. Una oportunidad, así lo describe Fabio, al comentar sobre la apertura de su empresa de reciclaje, que hasta el día de hoy ha aumentado, de forma exponencial, el volumen de material reciclado.

La facilidad y agilidad en los trámites burocráticos gubernamentales es algo que Alonso aprecia de Nicaragua. Enrique destaca “un apoyo especial al emprendimiento en estos momentos”, además de lo barato del costo de la vida. William, por su parte estima la calidez de la gente, así como la seguridad y estabilidad.

Estos expatriados hablan también acerca de la supuesta hostilidad entre ticos y nicas. En el caso de William, expresa que solo un par de veces tuvo incidentes negativos debido a su nacionalidad, mientras que el resto asegura nunca haber tenido algún problema o roce, más que las típicas bromas entre conocidos, como comenta Enrique.

También reflexionaron acerca de la existencia de conflictos reales entre las dos naciones. “Creo que es una cuestión política”, dice Enrique, algo que Fabio refuerza cuando analiza que “los mensajes que manda el gobierno al pueblo influyen mucho en que la gente piense mal sobre nosotros”. Para mí los únicos culpables y responsables de estos conflictos es la prensa de ambos países, ellos son los que agigantan todo”, dice Alonso. William atribuye la causa a la ignorancia y falta de educación.

Finalmente, los entrevistados coinciden en que las nacionalidades son solamente eso y que no afectan la calidad de las personas, que nicaragüenses y costarricenses, son más parecidos que diferentes.

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