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“Este cabezón nos va a ganar a todos”

Rubén Darío cuando tenía

Rubén Darío cuando tenía

Verónica Díaz | Milenio

La primera fotografía de Rubén Darío es de cuando tenía 4 años de edad; las últimas, durante su agonía hasta su muerte a las 10:15 de la noche del 6 de febrero de 1916. Con ellas y muchas otras, como la imagen recientemente descubierta en los archivos del periódico argentino La Nación, integran un amplio recorrido por las imágenes que existen del poeta nicaragüense, que se muestra en la más reciente Biografía iconográfica de Rubén Darío (1871-1916), hecha por Edmundo Montenegro.

El libro de 200 páginas, con un número similar de imágenes tanto de fotografías de Darío como de los monumentos que se le han dedicado (estatuas, bustos y cabezas), así como óleos realizados por pintores de todo el mundo, pertenece al catálogo de la editorial Pavsa, de Carlos Tünnerman, a la vez representante de la Real Academia de la Lengua Española en aquel país.

A punto ya de cerrar su edición, el libro —que costó más de 10 años de investigación— será presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, a propósito de la remembranza que se ha hecho del poeta este año, cuando se cumple el centenario de su fallecimiento.

“La inquietud nació cuando yo todavía cursaba la secundaria, y empecé organizando una especie de álbum familiar de Darío con imágenes que encontraba en los periódicos”, explica Montenegro, quien no es ni investigador de formación ni literato sino un admirador del bardo nicaragüense.

Añade que sus motivaciones fueron dos: la primera, “mostrar a un Rubén Darío diferente, más humano, no como un hombre que solo se reunía con reyes y tampoco como el tomador (alcohólico) común, como lo considera mucha gente, al menos aquí en Nicaragua. La segunda fue que cada vez que yo encontraba sus fotografías, incluso las mismas en medios diferentes, se daban como referencias fechas, lugares y nombres de sus acompañantes completamente diferentes. No había veracidad en la información”.

La primera imagen del poeta es una fotografía de estudio de cuando él tenía 4 años de edad (1871). “Retrato tomado en la ciudad de León por Maritano ante la cámara de Daguerre. Las primeras letras las aprendió con su tía abuela Bernarda Sarmiento, más tarde fueron sus maestros doña Jacoba Tellería, Jerónimo Ramírez y el licenciado Felipe Ibarra, quien una vez expresara de Darío: ‘Este cabezón nos va a ganar a todos’, y a quien debemos el retrato escrito de Darío niño: ‘Era un muchacho endeble, cabezón, crenchas rubios, tez blanca, rostro aquilino, frente espaciosa y ojos grandes y centellantes’”.

De esa imagen, Montenegro señala que la mandó tomar el padrino del pequeño, el coronel Félix Ramírez Madregil, fascinado porque un niño de tres años aprendiera tan pronto a escribir y a leer.

Su visita a México

La publicación, que tiene de portada un óleo de Ricardo Morales y que reproduce la fotografía que recientemente fue hallada en los archivos del diario bonaerense La Nación, está estructurada de manera cronológica en cinco periodos de la vida de Darío, emparentados con los lugares que habitó: “Nicaragüense (1871-1886)”; “Chileno (1886-1889)”; “Centroamericano (1889-1893)”; “Argentino (1893-1898)”, y “Europeo y final en América y Nicaragua (1898-1916)”.

En este último segmento se incluye un conjunto de fotografías de su estancia en México: “Las cuatro fotos fueron tomadas en Teocelo, Veracruz, México, en agosto de 1910. Darío tenía 43 años de edad, y fue la única visita que hizo al país, y duró casi 15 días. Darío fue muy bien recibido en México, en las ciudades de Oaxaca, Teocelo y Jalapa, muy rodeado del pueblo, con mucho cariño y respeto.

“Estas fotos en Teocelo en 1910, tomadas por José Antonio Vicuña Sánchez, son una hermosa muestra de cómo nuestro Rubén Darío fue también amado por pueblos y gentes, así de cómo él vino a los a los suyos con tanta humildad y respeto”, explica el libro.

El último fragmento corresponde a la agonía y funeral de Rubén Darío (6 de febrero-13 de febrero 1916), en el que se da cuenta del periplo de siete días del cadáver del vate.

Patrocinado por el Instituto de Cultura de Nicaragua, con apoyo y material del Museo Archivo Rubén Darío, el libro actualiza la información de Rubén Darío: biografía iconográfica, editado en 1967 por Julián N. Guerrero y Lola Soriano de Guerrero.

“A Darío le gustaban las fotos; era tímido pero le agradaba que se las tomaran, posaba para ellas y regalaba sus fotos a varios personajes. Hasta donde sé, él no tenía fotos suyas, a menos que las hubiera en todo el material que le guardó, entre más de 5 mil cartas, doña Francisca Sánchez”.

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