30 años dedicados a la acupuntura
* Un caso especial: Un hombre vino acompañado por dos personas. Recuerdo que fue al comienzo y sigue viniendo con sus ochenta y pico años, todos los meses. Le habían dicho que iba quedar en silla de ruedas de por vida y ahora viene caminando con un bastón.
¿Cómo decidió entrar en el mundo de la acupuntura?
Yo estudié medicina. En aquel momento lo del MIR estaba muy difícil y encima tuve que hacer la mili que de aquellas era obligatorio. Pasé 18 meses en la marina. Hice el MIR y no saqué plaza. Fue entonces cuando decidí hacer la especialidad en acupuntura en Valladolid en 1986 y posteriormente Homeopatía y la especialidad en Santiago de Compostela. También soy perito médico. Soy de la primera promoción en facultad de medicina de Valladolid en 1996.
– ¿Cuándo empezó a trabajar como acupuntor?
Hoy hace 30 años. Di una charla para divulgar la acupuntura el 17 de marzo de 1987 en el Ateneo. Se titulaba: «Acupuntura. La forma de restaurar el equilibrio bioenergético».
– Como primer acupuntor, ¿le resultó difícil el comienzo?
No fue fácil (risas). Recuerdo a un señor de Moreiras que me preguntó si era médico. Le dije que sí y me comentó que «aquí as agullas somentes sirven para coser e calcetar» (risas). Poco a poco la gente fue comprobando que «lo de las ajugas» funcionaba y muy bien. Te puedo decir que Manolo del bar Marbella fue de mis primeros clientes y en su local me hizo mucha propaganda. Viendo los resultados, diseñadores de moda, escultores, pintores y gente de todos los ámbitos sociales pasaron y siguen pasando por mi consulta. Llevo atendidos a 4.652 pacientes desde entonces.
– ¿Algún caso especial que recuerde?
Sí. Un hombre que debe ser la historia número 25. Vino acompañado por dos personas. Recuerdo que fue al comienzo y sigue viniendo con sus ochenta y pico años, todos los meses. Le habían dicho que iba quedar en silla de ruedas de por vida y ahora viene caminando con un bastón. También un caso de esclerosis múltiple que se recuperó después de venir también en silla de ruedas.
– ¿No le prometían hacerle un monumento si les curaba? Es típico…
¡Ya lo creo! Si me llegan a poner todos los monumentos que me prometieron si les curaba, estaría la ciudad llena (risas).
– ¿Algún caso curioso?
Un niño que tendría 10 años. Le aumentaban casi dos dioptrías al año. Lo traté unos meses y le bajaron 3 en cada ojo. Hay otros casos que no se puede resolver y entonces les oriento, porque primero soy médico y después utilizo la técnica de acupuntura porque es buena.