Beneficios de auriculoterapia en enfermedades crónicas
* Además de ayudar a reducir los niveles de la presión arterial y, por lo tanto, el riesgo de sufrir un infarto agudo al miocardio o un accidente cerebro vascular, la auriculoterapia mejora la calidad de vida del hipertenso, tanto, que se siente más tranquilo y relajado.
La auriculoterapia, como terapia complementaria de la hipertensión, la diabetes y la obesidad, ayuda a reducir los niveles de la hipertensión arterial y la hiperglucemia, así como a bajar de peso, según un proyecto de investigación cuasi experimental auspiciado por la UNAM y la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.
Aun cuando los datos son parciales, los resultados de este proyecto que realizan Adela Alba Leonel, de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO), y Roberto Sánchez Ahedo, de la Facultad de Medicina (FM), en 50 pacientes del Centro de Salud Portales, muestran la eficiencia de esta vertiente de la acupuntura aplicada en un microsistema: la oreja.
«En la auriculoterapia se insertan, en puntos claves de la oreja, tachuelas (pequeñas agujas), semillas de mostaza o balines (pequeñas esferas) adheridos a un micropore, para estimular los nervios periféricos que a su vez inducen la liberación de neuropéptidos o neurotransmisores del sistema nervioso central y del sistema nervioso parasimpático», dice Alba Leonel, responsable del proyecto.
Resultados
En el caso de los hipertensos que no han dejado de tomar antihipertensivos pero tienen la presión descontrolada, a las tres semanas de tratarlos con auriculoterapia presentan una disminución de 4 milímetros en la presión arterial sistólica y de 2 milímetros en la diastólica.
«Son pacientes que, a pesar de estar medicados, tienen cifras altas, por arriba de 140/90 (se mide en milímetros de mercurio). Con la auriculoterapia, una presión arterial de, por ejemplo, 140/90, disminuye a 136/88», añade Alba Leonel.
Varios factores impiden un buen control de la presión arterial: que la dosis del fármaco hipertensivo no sea suficiente, que el fármaco hipertensivo no le está funcionando al paciente o que éste no se lo tome según la prescripción del médico (cada 12 horas, por ejemplo), sino cada vez que se acuerda.
Ahora bien, si una persona no mantiene su presión arterial por debajo de 140/90 (120/80 es el promedio) puede padecer un infarto agudo al miocardio o un accidente cerebro vascular.
Además de ayudar a reducir los niveles de la presión arterial y, por lo tanto, el riesgo de sufrir un infarto agudo al miocardio o un accidente cerebro vascular, la auriculoterapia mejora la calidad de vida del hipertenso, tanto que se siente más tranquilo y relajado.
«La aplicación de la auriculoterapia, como terapia complementaria, en los centros de salud podría repercutir en un menor gasto de fármacos antihipertensivos, ya que su eficacia lleva a la disminución de las dosis o de los intervalos entre una y otra dosis, e incluso del número de fármacos antihipertensivos utilizados», considera la investigadora universitaria.
En el caso de los pacientes diabéticos, se mide su glucosa a nivel capilar. Se les pincha el pulgar o el índice, y se pone una gota de su sangre en una tira reactiva para ver sus niveles de glucosa. De acuerdo con el análisis de unos cuantos pacientes tratados con la auriculoterapia, sus niveles de glucosa han bajado entre 10 y 15 decilitros.
En el caso de los obesos, las tachuelas se ponen en puntos específicos de la oreja, sobre todo para controlar la ansiedad que los impulsa a seguir comiendo y para aumentar su metabolismo, lo cual se refleja en una baja de peso. Al hacer un corte en la quinta semana del estudio, un resultado preliminar dijo que bajaron 2 kilos. Esta disminución es estadísticamente significativa.
«A los pacientes obesos se les pesa cada semana y se les mide su talla y su circunferencia abdominal para calcular su Índice de Masa Corporal. Así saben cuánto están bajando de peso.»
Esta estrategia les ha venido como anillo al dedo a todos los pacientes. Si bien ha habido retrocesos en el proyecto (pérdida de pacientes que luego se reponen con otros), 90% de ellos están presentando una disminución tanto de su presión arterial como de sus niveles de glucosa y de su peso.
«Como la hipertensión, la diabetes y la obesidad son enfermedades crónicas, los pacientes que vemos no se curarán, sólo las podrán controlar. Entonces deberán tomar fármacos de por vida, así como sus sesiones de auriculoterapia, con intervalos de descanso», indica Alba Leonel.
Muestra
La investigadora reconoce que en este proyecto hay un problema en cuanto al tamaño de la muestra con que se trabaja. Sin embargo, muchos estudios están hechos con pocos pacientes.
«Clínicamente se observa un efecto favorable de la auriculoterapia, si bien estadísticamente no contamos con los números suficientes para afirmar que la confiabilidad es alta. Por eso se amplió el tamaño de la muestra y el tiempo de seguimiento de los pacientes. Nuestra muestra es de 50 pacientes. Parecen pocos, pero seguirlos durante 10 semanas para obtener resultados confiables y extrapolarlos, implica tiempo, trabajo, costos…», comenta.
Con todo, las evidencias preliminares apuntan a que, desde el punto de vista neurofisiológico y anatómico, la auriculoterapia es eficaz para ayudar a tratar la hipertensión arterial, la diabetes y la obesidad, enfermedades que, además de ser epidemias y, por lo tanto, problemas de salud pública, son un factor de riesgo para el desarrollo de otras patologías.
«Aunque no sustituye el tratamiento farmacológico, que en el caso de las enfermedades crónicas representa un alto costo para el sistema de salud», subraya Alba Leonel.