Veterinaria y cambio climático
Las ciencias veterinarias son disciplinas científicas dinámicas, con gran capacidad de adaptación al advenimiento de los cambios tecnológicos, exigencias del mercado y culturales, y demanda en general, tanto de la población mundial o local como institucional, en la medida que se van dando cambios políticos, socio económicos o culturales.
Desde el Congreso Mundial de Veterinaria de 1986, en Perth, Australia, la profesión veterinaria ha marcado cambios radicales en orientaciones y posturas, definiendo en ese entonces el trabajo global de una profesión multiespecializada hacia el Bienestar Animal, como eje transversal de las más de 72 especialidades reconocidas por la Asociación Mundial de Veterinaria (WVA).
Desde ese entonces hasta acá, mucha agua ha pasado bajo el puente, incorporando otros ítems de gran importancia, como: inocuidad y seguridad alimentaria, desastres naturales, mitigación, bioterrorismo, control de la natalidad en animales de compañía, nanotecnología, nuevas técnicas diagnósticas, bienestar animal, animales de trabajo, zoonosis, manejo racional de fármacos, manejo de tic´s y redes sociales, sin olvidar el programa difundido y propalado por la OIE de “Un mundo, una salud”….
Sin embargo, creemos firmemente que estos temas, si bien son importantísimos, son condición necesaria pero no suficiente, un veterinario que egrese de cualquier centro educativo de cualquier parte del mundo, hoy debe necesariamente estar formado para enfrentar otros nuevos desafíos: el calentamiento global y el cambio climático, así como la producción de gases que provocan el efecto invernadero.
El cambio climático existe, es un hecho incontrovertible, y esto genera nuevos desafíos en los sistemas de producción, el aumento de la población mundial, la necesidad de fabricar alimentos para más de 9,000 millones de personas en el corto plazo, la disminución del recurso tierra, la desertificación, las sequías prolongadas, los constantes asedios del “niño” y la “niña”, la multiplicación de desastres naturales, la disminución de la cantidad de agua en los sistemas de producción en cantidad y calidad, la necesidad de intensificación de los sistemas de producción, la disminución abrupta de los bancos de peces de los océanos, tornan necesario una sólida formación técnica y científica capaz de enfrentar estos desafíos.
Por otra parte, intereses espurios y oscuros, con evidente intención económica y política, han comenzado una acometida sin precedentes en contra de la ganadería, acusándola de ser la gran culpable del efecto invernadero por la emisión de gases de metano, propagandeando en la población que no coman carne ni tomen leche de vaca, sino que cambien por productos derivados de la soja, dejando a la población en dudas y con grandes interrogantes, restándole valor a los grandes alimentos por excelencia que nos brindan la carne de vaca y la leche… ¡un disparate sin precedentes!
El nuevo profesional veterinario deberá estar sólidamente formado en anatomía y fisiología, para comprender los procesos de formación y emisiones de gases y como controlarlos, procurando producir alimento de calidad y cantidad para un mundo superpoblado, sin afectar el clima a través de las emisiones de gases.
¡Estos son nuestros nuevos desafíos! ¡Y deberemos darles cumplimiento!
Dr. Enrique Rimbaud
Decano Facultad de Ciencias Agrarias, UCC
Presidente Fundación A.Mar.Te.
Doctor en Medicina y Tecnologia Veterinarias
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