¿Por qué los rusos siguen buscando al Yeti?
Innumerables entusiastas han buscado el Yeti en América del Norte y Europa. Pero ¿qué pasa con Rusia? Los vastos bosques del país y las inmensas montañas apenas se han explorado, así que… ¿Quién sabe, tal vez la gran bestia peluda se esconde en Siberia?
«Casi todos los días recibo nuevas historias de testigos de toda Rusia sobre los Pie Grande», dice Ígor Búrtsev, doctor en ciencias históricas. «¡Es más fácil decir donde no ha habido avistamientos aparentes, en lugar de donde los ha habido!» Hay informes de personas que los ven o que encuentran sus rastros por todas partes, incluyendo las regiones del Cáucaso, Krasnodar, Kírov, Kémerovo y Novosibirsk , Yakutia, e incluso la Región de Moscú.
Búrtsev podría describirse como un cazador de Yetis. Ha estado recolectando evidencia desde hace 50 años. Uno de los avistamientos más recientes del Abominable Hombre de las Nieves fue en la región de Krasnodar. Un hombre de 30 años supuestamente se encontró con una figura alta y peluda por la noche, mientras acampaba con un grupo de adolescentes en las montañas (y no, no era su esposa). Ahora está demasiado asustado para aventurarse en el bosque.
Cómo buscaron al Yeti los científicos soviéticos
Las historias sobre un monstruo enorme que vive aislado de la sociedad humana han sido comunes en los folklores de todo el mundo desde hace siglos. También conocido como Bigfoot, decenas de personas en todo el planeta afirman haberse encontrado con la bestia mítica, principalmente en el Himalaya durante la década de 1950. La Unión Soviética no fue inmune al fenómeno.
Una comisión especial fue creada por la Academia Soviética de Ciencias en la década de 1950 en un intento de confirmar la existencia del Yeti, pero después de una expedición (sin éxito) a las montañas de Pamir en 1958 el caso fue cerrado. Desde entonces, sólo los verdaderos entusiastas han intentado realmente encontrarlo.
Mientras que los investigadores occidentales pensaban que Bigfoot podría ser un mono de gran tamaño, sus homólogos rusos lo consideraban muy cercano a los humanos. El historiador soviético Borís Pórshnev, que publicó uno de los primeros libros sobre el tema en 1963, calificó a estas criaturas de «humanoides» y las consideró como representantes supervivientes de las especies neanderthales desaparecidas, pero no recibió mucha publicidad.
Cuando en 1967 salió a la luz la famosa película Patterson-Gimplin sobre un Bigfoot, los investigadores rusos fueron los primeros en examinar su autenticidad. De acuerdo con Búrtsev, que echó un vistazo a la grabación, un gran equipo de especialistas (incluyendo biomecánicos, criminólogos y cinematógrafos) investigaron a fondo la cinta y todos concluyeron que el video no era una falsificación, que de hecho mostraba una hembra de yeti de 210 centímetros de altura.
Otro avance importante en la investigación del Hombre de las Nieves ocurrió en 1970, cuando Búrtsev – tras las investigaciones de Pórshnev – viajó a Abjasia para estudiar los restos de una supuesta Yeti, conocida como ‘Zana’. Después de varias expediciones, regresó a casa con dos enormes cráneos, supuestamente pertenecientes a Zana y su hijo, aunque la falta de respaldo financiero imposibilitó realizar más estudios… hasta ahora.
Nueva información descubierta
Aunque nunca han faltado los avistamientos, con el cambio de siglo los investigadores en Rusia comenzaron a reunir pruebas físicas supuestamente probando la existencia de la criatura gigante, tanto en el país eslavo como en el extranjero.
«Empezamos a ver estructuras de madera hechas a mano, artesanías y símbolos que de alguna manera eran similares a los que se encontraron en otros países, incluyendo el Reino Unido, Nueva Zelanda, Australia, Canadá y Estados Unidos», señaló Búrtsev. «Casos en los que los árboles fueron escalpados y enterrados al revés, lo que requiere una gran fuerza y no puede ser hecho por un hombre».
Los relatos de testigos también apuntan a la teoría de que el Yeti posee poderes paranormales y la capacidad de entender a los humanos. En los últimos años, los investigadores estadounidenses han ido un paso más allá, sugiriendo que la gigantesca bestia peluda habla su propio idioma y que es un pariente del ser humano.
Pero el mundo de la ciencia se niega a tomar en serio esta investigación. «La supuesta existencia de ‘hombres de las nieves’ necesita ser examinada. No hay una respuesta definitiva para esto todavía «, dijo Serguéi Sharakshane, secretario de prensa de la Academia Rusa de Ciencias, a RBTH. «No hay pruebas y no se puede confiar en los testimonios de testigos oculares. Sin embargo, también sabemos, gracias a un descubrimiento hecho recientemente, que la humanidad no viene de una especie de mono, sino de cuatro. Los científicos rusos que descubrieron esto no lo han hecho público, pero es un hecho científico «.
Este artículo es parte de la serie X-Files rusos en la que RBTH explora misterios relacionados con Rusia y fenómenos paranormales. RBTH no comparte necesariamente las afirmaciones de los entrevistados.