Medicina integrativa llega a hospitales públicos argentinos
Aníbal Parera
* Desde hace más de 25 años, el doctor Guillermo Alonso logró que el Siprosa creara un gabinete de acupuntura en el Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda de San Miguel de Tucumán para tratar desde dolores agudos, crónicos hasta afecciones psiquiátricas. Hoy, es un método muy concurrido.
El brazo médico de Oriente, estrecho con el de Occidente, da como resultado lo que se conoce como medicina integrativa. Los hospitales, clínicas privadas e institutos de salud a cargo de profesionales interesados incondicionalmente por el bienestar de sus pacientes, no hacen mucho reparo en abrirse paso por terrenos inexplorados por la medicina tradicional. El Hospital de Clínicas, el «Dr. Manuel Cabrera» de Coronel Pringles, Rivadavia y Carlos Bonorino Udaondo, son algunos de los centros de salud públicos y también privados como Fundaleu, el Instituto de Oncología Ángel Roffo.
Nicolás Queti es director del Hospital Municipal «Dr. Manuel B. Cabrera» de Coronel Pringles, donde hace más de un año se llevan a cabo sesiones de reiki para favorecer la recuperación de pacientes oncológicos. Queti dialogó con El Cronista y cuenta que el proyecto nace entre el hospital y un grupo de maestros reikistas de la localidad a través de un voluntariado. «Lo implementamos en pacientes oncológicos y casos puntuales. El programa fue un éxito y fuimos incorporando otro tipo de terapias», dice Queti al medio y describe la reciente incorporación de terapias relacionadas con arte, pintura, música y yoga en el área de salud mental.
En Fundaleu, el médico hematólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Pablo Mountford, lleva adelante acupuntura digital a pacientes oncológicos y dirige hace doce años el servicio de medicina integrativa en la fundación para combatir la leucemia. En diálogo con El Cronista advierte la evidencia en «forma creciente» de una epidemia de estrés, hábitos de alimentación no saludables y, como contrapartida, la presencia de un ámbito de la medicina que integra meditación médica, ejercicio consciente como yoga, taichí, chi kung, musicoterapia, acupuntura, reflexología y otras terapias de manipulación corporal como Feldenkreiss.
Las causas
Al ser consultado sobre los motivos de la incorporación de estas nuevas terapias, Mountford explica lo siguiente: «La medicina está muy mal paga, lo cual lleva a los médicos a atender a muchos pacientes por día, es decir, más consultas por hora para generarse un salario que le permita sobrevivir. Esto no permite establecer vínculos de confianza, la gente se siente «despachada» y el médico va perdiendo la ‘satisfacción de la compasión’ o sea el gusto por ayudar con los conocimientos y la experiencia propia». En la mayoría de los tratamientos mencionados, se dedica más tiempo, se generan conexiones humanas verdaderas y se generan alianzas terapéuticas.
El director del hospital Cabrera de Pringles cuenta que los turnos «están colapsados», en gran medida por el boca a boca entre los pacientes. «La gente está satisfecha», opina el directivo al respecto. «El paso siguiente es la incorporación de estas terapias con nuestros empleados del hospital», concluye el profesional de la salud.
Para concluir, el doctor Mountford manifiesta que la presencia de estos programas en los centros de salud «se ahorrarían muchas consultas, costos por enfermedades y la gente tendría muchísimo más bienestar». Finalmente, la iniciativa responde al concepto de «re humanización» de la medicina, algo que manifiesta ser posible si es llevada a cabo por «seres humanos compasivos entrenados en habilidades múltiples de acuerdo con sus diferentes y enriquecedoras variedades de conocimiento y experiencia».
Acupuntura
Desde hace más de 25 años, el doctor Guillermo Alonso logró que el Siprosa creara un gabinete de acupuntura en el Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda de San Miguel de Tucumán para tratar desde dolores agudos, crónicos hasta afecciones psiquiátricas. Hoy, es un método muy concurrido.
Fuente: cronista.com