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Cuando proteger el medio ambiente y producir mejor, pueden ser parte de un mismo objetivo

ganado bovinoDr. Enrique Rimbaud Giambruno*

Nos encontramos ante un momento crucial en el icónico mundo de la ganadería, por un lado, las acusaciones infames y deshonestas de personeros aviesos y malintencionados grupos económicos con intereses espurios, que difunden a diestra y siniestra que nuestras pobres vacas contribuyen en un 14.5% al efecto invernadero, y que la ganadería en general afecta la huella de carbono sobre la tierra.

Y por otro, en un planeta que crece logarítmica y abrumadoramente en número y peso de su gente, perdiendo cada vez más tierra por inundación, desertificación o construcción, ¿como hacer para producir más alimentos para más personas con menos tierras?

Un político que circula en su carro nuevo con potente motor, rodeado de escoltas policiales en carro o en moto, y que viaja en avión a reuniones sin sentido a lo largo y ancho de este orbe, contamina más que cien fincas ganaderas juntas, sin duda, tanto por sus emisiones de gases por el uso y abuso del combustible fósil, como por los ruidos generados por aviones y sirenas, sin contar el roce constante de llantas sobre el asfalto.

Por otra parte, el duro y enriquecido gremio de los sojeros engaña a la gente difundiendo que hay carne o leche de soja, dos cosas que la soja, una excelente leguminosa con alta carga proteica no puede ofrecer, porque por definición, la leche es el producto de la secreción de la glándula mamaria (cosa que la soja no tiene) y la carne es la masa muscular (cosa que tampoco tiene la soja).

Propalan sus mentiras denostando los nobles productos de nuestras vacas, que han sido los que nos han dado vida y desarrollo por los siglos de los siglos, contaminando y empobreciendo la tierra con el uso y abuso del Gliphosfato, mientras siembran sus semillas transgénicas de las que no tenemos aún suficientes elementos de juicio para saber si son dañinas o no.

La necesidad acuciante de reforestar

El sector ganadero debe reconocer que para su desarrollo ha cometido tropelías como el despale, el avance de la frontera agrícola sobre los bosques naturales, dos elementos que sí han contribuido a la profundización del efecto invernadero, porque los bosques, los árboles, disminuyen la reflexión del calor desde la tierra hacia el éter, además de fijar agua a la tierra, manteniendo la temperatura y la humedad necesarias e intercambiando minerales y elementos nitrogenados en esa conjunción lujuriosa que mantienen las raíces y la tierra.

Por otra parte, el ganado precisa, además de agua, de sombra, dado que el estrés calórico va en contra absoluta de la producción, causando deshidratación del ganado, pérdida del apetito y el peso, disminución de la fertilidad, disminución de la producción de carne y leche, entre otras cosas.

Todo ganadero que quiera producir más y mejor, debe necesariamente reforestar, aunque en forma estratégica para no perder producción por reducción del espacio, sino ganar en volumen por el mejoramiento de las condiciones productivas. Dentro de las estrategias a desarrollar están el uso de las cercas vivas, la creación de bosques para sombra en cada potrero, y la reforestación para conservación de acuíferos en lugares estratégicos de la finca.

Alimentar correctamente (uso racional de las pasturas y el agua)

Crear una cultura de nutrición animal correcta llevará al uso racional de pastos y forrajes, disminuyendo el costo y gasto de los mismos.

Normalmente, el ganado debe desplazarse grandes distancias tanto para tomar agua como para alimentarse, cosa que hace que se deshidrate, pierda agua y masa muscular, adelgazándose en la necesidad de su transporte a aguadas y potreros.

Recordemos que la leche es agua en esencia, por lo tanto, cuanto más agua disponible tenga una vaca más va a producir.

Lo más recomendable es llevar el agua y el alimento a la vaca y no al revés como hacemos todos.

Disponer de agua en los corrales de ordeño, disponer de agua en los potreros, es esencial para el buen mantenimiento de nuestros animales.

Rotar los potreros, aumentando el número de los mismos mediante alambrados electrificados, mejorará el uso de las pasturas respetando los tiempos de reposición, rebrote y crecimiento necesarios.

El uso de leguminosas no solo aumentará los niveles de producción por su alta carga proteica y energética, sino que además enriquecerá nuestras tierras dado que la nitrogenan en forma natural, ahorrando luego en fertilizantes.

Recordemos que las vacas son herbívoras, por lo que producirán más y mejor si les damos pastos en abundancia y calidad, sin tener que inventar y alimentar en forma aberrante, dándoles de comer materia fecal de aves, aceite de frituras, o ácido fosfórico, que nada bien les hacen a nuestros animales.

Realizar una sanidad racional y no contaminante

Piensen que cuando bañamos contra garrapatas, el producto usado termina en la tierra, contaminando el suelo, las aguas superficiales y subterráneas, y a nosotros mismos.

Cuando damos medicamentos contaminamos la carne y la leche con los mismos, afectando al mismo tiempo a la población.

Hoy se dispone de modernos elementos para realizar sanidad en forma compatible con la naturaleza y la salud pública, hay vacunas contra garrapatas, contra mastitis y contra la diarrea de los terneros que no contaminan.

A la vez, si realizamos consultas con los veterinarios por los brotes de enfermedades intercurrentes, lograremos solucionar el problema en forma adecuada, y él nos indicará cómo respetar los tiempos de retiro y curar la enfermedad sin contaminación.

¡Protejamos el medio ambiente mientras alimentamos al mundo!


Dr. Enrique Rimbaud
Decano Facultad de Ciencias Agrarias, UCC
Presidente Fundación A.Mar.Te.
Doctor en Medicina y Tecnología Veterinaria
Cel 88521488 (Claro)
enrique.rimbaud@ucc.edu.ni
erimbaud@gmail.com
presidencia@fundacionamarte.org
www.ucc.edu.ni
www.fundacionamarte.org
Casilla Correo LM-250
Código Postal 14027

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