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El consumo de carne animal: ¿necesidad, delito o pecado?

lomoDr. Enrique Rimbaud Giambruno*

Mucho se habla hoy a favor y en contra del consumo de carne… los vegetarianos y sobre todo los veganos hacen un apostolado de su vida en organizar campañas en contra del consumo de carne animal, y los soyeros (agricultores plantadores de soja y comercializadores), ni hablar, pero estos ya por intereses económicos espurios y no ligados con el interés por la especie humana o la salud pública, intentan desinformar a la población argumentando en contra del consumo de carne o leche, para poder comercializar sus productos…

Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?

El ser humano, como hoy lo conocemos, Homo sapiens, se remonta a mas de 200,000 años A.C., mientras que la agricultura se remonta a solo 9,000 años A.C., lo que quiere decir, que el hombre se desarrolló como especie gracias al consumo de carne, la caza, la pesca y las frutas y bayas silvestres.

Varios investigadores asocian el desarrollo vertiginoso de la especie humana al desarrollo de la lechería y el consumo de productos lácteos, ricos en proteínas, azucares, grasas y vitaminas, lo que permitió sobre todo el desarrollo de las civilizaciones europeas.

Por lo visto, la historia del hombre y su evolución como especie están íntimamente ligadas al consumo de carne y leche, de hecho, desde el punto de vista anatómico y fisiológico, somos esencialmente carnívoros, dada nuestra dentición tan particular y el tubo digestivo que ostentamos, donde el único órgano capaz de digerir los vegetales, el ciego, es tan ridículo que hasta lo llamamos apéndice, y solo sirve para hacernos pasar un mal momento y que lo extirpen…

Fundamentalmente, para nuestro buen desarrollo corporal e intelectual, precisamos una dieta basada sobre todo en carnes rojas y productos lácteos.

Pero, ¿qué es lo que podemos comer en un siglo donde el bienestar animal y la protección animal son parte del diario vivir?

Siempre he dicho que el hombre es una especie inteligente, porque logró domesticar, criar y reproducir las especies suficientes para el consumo, para evitar la depredación indiscriminada de la naturaleza, donde la caza solo propicia la desaparición de las especies…

Para ser coherentes con el bienestar animal, nos exigimos que los animales sean criados en condiciones de bienestar animal, sean transportados adecuadamente y sean sacrificados en forma humanitaria de acuerdo a protocolos y estándares internacionales.

En este marco, los animales criados por el hombre para su consumo internacionalmente, son los bovinos, búfalos, ovinos, caprinos, caballos, cerdos, conejos, gallinas, pavos o chompipes, patos, gansos, faisanes y codornices, con variaciones regionales de acuerdo a las diferentes culturas (cobayos, camellos, dromedarios, burros, alpacas, llamas, vicuñas, iguanas, perros, gatos, etc.).

Hay culturas, sobre todo religiones, que “prohíben” el consumo de determinadas especies por motivos religiosos, aunque estos “pecados” están basados en evitar problemas sanitarios, como, por ejemplo, el consumo de cerdo, prohibido por muchísimas religiones, lo que se pretendía era evitar la infestación humana de “Triquinosis”, una enfermedad transmitida por el consumo de carne de cerdo, que hoy en día casi no existe.

¿Cuándo es delito comer carne? Cuando esto atenta contra la conservación de las especies… la caza es un deporte sangriento, delictivo y contrario a la conservación de las especies, por lo tanto, se prohíbe en casi todo el mundo el consumo de ballenas, delfines, tortugas, venados, antílopes, jirafas, elefantes, hipopótamos, es decir, todas las especies de vida libre.

Otro elemento importante a considerar es la depredación por fetichismo, como fundamentalmente practican las culturas asiáticas, de consumir aletas de tiburón, testículos de canguro, cráneos de mono, patas de elefante, para satisfacer sus ansiedades culinarias. Esto tiene que desaparecer y eliminarse, antes que desaparezcan las especies.

Si queremos mantenernos como especie, como civilización, como cultura inteligente, sigamos consumiendo carne y productos lácteos, que es lo que nos ha desarrollado y erigido sobre el mundo desde tiempos inmemoriales.
Dr. Enrique Rimbaud
Decano Facultad de Ciencias Agrarias, UCC
Presidente Fundación A.Mar.Te.
Doctor en Medicina y Tecnologia Veterinarias
Cel 88521488 (Claro)
enrique.rimbaud@ucc.edu.ni
erimbaud@gmail.com
presidencia@fundacionamarte.org
www.ucc.edu.ni
www.fundacionamarte.org
Casilla Correo LM-250
Codigo Postal 14027

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