¡Ponerle fin a la tuberculosis!
Dr. Vicente Maltez Montiel*
La Organización Mundial de la Salud (OMS) desarrolla una fuerte campaña encaminada a sensibilizar al mundo sobre las devastadoras consecuencias socio-económicas y sanitarias que tiene el repunte de la Tuberculosis (TB) en el mundo actual, que como promedio anual suele enfermar de 10-11 millones y mata de 3-5 millones de personas, especialmente niños menores de cinco años y jóvenes de Asia y África.
Se trata de una enfermedad milenaria, cuyos datos indican que afecta al ser humano hace más de 20 mil años. En la Europa medieval se le llamó “la peste blanca” para diferenciarla de la peste bubónica que le daba un aspecto negruzco a los fallecidos Por esos días enfermaba a la tercera parte de la población y moría uno de cada siete enfermos.
Un viernes de primavera, comparece el médico rural Dr. Roberto Koch ante la Sociedad de Fisiología de Berlín, para darles a conocer que había descubierto el agente causal de la tuberculosis o “tisis”, término este que destacaba cómo las personas sufrían caquexia o “se consumían”.
Ahora sabemos que la TB es una enfermedad infectocontagiosa producida por el Micobacterium Tuberculosae (Bacilo de Koch), que puede afectar cualquier órgano o parte del cuerpo, siendo más conocida la forma pulmonar o “tisis” que se trasmite por la vía aérea.
El paciente con TB se ha contagiado de otra persona enferma que expulsa bacilos tuberculosos por medio de la tos, estornudos, hablando, cantando, y quizás también por besos muy profundos.
La bacteria entra a los pulmones por la inspiración, pasa a la sangre y puede localizarse en cerebro, columna vertebral, riñones, sistema digestivo u otras partes del cuerpo. En unas personas la infección queda latente y en otras se va a desarrollar la enfermedad.
Una persona enferma de TB pulmonar presenta una tos intensa por más de tres semanas, (SR +21), dolor torácico, expectoraciones con sangre (hemoptisis), debilidad, fatiga, pérdida del apetito y de peso corporal, fiebre baja o febrículas en tardes y noches, sudores nocturnos y malestar general.
En algunos pacientes aparecen complicaciones graves y hasta mortales como Hemoptisis masivas, cavernas tuberculosas, insuficiencia respiratoria aguda y crónica, gran caquexia o resistencia antibiótica.
Muchas personas (33 al 50% de la Humanidad) nos hemos puesto en contacto con la bacteria causante pero no nos enfermamos, pero se ha identificado que van a tener un alto riesgo de contagio y enfermedad los menores de cinco años, grupos de la calle (gente sin casa, drogadictos, alcohólicos), personas afectadas de VIH-SIDA, portadores de silicosis, enfermos crónicos, diabéticos, trasplantados, pacientes oncológicos y los que toman algún tratamiento que baja las defensas.
En nuestro país se produce un promedio de 5,000 nuevos casos de TB anuales. Nadie debe ser discriminado por padecer TB, pues en la actualidad se trata de una enfermedad prevenible de la cual nos comenzamos a proteger al salir de la maternidad, donde nos inyectan en el deltoides la vacuna antituberculosa BCG.
En todo SR +21 deberemos indicarle un estudio seriado del esputo o “gargajo” matutino, en donde buscaremos el Bacilo TB y en caso de encontrarse se establece el diagnóstico de TB pulmonar, enfermedad que nuestro país registra un índice de curación del 88%, por encima del 85% que exige la OMS.
El tratamiento se entrega gratuitamente en los centros de salud. Todos debemos poner de nuestra parte para cumplir con la soñada meta de que para el 2030 pongamos fin a la Tuberculosis. ¡Larga vida y prosperidad!
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