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Dilemas médicos actuales: curar, aliviar o consolar

Dr. Vicente Maltez Montiel, médico internista.

Dr. Vicente Maltez Montiel, médico internista.

Dr. Vicente Maltez Montiel *

En la lucha por la Salud y Vida, médicos, pacientes y sociedad estamos comprometidos a lograr los propósitos de la medicina, de curar, aliviar o consolar venciendo adversidades de las enfermedades y limitaciones de todo tipo. Garantizar la mejor calidad de vida posible sin olvidar que la Medicina es el arte de prevenir y curar enfermedades.

En la Facultad de Medicina los profesores insisten que aprendamos y comprendamos qué es Salud, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “completo equilibrio entre factores biológico, psicológico y social del ser humano y no la ausencia de enfermedades”.

Cuando uno atiende a un enfermo trata al paciente y sus vivencias a través del tiempo. Decía Ortega y Gasset: “soy yo y mis circunstancias”. De ahí la importancia de que al construir la historia de la enfermedad actual, tratemos de conocer su origen, pensamientos, preocupaciones y aspiraciones.

En un ejercicio académico en el que examinábamos estudiantes de medicina, presentamos el caso clínico de un hombre de 40 años, diabético complicado con severa infección urinaria que había elevado los niveles de glicemia o azúcar de la sangre, además era hipertenso, cardiópata y tenía gran temor de morir “dejando solo a sus hijos”. Pedí un voluntario que propusiera “qué hacer” con el enfermo.

Un locuaz estudiante se propuso de voluntario y comenzó a recitar una lista de medicinas que se debían administrar y concluyó preguntando: “¿estoy bien?”. Le contesté que era un joven de virtuosa memoria y con un enfoque biologista de la medicina, casi veterinario.

Traje a su memoria la definición de salud de la OMS, que nos obliga a ser integrales y considerar siempre los componentes de la ecuación humana: biológico, psicológico y social.

La medicina podrá ser una práctica exitosa y auténticamente humanista cuando tenga una visión integral, dialéctica. El llamado holismo integral significa unir conciencia, interioridad, cerebro, psiquis y sus atributos, espíritu y el entorno ambiental donde se dan los hechos. Unidad en la diversidad.

Cuando el joven estudiante propone medicinas y más medicinas, olvida la faceta espiritual y psíquica del paciente, sus temores y expectativas, que de acuerdo a cómo las manejemos, podremos ayudar o entorpecer el proceso de curación, alivio o consuelo del enfermo.

Dos tareas fundamentales tiene el médico, independientemente de si es generalista o especialista. La primera, hacer diagnóstico integral, para lo cual necesita conocimientos y habilidades específicas obtenidas durante su entrenamiento, y la segunda, saber seleccionar el mejor tratamiento y lograr que se cumpla.

Aquí es donde chocan las realidades. Un paciente pide al médico recete el mejor laxante para poder defecar, porque de lo contrario tiene que asumir cada día el doloroso parto de sudar, gritar y quejarse. Como la magistral y auténtica descripción que hace GABO en “El amor en los tiempos del cólera” de un desesperado hombre que no puede evacuar.

Un buen médico trata de persuadir al paciente que ingiera ocho a diez vasos de agua y coma cinco raciones de frutas y verduras diarias. Que recupere el reflejo defecatorio perdido levantándose temprano, realizando desayuno generoso con fibra que dan los cereales, verduras y frutas, caminando treinta minutos y sentándose tranquilo y puntual en el inodoro.

La expresión de que el hombre es animal de costumbres tiene un origen que se pierde en el tiempo, pero es realmente cierta. La mayor parte de los personas con estreñimiento o constipación intestinal, son consecuencia del abandono de hábitos saludables y desórdenes alimentarios.

Otro escenario es el médico que durante sus prescripciones, debe ajustarse a “una lista básica de medicamentos”. Por ejemplo, llega un afectado de síndrome vertiginoso (mareos intensos) y una vez mejorado es dado de alta con el único medicamento disponible que ayuda parcialmente y produce somnolencia.

No podrá trabajar, manejar ni aliviarse rápidamente. Situaciones como estas abundan en la práctica médica. El paciente no se benefició de otros tratamientos porque las consideraciones económicas son las que prevalecen.

La Organización de Naciones Unidas (ONU), ha declarado el 15 de mayo como Día Internacional de la Familia, tema de interés para la Medicina por ser la Familia garantía de protección y seguridad. Es en la familia donde podemos formar buenos hábitos que garanticen salud en la vida adulta. En el amable entorno familiar se pueden brindar los mejores y más solícitos cuidos de personas enfermas, discapacitadas o ancianos.

A los niños hay que enseñarles a beber agua en vez de gaseosas, comer frutas, practicar ejercicio en vez de “calentar asientos” viendo televisión, jugando nintendo o manipulando aparatos electrónicos.

Es en el seno de la familia que se aprende a comer bien o mal, beber alcohol, fumar cigarrillos o consumir drogas. Viendo cómo se practica violencia familiar se aprende a ser violento o tener la pasividad de asimilar conductas agresivas como algo inevitable. Para que las cosas marchen bien, hace falta tener una familia que sea funcional y cargada de energía positiva.

Es una realidad que los enfermos procedentes de familias unidas, solidarias y fraternas entre sí y con componentes espirituales, pueden luchar mejor contra las adversidades de las enfermedades.

Curar, aliviar y consolar, son metas del ejercicio médico que con la ayuda y comprensión de todos podrán encontrar mejores condiciones que nos ayuden a conquistar buena calidad de vida de nuestros enfermos. Toda sociedad que quiera crecer armónicamente deberá promover y cuidar a sus familias. Necesitamos seguir pensando al estilo de León Tolstoi, que decía: “Todos, somos responsables de todos”. ¡Larga vida y prosperidad!

*Especialista en Medicina Interna y Químico-farmacéutico de la Clínica de Especialistas Dr. Maltez, de la Rotonda del Periodista, 3 cuadras al lago y 30 varas arriba #15, Managua. Lunes a Sábado, previa cita, Teléfonos: 8903-6211/8854-7884/2223-4333.

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