Trabajando juntos en la prevención del suicidio
Dr. Vicente Maltez Montiel (*)
Cada 40 segundos alguien se quita la vida en el mundo, lo que arroja la triste cifra de más de 800 mil personas anuales que asumen este acto intencional y autoinfligido que arrebata el más valioso bien de un ser humano: la vida. Por cada suicidio consumado se producen 20 intentos.
A nivel de nuestro planeta el suicidio representa la décima causa de fallecimiento y sabemos que hasta 60% de quienes mueren por esta causa habían sido valorados en algún servicio hospitalario en los últimos seis meses antes de la tragedia, por ello se promueve en el mundo cada 10 de septiembre el Día Mundial de Prevención del Suicidio.
Hasta 90% de suicidas presenta algún tipo de alteración mental o psiquiátrica, por ejemplo, trastorno bipolar, depresión y ansiedad, trastornos de la personalidad, consumo de sustancias tóxicas (drogas, alcohol) y esquizofrenia paranoide. Hay personas aquejadas por problemas de salud física, que son arrastradas a la condición suicida.
De ahí la importancia que todos aprendamos a saber detectar la desesperanza que impulsa a la gente a auto-agredirse con resultados fatales. Haga, sin miedo, las siguientes preguntas: ¿Piensa usted que es preferible estar muerto? ¿Ha intentado hacerse daño alguna vez? ¿Se le ha pasado por la mente suicidarse? ¿Lo ha intentado alguna vez? ¿Cómo ve usted su futuro? Y le digo que pregunte sin miedo, porque los investigadores señalan que estas interrogantes no aumentan el riesgo ni la ideación suicida.
¿POR QUE SE QUITAN LA VIDA LAS PERSONAS?
Sabemos que existe interacción entre factores biológicos, psicosociales, ambientales, trastornos mentales y la historia familiar o genética. En Asia predomina la llamada conducta impulsiva y estudios recientes demuestran que estas personas tienen alteraciones en la producción de varias sustancias químicas del cerebro: serotonina, disminución del ácido movalínico y del ácido 5-HIAA.
Una investigación realizada por el Dr. Ulloa Meza en 1,650 suicidas de nuestro país, en el periodo de cinco años (2011-2015), reveló que el suicida nica tiene en promedio 32 años, pertenece a un grupo de edad que va de 18-35 años (52%), predominio del sexo masculino y procede de Managua, Matagalpa y Jinotega.
Chontales es el departamento que registra mayor cantidad de casos y Río San Juan lo contrario. Octubre fue el mes de mayor cantidad de casos y febrero tuvo la menor incidencia. Método escogido en orden de frecuencia son: armas de fuego y venenos letales como plaguicidas.
IDENTIFICANDO LAS SEÑALES DE ALERTA
Amables lectores: el escritor ruso Tolstoi solía decir que “todos, somos responsables de todos”. Tenemos que estar atentos a prestar una mano amiga a esa persona que puede estar afectada por el mal del siglo que es la depresión o tristeza, que junto a la esquizofrenia constituyen los dos factores más decisivos.
Aprendamos a identificar los factores de riesgo del suicidio: Edad entre 18-24 años y mayores de 60 años. Sexo masculino. Divorciados y viudos. Personas que mantienen relaciones sociales inestables. Proceder de familias caóticas, violentas y/o conflictivas. Y muy importante, el entorno social: cuando se tienen malas relaciones sociales, aislamiento, familias distantes o abandono social.
Los médicos internistas sabemos que algunas enfermedades físicas pueden predisponer a las personas al suicidio, entre estas encontramos HIV-SIDA, epilepsias del lóbulo temporal, en especial el cáncer de cabeza y cuello, secuelas de traumas cráneo-encefálicos (demencia, psicosis, cambios de la personalidad, epilepsias secundarias), esclerosis múltiple que aparece antes de 40 años y ulcera péptica que surge en personas que consumen alcohol o tienen historia de trastornos mentales.
¿QUE HACER CON LOS INTENTOS DE SUICIDIO?
No olvidemos que en la actualidad el arsenal de antidepresivos eficaces logra superar la depresión. Toda persona que haya intentado suicidare debe recibir seguimiento de largo plazo. El Intento de suicidio o el simple hecho de que alguien declare que quiere acabar con su vida, aunque lo diga sonriendo, deberá ser siempre visto como una Urgencia Psiquiátrica y esta persona deberá ser valorada por un psiquiatra que considerará ordenar la hospitalización del afectado.
El potencial suicida deberá recibir psicofármacos de inmediato, se aplicará una vigilancia visual estrecha y la presencia de un acompañante responsable, capaz de poner fuera del alcance objetos y sustancias letales.
Este acompañante “deberá caminar un paso adelante” cuidando al enfermo de todo potencial peligro, por ejemplo, en el momento menos esperado podría lanzarse desde una altura, etc.
Podemos prevenir la muerte prematura por suicidio y los medios de comunicación deben ser más sensibles tratando de no describir al detalle rituales suicidas, porque está demostrado que eso puede alentar a esas personas que andan “rumiando” ideas autodestructivas. Saludo a la Asociación Mundial de Prevención del Suicidio y a la Organización Mundial dela Salud por sus esfuerzos mundiales para detener o atenuar al mínimo el flagelo de salud pública que constituye el suicidio.
El gran escritor norteamericano y Premio Nobel de Literatura, Ernst Hemingway (1899-1961), es uno de los suicidas famosos que nos legó la siguiente reflexión en su obra “Adiós a las Armas” (1929): “la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy una parte de la Humanidad”. ¡Larga vida y prosperidad!
*Especialista en Medicina Interna de la Clínica de Especialistas Dr. Maltez. Rotonda del periodista 3 cuadras al lago y 30 varas arriba#15, Managua. Previa cita Lunes-Sábado. Teléf. 8903-6211/8854-7884/2223-4333.