Viajes en el tiempo podrían ser una realidad
* Viajar en el tiempo, desde el punto de vista de la física teórica, es posible. Otra cosa es que contemos con los medios para poder hacerlo, aunque haya quien insista en haberlo hecho ya…
Lorenzo F. Bueno
Asegura Sean Carroll, eminencia en el campo de la física teórica, que «la cuestión de si se puede o no viajar en el tiempo está más abierta de lo que podríamos suponer». La gran cuestión es cómo.
Según él, si nuestro objetivo es viajar en el tiempo debemos de hacerlo siguiendo una trayectoria distinta de una línea recta, simplemente porque el espacio-tiempo no es lineal.
«Podríamos salir zumbando en un cohete a una velocidad próxima a la de la luz y luego volver; o, si disponemos de combustible suficiente, volar en círculos a una velocidad ultra alta, sin separarnos mucho de nuestro punto inicial en el espacio. Cuando nos detuviésemos y bajásemos de la nave, aparte de estar mareados habríamos viajado al futuro».
Dejando a un lado los complicados entresijos de la física teórica, en los últimos años varios medios se han hecho eco de la historia del «último viajero», Alexander Smith.
Según ha declarado el propio Smith, «viajé al futuro en el año 1981 como parte de una misión secreta de la CIA». Y para validar su argumento muestra una fotografía que tomó del año 2118, en la que aparece una supuesta ciudad futurista.
Tras advertir que se estaba jugando la vida al revelar información clasificada, se apresuró a continuar su relato, afirmando que en unas pocas décadas los extraterrestres entrarán en contacto con nuestra civilización: «Los alienígenas nos visitan, hay extraterrestres inteligentes que llegan a la Tierra, y será a mediados del siglo XXI.
En realidad, hay contacto con extraterrestres inteligentes mucho antes pero no se ha revelado al público. Estos extraterrestres no viven necesariamente entre nosotros, pero sí nos visitan de vez en cuando».
Y finaliza asegurando que, pese a todo, la amenaza para la humanidad y el mundo futuro no la encarna ninguna guerra nuclear o una invasión de seres inteligentes procedentes de algún punto de la galaxia: «La amenaza número uno para la humanidad tal como la conocemos es el calentamiento global, el aumento del nivel del mar y el aumento del CO2 en nuestra atmósfera», punto éste que sabemos sobradamente sin necesidad de viajar en el tiempo.
Mientras muchos preguntaron al señor Smith por qué nunca había jugado a la lotería –el respondió que «la CIA prohibió estrictamente hacer cualquier cosa que aumentara mi riqueza monetaria»–, vuelven al presente nombres de otros «viajeros» como el de Coleen Buterbaugh, secretaria de la Universidad de Lincoln, en Nebraska, que el 3 de octubre de 1963, cuando entró a su oficina después de sufrir un leve desvanecimiento, repentinamente fue consciente de que el entorno por el que ella se manejaba había cambiado misteriosamente.
«Los sonidos no eran los que escuchaba habitualmente. Y dentro de la oficina había una mujer vestida con ropa de otro tiempo. Junto a ella había un hombre que la observaba y de repente ella se desvaneció. Fue entonces cuando me di cuenta de que esa gente no era de mi tiempo, sino que yo había entrado en el suyo».
El caso de Coleen fue investigado por célebres físicos como Gardner Murphy y Herbert L. Klemme, que primero comprobaron que la secretaria no mentía, y en segundo lugar que la descripción de la misteriosa mujer vestida con ropas de los años treinta cuadraba a la perfección con la de Clarisa Mills, profesora fallecida años atrás.
Y al seguir la pista de esta mujer descubrieron que había muerto a la misma hora a la que a Coleen le tocó vivir su experiencia. ¿Entró en contacto con alguna «fractura» que le permitió viajar en el tiempo y acceder al pasado? ¿Hay mecanismos que nos permiten hacerlo? ¿Se ha producido otras veces?
Fuente: espaciomisterio.com