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¿Cuáles son las causas más comunes del fracaso en el uso de vacunas?

perroDr. Enrique Rimbaud

Sin lugar a dudas, desde que Edward Jenner, en 1796, probó la primera vacuna contra la viruela, hasta la fecha, las vacunas han revolucionado el control y tratamiento de enfermedades como ninguna otra cosa lo ha hecho en la breve pero intensa historia de la humanidad, brindando esperanza y salud, tanto humana como animal, a lo largo y ancho de este mundo.

El concepto de que las enfermedades se pueden prevenir mediante el uso de vacunas, generando defensas por tiempo prolongado, volviendo inmunes a los que antes eran susceptibles a enfermedades, revolucionaron sin duda, tanto la medicina, como la cultura general de la humanidad entera.

Pero… siempre hay un pero, muchas veces fracasan los programas de vacunación, y animales o personas que fueron vacunadas terminan sufriendo la enfermedad de todas formas… en estos casos, fruto del cretinismo herético propio e inherente de la condición humana, salimos a vociferar, o a maldecir buscando culpables… que la vacuna estaba mal hecha, que era de mala calidad, que probablemente estuviera vencida y quienes la vendieron eran unos sinvergüenzas, que las vacunas no sirven, etc., etc., sin llegar nunca a la conclusión más probable y corregible del “mea culpa”, de que en realidad nosotros hicimos mal las cosas o las aplicamos mal, y por tanto somos nosotros los culpables en el fracaso de la vacunación.

¿Cuáles son, entonces, las causas más comunes en el fracaso de un programa o de un acto de vacunación?

Acto médico

Le guste a la gente o no, una vacunación de cualquier especie, sea humana o animal, contra cualquier enfermedad, es un acto médico, el médico o el veterinario pueden discernir si el paciente puede o no ser vacunado, porque un paciente enfermo o con calentura, difícilmente puede desarrollar inmunidad.

Lo recomendable es que sean médicos o veterinarios los que apliquen las vacunas, o, en su defecto, personal idóneo de la salud, como paramédicos, enfermeras o técnicos veterinarios.

Cadena de frío
Sin dudas, este es el cuello de botella de las vacunas y vacunaciones, mantener la cadena de frío, y cuando hablamos de cadena de frío estamos hablando de temperaturas entre 4 y 8 grados centígrados, es decir, jamás, pero jamás de los jamases se guardarán vacunas en el congelador a temperaturas por debajo de 0 grado, porque recuerden que las vacunas son proteínas y estas se desnaturalizan o se congelan colapsando con temperaturas bajo cero, volviéndose inefectivas, ya no sirven.

Tampoco puedo permitir que estén ni un minuto a temperatura ambiente, más en nuestro país, tropical, que exhibe altas temperaturas todo el año, porque se desnaturalizan las proteínas volviéndose inefectivas.

Debo manejar en un termo con hielo solo las vacunas que voy a usar en ese momento, y abrir los frascos de a uno, no varios a la vez.

El lugar ideal para mantener las vacunas es la puerta de la refrigeradora, que todas tienen canastillos, dado que ahí se mantiene la temperatura entre 4 y 8 grados.

Forma y vía de aplicación

Hay que ser muy cuidadoso con la atenta lectura del prospecto médico informativo de la vacuna y aplicarla de forma correcta, hay vacunas que se aplican en forma intramuscular, otras por vía subcutánea, otras mediante gotas en el ojo o en la nariz, debemos usar la vía correcta si queremos que funcionen al cien.

Hay que usar una aguja apropiada para cada vía por cada animal, lo mejor es usar agujas descartables, si usamos una misma aguja, cada vez que cargamos la jeringa estamos contaminando y ensuciando la vacuna, además, con el uso de una misma aguja en varios animales, podemos estar transmitiendo enfermedades tanto virales como bacterianas, provocando un desastre.

Selección de marcas

Conviene usar vacunas de laboratorios fabricantes multinacionales de prestigio internacional, que ofrecen un respaldo técnico frente a cualquier problema que se nos presente, y se hacen responsables por lo que fabrican.

Vacuna inadecuada

A veces nos equivocamos y utilizamos vacunas que no son para lo que pretendemos, y le aseguramos al veterinario que está viendo nuestro caso que el ganado está vacunado, pero no le decimos contra que, hay cientos de vacunas diferentes, para cada tipo de enfermedad diferente, hay que ser muy cuidadoso a la hora de elegir cuál vamos a usar y siempre es apropiado consultar para ello al profesional competente.

El relleno

Mucha gente tiene la fea costumbre de, al terminar de vacunar el ganado, con la vacuna que sobró en la jeringa, volver a rellenar el frasco de vacuna abierto, no amigos, esto es inaceptable, porque estoy mezclando temperaturas y devolviendo al frasco una vacuna muy probablemente ya contaminada, lo que sobra, se bota, sin pena, se arroja en el suelo y no se vuelve a utilizar.

Esperemos que esto les sea de utilidad para todos, y que usemos las vacunas cada vez más para defendernos mejor de las enfermedades y que nuestra familia y nuestros animales estén más sanos.


Dr. Enrique Rimbaud
Director Consultoryo Anymal
Presidente Fundación A.Mar.Te.
Doctor en Medicina y Tecnología Veterinarias
Cel 88521488 (Claro)
enrique.rimbaud@ucc.edu.ni
erimbaud@gmail.com
presidencia@fundacionamarte.org
www.ucc.edu.ni
www.fundacionamarte.org
Casilla Correo: LM-250
Código Postal: 14027

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