Día del Ginecólogo Nicaragüense: tiempo de Enrique Lacayo e Ignacio Semmelweis
Dr. Vicente Maltez Montiel*
* Felicitaciones a los Especialistas Médicos que traen vida, alegría y esperanza a los hogares y la patria. El Día del Ginecólogo se instituyó en la fecha del nacimiento del ilustre Médico ginecólogo antisomocista Dr. Enrique Lacayo Farfán. El Ggnecólogo húngaro legó a la Humanidad el sencillo y comprobado método para combatir las infecciones: Lavarse las Manos. El lavado de manos estricto, las veces que sea necesario durante el día, como uno de los métodos de lucha efectivos contra la Pandemia Viral de Covid 19.
Un 15 de Julio nació en la ciudad de León el ilustre médico ginecólogo nicaragüense, graduado en la Universidad de Tulane y post graduado en la Especialidad de Ginecología en la Universidad John Hopkins, ambas de Estados Unidos.
A su regreso al país a mediados del siglo XX, se distinguió por sus altas dotes científicas y humanas, lo cual le hizo alcanzar gran prestigio médico y social. Desgobernaba por esos días la dictadura somocista del fundador Somoza García, que lo encarceló y torturó en 1954. En 1958 lo expulsó del país y en Estados Unidos fallece un 23 de marzo de 1978.
Los ginecólogos honraron su memoria declarando la fecha de su nacimiento, 15 de julio, como DIA DEL GINECOLOGO NICARAGUENSE, lo cual ha sido impulsado por la organización científica representativa de esa especialidad, que es la Sociedad Nicaragüense de Ginecología y Obstetricia, conocida por sus siglas de Sonigob.
Los especialistas en Ginecología y Obstetricia son hombres y mujeres que cuidan los órganos reproductivos y de la sexualidad de la mujer. Gracias a su trabajo abnegado, nuevas generaciones nacen y crecen más saludables. Por ejemplo, en nuestro país la reducción de la mortalidad infantil ha sido de 58% desde el 2006 a la fecha, pasando de 29 niños fallecidos por cada 1,000 nacidos vivos, a las cifras actuales de 12/1000. Y buena parte de este éxito se lo debemos a los ginecólogos.
Hace unos dos mil años nació este arte y ciencia, cuando el médico griego Serano de Éfeso (98-138 después de Cristo), escribió el primer tratado “Sobre las enfermedades de la Mujer” por lo cual es el primer obstetra reconocido de la Historia.
En el marco de la lucha contra la actual Pandemia viral es justo reconocer el aporte de un gineco-obstetra inmortal que es el médico húngaro IGNACIO SEMMELWEIS (1818-1865), graduado en 1844, en los duros tiempos de la llamada “Fiebre Puerperal” que descubrió los orígenes infecciosos de este padecimiento que mataba madres y criaturas. Y esto lo hizo mucho antes de los descubrimientos de Pasteur y List.
El joven Ignacio Felipe, nacido a orillas del río Danubio, fue nombrado médico de asistencia en la primera clínica ginecológica de Viena, bella ciudad europea que por ese tiempo pertenecía al Imperio Austro-húngaro. En esa Clínica Numero 1 ingresaban cada día estudiantes de medicina que venían de la morgue de realizar disección de cadáveres y necropsias. Pasaban directamente a examinar y a atender mujeres en trabajo de parto. Resultado: infecciones.
Simmelweis observó detenidamente “esta mortandad” y comenzó a estudiar el fenómeno. Concluyó que en las manos de los estudiantes y médicos había una “materia cadavérica” que enfermaba a las mujeres, produciendo la Fiebre Puerperal. Una vez paridas las mujeres fallecían en sus hogares víctimas de altas fiebres.
En medio de las preocupaciones del obstetra húngaro, se produjo un suceso trágico que lo animó más a estudiar el problema y buscar soluciones. Mientras se realizaba la autopsia de una fallecida de Fiebre puerperal, su discípulo y amigo, doctor Jacobo Kolletschka, profesor de Medicina Legal, fue “pinchado” en un dedo de la mano con una aguja por un alumno que le ayudaba. Resultado: enfermó y murió de Fiebre Puerperal. La necropsia practicada confirmó el diagnostico.
También observó lo que pasaba en la Clínica de Ginecología #2, que funcionaba en el mismo hospital y que era atendida solamente por comadronas. No recibían visitas de los estudiantes de medicina. Era la atención para gente muy pobre y no había muertes por Fiebre Puerperal. Tampoco se morían por esta enfermedad las muy pobrísimas mujeres que tenían que parir en las calles.
A mediados de mayo de 1847, impuso la disposición de que estudiantes y médicos debían lavarse las manos con una solución de cloro antes y después de examinar las mujeres. Por este motivo fue objeto de burlas, ataques y discriminaciones.
El científico analizó datos estadísticos, elaboró tablas de la Clínica desde 1784 y comparó con los de 1848, concluyendo que la mortalidad pasó de 12.11% a 1.28% en los días de la introducción obligatoria de algo tan sencillo como lavarse las manos con una solución antiséptica.
A pesar del evidente éxito de la medida de lavado de manos, el doctor Simmelweis fue despedido por su jefe, Profesor Klein, quien no compartía sus ideas. Designó en su lugar al Dr. Braun, que creía que el problema de la Fiebre Puerperal era un asunto que se resolvería “abriendo las ventanas”, lo cual no era cierto.
Con el paso de los años se le dio la razón a este médico húngaro que murió en un sanatorio mental a los 47 años de edad, dejando una extraordinaria enseñanza retomada por estos días de Pandemia viral Covid 19: el Lavado de manos es el factor individual más importante en el control de las infecciones. Y no olvidemos que las infecciones son de las complicaciones intrahospitalarias más frecuentes. Actualmente solo de 33-50 % de personas lo realiza con regularidad.
Las enseñanzas de Simemelweis nos hacen reflexionar cómo pueden ser las personas portadoras de ideas y visión de la vida fija. Obcecadas. Es difícil entender que algo tan sencillo como el lavado de manos haya provocado tanta controversia, discriminación, represión y oprobio.
Un ginecólogo húngaro, el Doctor Ignaz Philipp Semmelweis dejó a la Humanidad esta gran enseñanza del Lavado de Manos para el control de las infecciones, por ello fue llamado Padre del control de las infecciones y Salvador de Madres. Sus aportes fueron plasmados en la obra “La etiología, el concepto y la profilaxis de la Fiebre Puerperal”. ¡Larga vida y prosperidad!
*Especialista en Medicina Interna de la Clínica de Especialistas Dr. Maltez. Rotonda del Periodista 3 cuadras al lago y 30 varas arriba #15, Managua. Previa Cita de Lunes a Viernes. Teléfonos: 8903-6211/8854-7884/2223-4333.