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Día Mundial del Agua 2021: ¿Cuál es el valor del vital líquido?

aaLaura F. Zarza

El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia del agua en el planeta y, por ende, en nuestras vidas. Alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030, es una tarea fundamental que debemos abordar para salir de la crisis mundial del agua que vivimos. Y, es que, a pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, todavía hoy 2.200 millones de personas viven sin acceso a agua potable.

No podemos obviar que el agua es uno de los recursos que más sufre por la acción del ser humano, pero también está en nuestras manos revertirlo. Trazando una línea de las consecuencias de nuestros actos en los recursos hídricos, desde Naciones Unidas ha aprovechado este día para resaltar el problema de las aguas residuales (2017) para después recordarnos que la naturaleza es nuestra mayor aliada (2018), que no podemos dejar a nadie atrás (2019) y que el cambio climático es el desafío de nuestro tiempo (2020).

El valor del agua

Bajo el lema “Valoremos el agua”, este año se persigue que cada persona reflexione sobre el papel del agua en su día a día, valorando así la importancia que esta tiene en su vida con el fin de conocer el significado que tiene el agua para el planeta y poder así encontrar las mejores soluciones que aseguren su conservación y protección.

Se trata de un recurso sumamente amenazado por el crecimiento demográfico, la demanda en constante aumento de los sectores agrícola e industrial y los efectos cada vez más graves del cambio climático, que hace más irregulares los patrones de disponibilidad de agua. En medio de todo esto, las sociedades tratan de conciliar las distintas exigencias en materia de recursos hídricos, pero, según afirma la ONU, “no se tienen en cuentan los intereses de muchas personas”. Y, es que, la forma en la que valoremos el agua determinará la forma en que se gestione y se reparta.

¿Cómo valorar el agua?

Con la campaña de este año por el Día Mundial del Agua, desde la ONU consideran que “si dejamos constancia de todo el abanico de formas en que el agua es útil para nuestras vidas y las ensalzamos, podremos otorgar al agua el valor que realmente tiene y preservar con eficacia este recurso para que todos podamos disponer de él”.

El valor incalculable del agua engloba a nuestros hogares, nuestra cultura, nuestra salud, nuestra educación y nuestra economía, así como también la integridad de nuestro entorno natural; de manera que, si no comprendemos de verdad el valor real y multidimensional del agua, difícilmente podremos preservarla. Es por ello que desde Naciones Unidas hacen hincapié en cinco perspectivas diferentes:

Las fuentes de agua: recursos hídricos naturales y ecosistemas

Toda el agua de la que disponemos procede de los ecosistemas. Y toda el agua que captamos para uso humano acaba volviendo al medioambiente de alguna forma, y habitualmente con los contaminantes que le hemos añadido en nuestro proceso de uso.

El ciclo del agua es nuestro “servicio ecosistémico” más importante y debemos otorgar mayor valor a la protección del medioambiente con el fin de asegurar un suministro de agua de calidad. De hecho, trabajar con la propia naturaleza mejora la gestión de los recursos hídricos; las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) poseen un gran potencial para afrontar los desafíos contemporáneos de gestión del agua en todos los sectores y en nuestras manos está encontrar la forma de devolver a los ecosistemas toda el agua que obtenemos de ellos.

Las infraestructuras hidráulicas: almacenamiento, tratamiento y suministro

La complejidad del ciclo urbano del agua es abrumadora. En él, las infraestructuras hidráulicas permiten almacenar y transportar el agua allí donde más se necesita, y ayudan a limpiarla y devolverla a la naturaleza tras su uso. No obstante, la falta de ellas socava el desarrollo socioeconómico y pone en peligro tanto ecosistemas como vidas humanas.

Una de las grandes tareas pendientes a nivel general del sector, es la recuperación de costes. Cuando se calcula el valor de este tipo de infraestructuras, suelen tenerse en cuenta los costes operativos, pero a menudo se obvian los sociales y medioambientales. Así, son necesarios nuevos marcos o modelos económico-financieros que alberguen un modelo de tarificación adecuado basado en la recuperación de costes, de manera que permita generar ingresos, a la vez que fomente la eficiencia del uso del agua con el fin de garantizar una gestión sostenible de los recursos hídricos y unos servicios del agua eficientes, sostenible y resilientes.

Los servicios relacionados con el agua: agua potable, saneamiento y servicios de salud

Enlazando con el punto anterior, el agua desempeña una función esencial en los hogares, las escuelas, los lugares de trabajo y los centros de salud. Además, los servicios relacionados con el agua, el saneamiento y la higiene —conocidos como WASH por sus siglas en inglés— aportan un valor añadido al proteger nuestra salud, cuya importancia se ha puesto de manifiesto durante la pandemia de la COVID-19.

Si bien se ha conseguido progresar de manera sustancial a la hora de ampliar el acceso a agua potable y saneamiento, aún existen miles de millones de personas que aún carecen de estos servicios básicos. El ODS 6 busca garantizar el agua potable y el saneamiento para todos, centrándose en la gestión sostenible de los recursos hídricos, sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer.

El agua como insumo para la producción y la actividad económica: alimentación y agricultura, energía e industria, empresas y empleo

Tradicionalmente, el sector de la energía, la industria y las empresas han valorado el agua en función del volumen utilizado, sin tener en cuenta todos los aspectos que forman parte de la cadena de producción. Con el concepto de huella hídrica eso ha cambiado y ahora cada vez más organizaciones adoptan enfoques de planificación basados en la gestión integrada de los recursos hídricos para potenciar su sostenibilidad.

En cuanto a la agricultura, esta no solo es el sector cuya demanda de recursos mundiales de agua dulce es más importante, también es uno de los principales causantes de la degradación del medioambiente. Aunque el agua es fundamental para la seguridad alimentaria, la ONU advierte que el valor que se le otorga en el contexto de la producción de alimentos suele ser bajo cuando este recurso se evalúa exclusivamente desde una perspectiva económica en la que solo se tiene en cuenta el valor generado con respecto al agua utilizada. No obstante, de ella se derivan amplios beneficios como la mejora de la nutrición, la generación de ingresos, la adaptación al cambio climático y la reducción de las migraciones, lo que hace que sea fundamental superar los desafíos relacionados con el agua en la agricultura.

Los aspectos socioculturales del agua: cualidades recreativas, culturales y espirituales

El agua puede conectarnos con los conceptos de creación, religión y comunidad, siendo parte indisociable de toda cultura. Sin embargo, los valores que atribuimos a esas funciones son difíciles de cuantificar.

En el plano económico, la ONU afirma que el agua suele considerarse un recurso destinado a un uso práctico y se presta poca o ninguna atención a su valor sociocultural o medioambiental. Sin embargo, es necesario comprender estos valores incorporando a un grupo de partes interesadas más heterogéneo a los procesos de gestión de los recursos hídricos y haciendo hincapié, además, en la educación ambiental.

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